-35-

6.6K 602 183
                                    

EVAN

Me encontraba en mi coche, delante del pub, observando a Rachel.

Eran las casi las diez así que estaban a punto de cerrar.

Cuando vi que Lexi y Amanda salían, volviéndolos a dejar solos, me bajé del coche y, agachado, observé tras el cristal.

Ambos estaban detrás de la barra, él le pasaba vasos de manera despreocupada y ella los colocaba. La notaba nerviosa, inquieta, los dos estaban callados, el ambiente era tenso tras la discusión que habían tenido a las puertas del cine y no podía estar más feliz.

Comenzaba a separarse de él, como había querido desde el principio.

—¿Cuándo piensas volver a intentarlo, Tayler?—susurré para mí.

Unos minutos después, cuando habían terminado de colocar y Rachel se disponía a quitarse el delantal Tayler la agarró por la cintura desde atrás, justo como había hecho aquella noche en su casa.

El cuerpo de Rachel se tensó ante el inmediato contacto.

Él colocó sus labios cerca de su oreja.

—Lo siento—leí de sus labios.

Rachel intentó quitar sus manos de su cintura pero él no la dejó.

—Tayler, tengo que irme a casa—dijo ella.

Entonces él comenzó a dejar besos por su cuello haciendo que se removiera con una mueca que denotaba que no estaba cómoda.

Apreté los puños, pendiente de cualquier cosa.

—Oh, vamos nena, no te hagas la difícil.

—Hablo en serio, Tayler.

Está vez sí que consiguió apartar sus manos y se movió hacia el extremo de la barra que estaba cerrado.

No Rachel, por ahí no.

Él se acercó a ella consiguiendo acorralarla entre la barra y su cuerpo.

—Te echo de menos, Rachel.—Sus manos volvieron a su cintura—. Quiero que todo vuelva a ser como antes, tú y yo.

—Creí habértelo dejado claro—dijo con tono cansado.

—Rachel, por favor, solo fue un error, estaba borracho.

—Me da igual Tayler, yo confiaba en ti. Me escapé contigo pensando que me amabas, me lo creí como una tonta y tú te aprovechaste.—Mi pecho se apretó al ver el dolor en su rostro.

Yo nunca te haría eso, Rachel, yo siempre seré tuyo, siempre te protegeré.

—Ahora déjame salir.

No se movió.

Levantó una de sus manos para apartar su precioso cabello miel y después la puso sobre su barbilla.

—No puedo quitarme de la cabeza aquella noche, Rachel, simplemente no puedo.

Rachel tragó saliva.

Comenzaba a estar asustada, lo podía ver.

Yo aguardaba al momento oportuno para aparecer.

—Hagámoslo una vez más, de despedida. Aunque—su mano bajó hasta su camiseta y se coló por ella—, se me hará muy difícil el intentar olvidar todo esto.

El cuerpo de Rachel estaba frígido.

—Tayler, para.

Pero en lugar de parar y dejar que se marchara comenzó a sobarla y a depositar besos por su pecho.

EVANWhere stories live. Discover now