22. La verdad.

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Al momento en que Scott llega a la planta baja emprende su camino a la puerta principal. Aunque al pasar por la cocina se encuentra con que Lily va saliendo de esta con los ojos llenos de lágrimas.

-Creí que te habías ido ya-al ver su rostro la expresión de la chica comienza a asustarse- ¿Te hicieron algo? ¿Volviste por...

Al no poder hablar por el nudo en su garganta solo se aproxima a abrazar a su amigo. Las lágrimas siguen cayendo por sus mejillas, Scott regresa el abrazo intentando comprender lo que sucede, temía que en el camino le hubieran hecho algo y por esa razón haya regresado a pedir ayuda. Incluso podía haberle pasado algo a su abuelo.

- ¿Te llevo a tu casa? - pregunta y la chica asiente sin tener palabras aún.

Lily asiente, se separa de Scott y ambos salen de la casa. Al llegar a la mitad del jardín la chica suelta un sollozo al no aguantar el dolor que le ocasionaba estar reprimiendo sus sentimientos, en ese momento su amigo voltea a verla. Ni siquiera se mueve, solo está parada a mitad del lugar, con el rostro empapado por las lágrimas y mirando al suelo.

- ¡Lily, ya dime que te pasa! - regresa a ella y toma sus hombros.

-Fui a la cocina para...- se queda en silencio pero toma aire e intenta continuar hablando- había unos papeles en la mesa- solloza y Scott no comprende nada- Doctora White, departamento de oncología.

Los padres de Josh habían dejado la receta del chico en la mesa sin creer que alguien iba a bajar y leerlas. La curiosidad de la chica era grande así que cuando había entrado a la cocina por un vaso de agua antes de irse se topó con los papeles, creyó que solo serían los análisis de sangre por los cuales le dijeron a todos que Josh no podía irse tan pronto. Nunca esperó encontrarse con que serían los papeles que rebelaban un tratamiento contra la leucemia de su mejor amigo. Mucho menos que tendría la fecha de dos semanas atrás. Ahora todo parecía hacer sentido. Josh dejando el equipo, siendo cariñoso, cansado, con grandes ojeras y bolsas bajo los ojos, enfermo incluso.

-No creí que te enterarías por la mala- suspira Scott intentando acercarse a abrazarla.

- ¿Tú lo sabías? - pregunta indignada y separándose- ¿Por eso estabas tan nervioso?

Enarca sus cejas-Me rogó que no te lo contara.

-Es un imbécil- espeta con molestia y sin dejar de llorar- ¿Y cuándo pensaba decírmelo? ¿Cuándo perdiera el cabello o cuando estuviera en el hospital?

Lily pasa una mano por su cabello y comienza a revolverlo con desesperación. No sabía si quería ir a casa y romper a llorar, o volver abrazar a su amigo y aferrarse a él hasta que algo o alguien los obligara a separarse.

- ¡Maldita sea, Scott! ¿Por qué no me lo dijiste?

-No era mi secreto.

- ¡Oh, jodete! - grita - No puedo creer que...

Toda la molestia volvió a convertirse en tristeza y su voz se corta.

La idea de estar perdiendo a todas las personas que ama era horrible, su abuelo iba perdiendo la memoria de a poco, y Josh la energía. Tal vez pronto no tendría a ninguno de los dos.

-Solo no puedo creerlo- solloza- Lo siento- mira a su amigo el cual ya ha comenzado a llorar también- Perdona, Scott. Ni siquiera he pensado lo que debía costarte guardar el secreto y...

El chico se limita a asentir ya que al igual que a Lily, el nudo que se ha formado en su garganta le impide hablar, sin embargo las lágrimas caen como cascada.

-Perdón- vuelve a repetir Lily y se acerca para envolverlo en un abrazo.

Un abrazo el cual Scott llevaba necesitando desde hacía semanas, y hasta ahora había podido recibir. Lily no se había enterado de la mejor manera, pero si no lo hubiera hecho, el chico habría pasado más tiempo sin recibir lo que tanto necesitaba.

Epifanías de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora