Capítulo 46: Un comienzo disfrazado de desenlace

164 19 7
                                    

Tras despedirse de las hadas, Arthur corrió nuevamente a la casa donde pasó los primeros años de su vida, no supo cuánto tiempo estuvo dentro del bosque, pero el sol aún no asomaba por el horizonte, aun así, Scott ya salía dispuesto a comenzar con la jornada laboral, oscilando entre el sueño y la lucidez, tardó unos instantes en reconocer a su hermano pequeño, cuya ausencia no había notado, en la persona de capa verde musgo que corría en su dirección, no obstante, su pecho comenzó a doler con fuerza, mientras que ese conocido malestar que creyó dejar atrás hace tiempo, se presentaba nuevamente, como si se tratase de un viejo amigo.

En conjunto con la tos y la incapacidad de respirar, se sumó esta vez un ruido y dolor sordo que apuñalaba su cabeza desde adentro, pero aun así, no se detuvo hasta llegar a Scott.

— ¿Arthur? —llamó, restregándose los ojos debido al sueño.

El nombrado apresuró su marcha hasta llegar donde su hermano, y se detuvo en seco una vez estuvo ante él, se veía demasiado apurado por hablar, a pesar de que su agitada respiración se lo impedía, Scott miró los profundos ojos de su hermano pequeño, no supo por qué, pero algo en su mirada le pareció distinto, ¿Podría ser que durante todos esos años había pasado por alto ese detalle? o quizá, fue durante esa noche que algo había cambiado en Arthur, pero sus ojos se veían extremadamente cansados, no era el cansancio que podría atribuirse a una noche de mal sueño, o a correr por el bosque, sino que parecía la mirada de una persona vieja que arrastra años de agotamiento físico y mental de toda una vida, ¿Cómo podría Arthur, un niño de diez años, poseer tal mirada?

— Me largo de aquí, —Exclamó ese niño, con ojos de adulto, observando a su hermano mayor con severidad. — Y no regresaré nunca, ¿Me oíste?

Su hermano mayor lo observaba en silencio, la sorpresa lo había golpeado con tanta fuerza que no podía reaccionar, a sus ojos, Arthur no era otra cosa más que un niño bruto diciendo incoherencias, no sabía siquiera que cara poner ante lo que estaba escuchando.

— ¡Escucha, idiota! —Exclamó Arthur, y como si el estupor de Scott no fuese ya suficiente, su hermano pequeño lo sacudió con tanta fuerza que incluso trastabilló. — ¡Te estoy diciendo que me voy a ir, y no regresaré nunca jamás, ni en mil años, y ustedes jamás deben buscarme! ¿Entendiste? Me voy por mi propia voluntad, ninguno de ustedes debe buscarme jamás, sigan con su vida y yo haré lo mismo con la mía.

— Ah, ¿Sí? —respondió el mayor de los hermanos, saliendo de su letargo. — ¿Y a donde te vas a ir?

Por supuesto que se trataba de una pregunta sardónica, pero Arthur no pareció notarlo, y respondió con suma seriedad.

— A un lugar donde jamás puedan encontrarme, porque los detesto, cada día que pasa, los odio más que el anterior, y si no me voy, sé que terminaré matándolos, me duele tener la misma sangre que tres pedazos de basura como tú, Dylan, y Patrick.

Ante esta nueva confesión, la sorpresa de Scott había vuelto a golpearlo con fuerza, pero no tanta como su ira, y se disponía a agarrar a Arthur de los pelos, cuando el menor, pidió en silencio el primero de los dos deseos concedidos por las hadas.

A ojos de su hermano mayor, el cuerpo de Arthur comenzó a desintegrarse lentamente, como si fuese una estatua de sal mecida por las aguas del océano, los rayos de sol que comenzaban a despuntar por el horizonte atravesaron la figura transparente que desaparecía. Ante la mirada aterrorizada de Scott, Arthur reunió el valor necesario para continuar.

— ¡Ya estás advertido! No me busquen, ¡Nunca!

Y tras esas palabras, dejó de existir en ese mundo, en ese tiempo.

***

En un día soleado, un niño llamado Alfred regresaba de la escuela junto a su hermano Matthew, a quien había dejado atrás en una carrera por ver quien llegaba primero a la casa, no obstante, al ver a Matthew varios metros por detrás, decidió detenerse y esperarlo.

Fairytale (usuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora