EVAN

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RACHEL

El inspector Hurst había cumplido su palabra de no decirles nada de la fiesta a mis padres, sin embargo, no sabía como no se habían enterado ya.

El inspector había estado rondando por el instituto pero no había vuelto a llamarme para ser interrogada, aun así el coincidir con su mirada por los pasillos me seguía poniendo del todo nerviosa. Sobre todo tras descubrir que todo había sido obra de Evan.

Quería delatarlo, decir que había sido él, que lo encerraran y que la perturbación que había hecho en mi vida desapareciera. Pero por una extraña razón, más presente que la vez que había ido a comisaria con la intención de hacerlo, no podía.

Estaba ocupando lugar en mí y no quería admitirlo porque si no el temor que sentía  no sería nada comparado.

Por otra parte necesitaba pruebas, una simple acusación solo serviría para tacharme de loca.

No había podido dormir apenas y cada vez me encontraba peor anímicamente, Evan me estaba consumiendo.

Acababa de salir de clase de historia cuando Beth se acercó a mí muy excitada.

—¡Rachel! ¡Rachel!—Me agarró del brazo y me llevó hasta una de las esquinas del pasillo.

—¿Qué pasa?—pregunté comenzando a alterarme al igual que ella.

—No te lo vas a creer. 

Se tomó unos segundos para recuperar la respiración, a pesar de su alteración no parecía ser algo malo, es más, sonreía.

—Los de nuestro curso han empezado a recoger firmas para que la excursión de la acampada no se cancele.

Oh, no.

Fingí una sonrisa.

—Y adivina que.

—¿Qué?—pregunté insegura.

—El director ha cedido.

—¿Qué?

—¡Sí! ¿No es maravilloso?

—Pero ¿cómo?

—Bueno... Nuestro representante en el consejo escolar a dicho que es una excursión que nos sirve para desconectar de los exámenes y que ahora más que nunca la necesitamos para tranquilizarnos por lo que está pasando... Han dicho que seguro sería lo que Zac quisiese, que las cosas todavía no están perdidas y que en cualquier momento puede aparecer. Pero que necesitamos esa excursión.

—¿Tan solo con eso han conseguido convencer al director Davis?—pregunté asombrada. Si el director Davis se caracterizaba por algo era por lo estricto y firme con sus decisiones.

—Sí... Bueno ha habido algún que otro padre de por medio, lágrimas, dinero... Ya sabes.

—Oh.

—¿Pero qué te pasa? ¿No te alegras? ¡Es genial!

—Sí, genial.

Fingí tener todo el entusiasmo que pude.

Al saber que la acampada se cancelaba me había quitado un problema menos, pero estaba segura de que Evan iría... No quería ir a un lugar oscuro en el que seguramente acabaríamos solos.

Presentía que mis emociones hacia él cambiaban y no quería que siguieran ese curso.

—Prepárate para este viernes—dijo Beth cuando entrábamos en nuestra siguiente clase.

—¿Este viernes?

—Sí, han decidido hacerla para este fin de semana, cuanto antes mejor ya que muchos creen que este tiempo de incertidumbre va  a durar poco... No sé si me entiendes.