45. Si de sueños hablamos...

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Era jueves por la tarde y cada uno de los chicos se encontraba lidiando con sus propios problemas. Lily y Chelsea se encontaban modificando un poco el cuarto de la morena para que su amiga pudiera quedarse a vivir ahí. Finn estaba en casa de su madre intentando dejar de llorar después de la conversación con su padre y Skylar estaba en la mansión Hennman intentando calmar a su padre que parecía estar teniendo un ataque de pánico por esta misma razón. Josh estaba en su casa compartiendo la merienda con sus padres, Scott en el entrenamiento de futbol y Uriah decepcionado de no haber ido a alguna otra parte antes de llegar a casa.

Si se hubiera quedado en la escuela un poco más tal vez no tendría que haber llegado a tiempo para que Will y Roy lo obligaran a ir al orfanato con ellos.

La mujer encargada de recibir a los que quieren adoptar había sido bastante amable con los Collins. Ya los conocía ya que hacía casi dieciocho años habían ido para adoptar a Uriah cuando el chico apenas era un bebé.

- ¿Cómo dijiste que se llamaba la niña? - pregunta Uriah mirando con con atención al jardín donde se encuentran los niños más grandes.

-Rose- repite Will- Te lo he dicho un millón de veces esta semana.

-Y yo te he dicho las mismas veces que adoptar es la peor...

-SHH- alza una mano ignorando lo que dice al momento en que la puerta se abre de nuevo.

Una pequeña niña de cabello negro perfectamente recogido en una coleta.

-Hola, cariño- sonríe Roy acercándose a ella- ¿Si nos recuerdas de la última vez?

Al esuchar a su padre decir eso Uriah frunce el ceño. Era mucho más serio de lo que pensaba, el lunes le habían dicho que tenían planes de adoptarla, sin embargo nunca mencionaron que ya habían venido a conocerla antes.

«Los papeles que me mostraron eran los tramites de adopción» piensa el chico.

No entendía como no se había dado cuenta antes, los tramites ya estaban en proceso, incluso la pequeña niña ya podía estar ilusionada de que tendría un hogar.

-Roy- señala dudosa al pelirrojo y luego mira detrás de él- y Will- lo señala esta vez a él.

Will podía llegar a ser bastante intimidante a primera vista, pero a la hora de demostrar sus sentimientos o una vez que sonreía lograba ganarse el corazón de las personas. Roy en cambio siempre parecía llevar una sonrisa en el rostro y desde la primera impresión se notaba su carisma.

- ¿Cómo estás, bonita? - Sonríe Will- Me dijeron que perdiste tu primer diente.

- ¡Si, justo ayer! - Dice la niña con emoción antes de mirar directamente a Uriah- ¿Tú como te llamas?

La sonrisa de la pequeña era tan adorable que Uriah incluso se sentía mal de la forma en que pensaba en ella. La niña merecía un hogar y si terminaba convenciendo a sus padres de no adoptarla tendría que esperar a que otra familia estuviera interesada en adoparla.

-Uriah- responde el chico.

-Me gusta, es diferente-ladea su cabeza observándolo.

El chico se da cuenta de la especial atención que le ha puesto a sus manos, pero no lo entiende hasta que la niña se acerca a él y toma su mano para levantar un poco la manga de su sueter.

-Tienes un dibujo- se queda mirándolo muy atentamente al tatuaje de la silueta de dos lobos- Mi papá también tenía varios.

Uriah frunce el ceño- ¿Tu papá?

-No me acuerdo mucho de él, pero recuerdo las flores que tenía dibujadas en su brazo.

El chico levanta la mirada hacia sus padres y nota que se han alejado un poco para hablar con la mujer encargada de todo.

Epifanías de media nocheWhere stories live. Discover now