ADVERTENCIA

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¿Alguna vez te has sentido observada? ¿Has tenido esa sensación? 

Puede que conforme vayas leyendo esta historia te vayas sintiendo identificada o dándote cuenta de cosas a las que antes no prestabas atención.
Si es así, deja de leer inmediatamente, cierra el libro y reza porque él no se haya dado cuenta de que lo sabes. Si crees que es demasiado tarde, huye.

Y si tan solo estás leyendo esta historia por mero entretenimiento, quédate. Aunque quizás después de esto empieces a experimentar lo mismo...Quién sabe.

Tan solo te doy un consejo: Quien menos creas que podría hacerlo, siempre, SIEMPRE es esa persona.

Ah, y tampoco sigas mis pasos, tomate esto como una guía de lo que no hay que hacer.

Mi vida era normal y corriente, al igual que la tuya. Tenía un circulo cerrado de amigos, bueno en concreto una amiga. Iba al instituto, estudiaba y vivía la vida de cualquier adolescente.

Hasta que cumplí los diecisiete.

  Fue entonces cuando me comencé a sentir observada, no solo en el instituto o en la calle, sino también en mi propia casa, en mi cuarto, en cualquier lugar.

Al principio pensé que eran cosas mías, que me lo estaba imaginando, que no era para tanto... Aquello cambió cuando los meses pasaron y esa sensación se hacía más fuerte y yo estaba cada vez más segura de que alguien me espiaba.

Se lo conté a mis padres pero se lo tomaron a broma.

  «¿Quién te va a espiar? Seguro que tienen mejores cosas que hacer que mirar estudiar a una niña».

Yo pensaba lo mismo.

Hasta que una noche lo vi, aunque solamente pude ver su figura, pero por lo menos aquello me sirvió para saber que no me estaba volviendo loca y que sería real. 

Él se quedó, allí, mirándome desde el jardín, ni siquiera se movió. Quizás porque sabía que ni loca me atrevería a enfrentarlo, y así pasó, me quedé congelada como una imbécil hasta que desapareció entre los árboles del bosque.

Todas las noches lo veía desde mi ventana y él me veía a mí, nunca me atrevía a bajar porque temía saber cual era su intención.

Mi pueblo era muy pequeño pero no se me pasaba por la cabeza nadie que pudiera hacer aquello.

¿Por qué?¿Por qué a mí?

Sí, seguro que esa es la primera pregunta que se te pasará por la cabeza cuando lo descubras.

Había chicas con vidas más divertidas y emocionantes que la mía, yo estaba encadenada en esa casa siguiendo la misma rutina desde que tenía consciencia. Entonces ¿Qué tenía mi vida que le interesase tanto?

Me propuse averiguarlo, mi instinto me decía que nada bueno saldría de aquello y así fue.

-Rachel.

#Instagram: @indiraafreyre

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