𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟲𝟴

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James se encontraba en los vestuarios, el partido de Quidditch comenzaría en tan sólo diez minutos

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James se encontraba en los vestuarios, el partido de Quidditch comenzaría en tan sólo diez minutos. Y estaba un poco nervioso.

Caminó nerviosamente por el vestuario, tenía un mal presentimiento. Y para colmo, llovía a cántaros.

Marlene McKinnon se le acercó y lo miró preocupada, pasó su mano sobre el rostro de James y por fin obtuvo su atención.

–James. ¿Estás bien?

–Si, si. Sólo..

–¡Jugadores!

James levantó su mirada, encontrándose con Hooch. La entrenadora y arbitra había ingresado al vestuario y se acercaba a ellos.

–El partido se suspende.

–¿Qué? –preguntó James alterado. –No pueden suspenderlo.

–No llueve tanto. –comentó Marlene quejándose.

–No es por la lluvia. –dijo con el rostro serio. –Un alumno fue atacado.

Todos jadearon y comenzaron a murmurar entre ellos. James miró a Marlene preocupado, el azabache sentía su estómago revuelto.

James miró a la profesora y se le acercó un poco, iba a decir algo pero ella lo interrumpió.

–Potter, ve afuera.

–Pero yo..

–Ve.

James suspiró pesadamente y dejó sus cosas dentro de los casilleros, caminó hasta la salida a paso lento y se encontró con Remus, Sirius y Peter.

Los tres chicos lo miraban fijamente y con el rostro pálido. James pudo notar cómo los ojos de Remus y Sirius estaban levemente húmedos.

La respiración de James se aceleró y frunció su ceño mientras miraba a su alrededor, buscando a Alexandra.

–¿Y Lex?

Sirius relamió sus labios nervioso y se acercó un paso a él, pero James retrocedió.

–¿Dónde está Alex?

–James.. –dijo Remus cauteloso. –Ella tuvo un problema, llegaba tarde al partido y un grupo de personas la retuvo. Ella..

James comenzó a caminar a paso rápido hacia la enfermería, a los segundos empezó a correr mientras sentía que su corazón golpeaba con fuerza en su pecho.

Los ojos miel del azabache se llenaron de lagrimas, y tuvo que pestañear varias veces para aclarar su vista.

Sus tres amigos corrían detrás de él, intentando alcanzarlo.

Al llegar a la puerta de la Enfermería se encontró con Minerva McGonagall. La profesora tenía el rostro pálido y una expresión preocupada.

James frenó y comenzó a respirar agitadamente. Minerva lo miró y rápidamente se acercó a él.

QUEROFOBIA; James Potter Où les histoires vivent. Découvrez maintenant