𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟭𝟵

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Alexandra se levantó un poco más cansada de lo normal, anoche se había quedado junto a Sirius en la Sala Común

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Alexandra se levantó un poco más cansada de lo normal, anoche se había quedado junto a Sirius en la Sala Común.

No habían hablado mucho, pero de cierta forma la pasaron bien. Las cosas se habían arreglado y de a poco todo tomaba forma.

Era Sábado, por lo que sus compañeras de habitación seguían durmiendo.

Con cuidado de no hacer ruido se dirigió al baño y se tomó una larga ducha. Al salir, se miró al espejo y notó que su piel ya no estaba tan pálida.

Sus labios estaban de su color rosado natural, las ojeras que adornaban su rostro ya no se encontraban. Sonrió feliz y cepilló sus dientes y cabello.

Al salir, se vistió con un jean celeste y un abrigo negro, que su abuela había tejido hacía tiempo.

Se dirigió al Gran Comedor, algunos alumnos ya se encontraban allí desayunando. Pero la mayoría seguía en sus habitaciones durmiendo.

Tomó asiento y se sirvió un poco de café.

–¡Pelirroja!

Alexandra se giró encontrándose con Los Merodeadores, Sirius había gritado mientras con una sonrisa brillante se acercaba a ella.

La pelirroja se quedó sentada confundida hasta que los chicos llegaron al lugar y tomaron asiento.

Sirius pasó su brazo sobre los hombros de ella y besó su frente. Alexandra sintió calidez en su pecho ante el acto del chico.

–Eh..

Sirius y Alexandra miraron a los chicos enfrente suyo.

James tenía sus ojos entrecerrados y una mueca de confusión.

Remus mantenía su ceño fruncido y los señalaba repetitivamente, sin saber qué decir.

Peter abrió su boca y sus ojos, en un tamaño anormal.

–¿Se puede saber.. –dijo Remus.

–..por qué ustedes.. –continuó James.

–No, yo no entiendo. –dijo Peter negando con su cabeza.

–Resulta, que anoche hablé con ella. –dijo mientras untaba mermelada en una tostada. –Solucionamos todo.

–¿Entonces dejaste de actuar como imbécil? –preguntó James.

Sirius rodó los ojos e hizo una mueca de dolor mientras tocaba su pecho.

–Se podría decir que sí. –comentó Alexandra.

–Debo irme. –comentó Peter mientras se levantaba. –Lily me ayudará con Pociones.

–Suerte.

–Gracias, Alex.

Alex notó cómo Remus no le dirigía la mirada a Sirius. El pelinegro estaba constantemente buscando la mirada de él, pero no había caso.

QUEROFOBIA; James Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora