𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟰𝟮

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La fiesta estaba en su punto máximo

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La fiesta estaba en su punto máximo. La mayoría de las personas se encontraban ebrias y bailando. Otros estaban compartiendo besos y toqueteos con alguien.

En cambio, Alexandra se encontraba ayudando a Sam. Esa era su misión de la noche.

La pelirroja veía a Sam emocionado porque su plan funcione, y ella rogaba para que la chica de pelo azul lo note.

–Bien, llegas a tocar mi trasero y te golpeo.

–No lo haré. –dijo rodando sus ojos. –¿Por quién me tratas?

Alexandra elevó sus hombros y vió a la chica de pelo azul acercarse.

–Bien, ahora.

Sam la tomó de la cintura y la apoyó suavemente contra la pared del lugar. Unió sus labios y comenzó a besarla apasionadamente.

Alexandra pasó sus brazos por alrededor de su cuello y notó que Sam acariciaba suavemente su cintura mientras pegaba más sus cuerpos.

Sirius y Remus se acercaron a James y Caroline, y comenzaron a beber algo.

–Lunático.. Sé que estoy borracho. –dijo señalandolo mientras se tambaleaba. –¿Pero esa de allí no es la pelirroja?

El grupo dirigió su vista y se encontraron a Alexandra junto a Sam.

–¿Es Macmillan? –preguntó Remus.

James frunció su ceño y sintió que su estómago comenzaba a doler. Quería dejar de ver la escena, pero no podía.

Vió cómo Alexandra rodeaba su cuello y acariciaba levemente el cabello del chico. James apretó sus labios y pestañeo repetidamente al sentir una picazón en sus ojos.

–La están pasando bien. –dijo Caroline a su lado. James rió falsamente y asintió.

–Por lo visto, sí.

Caroline se acercó a James y acarició su pecho con cariño mientras besaba cortamente sus labios. Pero James no podía apartar su vista de la escena.

Alexandra se separó lentamente del chico y Sam suspiró nervioso.

–¿Funcionó?

–Espera que no la encuentro. –dijo mirando disimuladamente detrás del chico. –Está mirando. Ahora.

Sam juntó sus labios nuevamente y subió una de sus manos al cuello de la chica, pero ella se apartó sobresaltada.

–Eh.. ¿Podrías no tocar mi cuello?

–Claro. Lo lamento.

–No te preocupes. –dijo sonriendole.

–¿Estás bien? Podemos parar y..

–Cierra la boca y bésame. Está mirando.

Él acarició su mejilla y juntó sus labios nuevamente. Pero fueron empujados y mojados por algo, más bien, alguien.

QUEROFOBIA; James Potter Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu