La repentina e impulsiva actitud de Frederick me tomó por sorpresa, salió de la cama en un estado alarmante de sorpresa y furia, desesperado busco sus pantalones por la habitación para colocárselos tomo los papeles de su abuelo y se los guardo entre su sudadera, tarde en comprender que estaba sucediendo porque estaba igual de impactada que él con el vídeo que acabábamos de ver, Frederick estaba alistándose para salir de la residencia, al principio, intente hablarle, pero era como hacer oídos sordos porque estaba ignorándome por completo, ni siquiera me dio tiempo de ponerme bien mis zapatos, él salió disparado hacia su camioneta, dispuesto a ir al palacio en plena madrugada.
Conseguí subirme al auto con él, sin importarme que solo me puse una chaqueta encima de mi pijama, las manos de Frederick se aferraban al volante con fuerza y tenía la mandíbula contraída, quien sabe qué estaba pasando por su cabeza, no lucía para nada como el chico despreocupado que era, lucía intimidante y furioso.
Al llegar al palacio, ni siquiera apagó el motor del auto, empujó las puertas del palacio cuando estás fueron abiertas y corrió por los pasillos en dirección a lo que asumí eran los dormitorios de los reyes.
—¿¡Dónde está!? —gritó con una voz gruesa e imponente mientras era seguido por un par de guardias que se alarmaron con su inesperada visita—. ¡Quiero verlo!
Sus gritos eran tan fuertes, que pronto, algunos empleados más comenzaron a salir y guardias aparecieron en nuestro radar, alarmados, cuando por fin estuvimos en el pasillo correcto, comenzó a golpear las puertas de los dormitorios con fuerza, los reyes no tardaron mucho en aparecer en una versión desaliñada de ellos, pues claramente estaban dormidos.
—¿¡Qué demonios está pasando, Frederick!? —gritó el rey con fuerza, Frederick, al ver al rey y la reina frente a nosotros, desbloqueo la pantalla de su celular y reprodujo el vídeo frente a las narices del rey.
Por la expresión en el rostro de los reyes, fue evidente que los dos desconocían los hechos y aquel vídeo también los sorprendió tanto como a nosotros, sobre todo a la reina, quien cubría su boca con ambas manos sin poder creer lo que estaba viendo.
—¿Qué sucede?
Una versión desaliñada de Bryson apareció a un par de metros de distancia de los reyes, Frederick le aventó el teléfono con fuerza al pecho del rey, quien lo tomó con sorpresa, no sé espero ni un segundo más y corrió hacia su hermano, quien lucía ajeno a la escena y sin pensarlo, lo tomó por el cuello de su playera y lo golpeó en el rostro.
No consideraba que Frederick fuera una persona violenta, sin embargo, sus emociones eran impredecibles en aquel momento, no estaba pensando con la cabeza, todo lo contrario, no estaba pensando para nada, estaba dejándose llevar por la situación y sus emociones.
—¡Dios mío! ¡Frederick!
Gritó la reina en un chillido agudo por la brutalidad de su hijo contra el príncipe Bryson, quien estaba forcejando con Frederick y haciendo su esfuerzo por esquivar los golpes de él, pero ya tenía un labio reventado.
—¿¡Por qué!? ¿¡Por qué lo hiciste!?
Gritó Frederick por encima de los golpes, su hermano consiguió moverse debajo de él y golpearlo. Bryson aún no comprendía la escena, estaba aterrado y solo trataba de defenderse de su hermano mayor quien lucía más furioso conforme pasaban los segundos.
—¡Frederick, ya déjalo! —exigió el rey con voz firme. Aunque Frederick llevaba la ventaja, su hermano había conseguido propinarle un par de golpes—. ¡Suficiente los dos!
Ambos hicieron caso omiso a las palabras de su padre, estaban enfadados e ignoraban a todos.
Una puerta se abrió muy cerca de donde estaban los príncipes, la pequeña Ryleigh salió de ella asustada por todo el escándalo y cuando presenció la escena, comenzó a llorar de miedo.
—¡Mamá! ¿¡Qué pasa!? —se quejó entre llantos, la princesa traía consigo un pequeño peluche en brazos que era un conejito algo viejo, se aferró a él mientras observaba a sus hermanos y lloraba con más fuerza—. ¡Freddy!
Lloró con miedo, no sabía a donde ir, claramente la escena no era de su agrado y solo conseguía asustarla más.
