-8-

12.3K 970 278
                                    

RACHEL

No pude dormir en toda la noche, no había podido dejar de revivir lo que había pasado cada vez que intentaba volver a conciliar el sueño. Todavía seguía atónita por lo que había pasado, de todas las personas en el mundo Evan era la última que esperaba que fuera. Tanto me había costado procesarlo que me había quedado despierta intentando hacerlo.

Las cosas eran como eran: Evan me acosaba y no podía cambiarlo.

Pero que fuera él, uno de los chicos más populares y deseados en el instituto el que se obsesionara conmigo se me hacía de los más extraño, también decir que era el más misterioso y del que menos se sabía, así que, pensándolo mejor esa aura oscura que siempre llevaba pegaba a la perfección con la figura del encapuchado que siempre había estado viendo.

Cuando me decidí a comprobar si estaba o no mi libro...Se me paró el corazón y entonces supe que si, que todo era verdad, pero ¿Cómo había conseguido entrar en casa?

Oh, Dios, me había visto dormida, había podido hacer cualquier cosa conmigo ¿Tan solo había robado ese libro?

Él...¿Él había sido el que me había traído de la fiesta? Desnuda y...Un escalofrío me inundaba con tan solo pensarlo, me había tenido a su entera disposición, Dios sabe que había sido capaz de hacerme...

—¿Estás bien, cariño?—preguntó mi madre a la vez que me llenaba el vaso de zumo de naranja.

A ella parecía habérsele pasado el enfado un poco, pero a mi padre...No hacía falta decir nada, tan solo con ver la expresión seria y furiosa que tenía mientras leía el periódico me indicaba que aquello no se le pasaría de la noche a la mañana. ¡Pero si ni siquiera me había mirado cuando me había sentado en la mesa con el resto!

Por suerte ya habían borrado el vídeo y aunque ya lo hubiese visto todo el pueblo, incluidos mis padres, por lo menos ahora estaba un poco más aliviada al saber que eso no seguía circulando, o eso pensaba.

En cuanto a Grace, no le había dirigido la palabra y pensaba seguir haciéndolo así, mi mejor manera de castigarla era con mi silencio, sabía que lo odiaba, se ponía muy nerviosa. De nada me servía gritar y discutir si después no iba a tener remordimientos, aquella era mi pequeña tortura ya que gracias a ella había perdido demasiado.

Estaba nerviosa por volver al instituto debido a un montón de factores: los comentarios y miradas chicos que me encontrara por el pasillo, por la posible respuesta de Verónica ante mi amenaza y más que nada por Evan.

No estaba segura de querer hablar con él, había algo que no me daba buena espina—aparte de que era mi acosador—, pero si quería saber que había pasado en la fiesta, debía hacerlo.

También quería dejarle claro algunos factores: como el de que no podía seguir espiándome ya que invadía mi espacio, me incomodaba y...¡Por el amor de Dios era ilegal!

El camino hasta el instituto fue en un silencio demasiado incómodo entre mi padre, mi hermana y yo.








Me pasé todas las clases pensando en lo que haría en el recreo, aunque cuando sonó el timbre seguía sin tener ni idea de lo que hacer.

Mentí a Beth diciéndole que el director quería volver a verme para, aunque no muy segura, buscar a Evan.

Estuve recorriendo los pasillos hasta que de un momento a otro él salió de uno de los cruces entre varios pasillos, haciendo que saltara y gritase del susto que me acababa de dar.

—¿Me buscabas?—preguntó con los brazos cruzados a la vez que se inclinaba hacia mí con la expresión seria que siempre llevaba.

—Sí—respondí recobrando la compostura.

EVANTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon