𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯𝟲

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James no sabía qué hacer

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James no sabía qué hacer.

Desde el día anterior no dejaba de pensar en lo que Danielle le había dicho. Para él, estaba actuando como un idiota.

No tenía sentido que se deje llevar por las palabras de un persona tan mentirosa como ella.

Pero no podía evitar sentir curiosidad. Y algo de enojo.

Alexandra se encontraba sola en su habitación. Lily se había ido unos minutos antes. Marlene estaba con Dorcas quien sabe dónde. Y ella, estaba aprovechando el tiempo libre para leer un rato.

La pelirroja se levantó de la cama al oír que tocaban la puerta, la abrió encontrándose a James.

El azabache estaba un poco pálido y nervioso. Le regaló a la pelirroja un media sonrisa y ella se preocupó.

–¿Todo bien, James?

–¿Puedo pasar?

Alexandra asintió y le dió lugar, cuando James ingresó, cerró la puerta.

–Sigo sin entender cómo logras subir.

James rió sin ganas y la miró, se sentía un poco culpable de ir a pedir explicaciones. Estaba seguro de que todo lo que le dijeron eran inventos para causar problemas.

–Te quería preguntar algo.

–Lo que quieras.

James apretó sus labios y miró sus pies incómodo, Alexandra se acercó a él y lo obligó a mirarla. Estaba preocupada.

–¿Pasó algo malo?

–No, no. Sólo.. –suspiró y ladeó su cabeza. –Danielle ayer me comentó algo. Y es preocupante que ande diciendo esas cosas sobre ti, por eso vine a hablarlo contigo.

Alexandra frunció el ceño confundida y se alejó dos pasos de el.

–¿Qué dijo?

James se removió incómodo. Le daba vergüenza decir lo que le habían dicho. Más que nada, sabiendo que eran todas mentiras. No tenía sentido.

–Ella.. dijo algo estúpido. –dijo riendo cortamente. –Dijo que tú te lastimabas, o algo así.

Alexandra sintió que se quedaba sin aire, su expresión cambio por completo, pero James no se dio cuenta de esto ya que miraba a otro lado avergonzado.

La chica sintió que su boca quedaba seca y que su estómago se apretaba a más no poder.

Comenzó a reír falsamente al notar que estaba tardando en decir algo. James sonrió y la miró.

Se sentía traicionada. Sabía que Danielle era malvada, pero ese era uno de sus mayores secretos. Y lo contaba así como si nada.

–Es mentira.

QUEROFOBIA; James Potter Où les histoires vivent. Découvrez maintenant