—¡Mamá! ¡Papá! —volvió a gritar asustada, la reina corrió hacia ella para tomarla en sus brazos y ocultar su rostro entre su pecho, deseando que no contemplará más la escena, ella se aferró más a su madre, quien lucía igual de asustada que su hija—. ¡Frederick!
Esta vez, el chillido agudo de la pequeña consiguió llamar la atención de Frederick para hacer que se detuviera al verla, cuatro guardias se aproximaron a intervenir separando a ambos príncipes, el rey se acercó a ambos colocándose en medio de los dos como intermediarios.
—¿¡Me vas a explicar qué demonios está pesando o no!? ¡Porque sí no es así! ¡Voy a exigir que te saquen ahora mismo! —se quejó el rey molesto. Los príncipes tenían respiraciones entrecortadas, les tomó un tiempo recuperarse, ninguno de los guardias quiso soltarlos para iniciar una segunda pelea.
—¿Acaso no fue suficiente el vídeo? —se quejó Frederick cuando recupero la compostura un poco, Bryson frunció el ceño sin entender de qué hablaba su hermano.
—¿Qué video?
Preguntó, Frederick apretó los labios.
—¿¡Vas a negarlo!? ¿¡Pretender que no sabes qué paso!? ¿¡Qué te acostaste con Erin!?
A Bryson le tomó un tiempo reconocer de qué estaba hablando, cuando cayó en cuenta, las comisuras de sus labios se alzaron en una socarrona sonrisa.
—Así que lo sabes, ¿eh? —preguntó con humor, cosa que enfureció más a Frederick—. ¿Quién te lo dijo? ¿Fue ella? ¿Te mandó el vídeo de nosotros?
Con un movimiento brusco, Frederick consiguió zafarse del agarre de los guardias y caminar hacia su hermano, pero el rey lo impidió, deseando que no hubiese una segunda pelea.
—¿Cómo pudiste?
Negó molesto, Bryson río a manera que pudimos ver sus dientes.
—¿Por qué no? —preguntó, los guardias, aflojaron su agarré y él se acercó a donde su padre y Frederick—. Ustedes dos lo tenían todo, siempre fueron los favoritos, los apreciaban más que a mí, no importaba que cosa yo hiciera, siempre terminaban siendo ustedes a quienes prefirieran.
Espetó con odio hacia su hermano, quien negó.
—¿Y la solución era meterte con ella? ¡Sabías que yo la amaba!
—¡Y Brayden también! —gritó Bryson—. ¡Yo también!
—¡Eso es mentira! —gritó Frederick, su pecho subía y bajaba con fuerza, el rey le dio una mirada sería pidiendo que se controlara—. Sí la hubieses amado, no habría hecho eso.
—¿Y Brayden sí? —se quejó Bryson—. ¿Tú también?
Frederick dio un paso al frente.
—Sabes que lo hacía —le aseguró acusándolo con su dedo índice—. Realmente la amé, ¿y ustedes? Parece que solo era un simple capricho de niñitos.
Bryson rio amargamente.
—Para que sepas, aquel bebé ni siquiera era de Brayden o tuyo, era mío.
Frederick intento abalanzarse de nuevo para iniciar otra pelea con su hermano, pero el rey lo impidió de nuevo.
—¡Eres un hijo de...!
—¡Suficiente! ¡Suficiente los dos! —exigió el rey—. ¡Ya basta de tonterías! ¡Este no es el momento adecuado para esto!
—¿Y cuándo lo es? —preguntó Frederick con odio—. ¿Vas a decir que nada de esto importa? ¿Qué no es relevante ahora? Porque a mí me parece todo lo contrario y exijo una respuesta.
El rey frunció los labios, quedándose sin palabras, la situación también le dejaba en desventaja al no tener idea de todo lo que estaba pasando, evidentemente, amaba el control y no tenerlo en estos momentos no lo dejaba muy contento. Le tomó un minuto voltearse en dirección a Bryson para exigirle que hablará.
—¿Te importa explicar?
La sonrisa socarrona en los labios de Bryson enfureció a Frederick.
—¿Qué debo de explicar? ¿Qué también me acosté con Erin? ¿Acaso no es obvio?
—¿Por qué? —exigió su hermano mayor con dolor en su voz—. ¿Por qué jugar de esa manera? Nosotros somos...
—Ustedes son unos egoístas de mierda, así que no me vengas con tus sermones de hermano mayor ahora que te recuerdo que aquí quien tiene culpa de todo esto, eres tú —dijo dando un paso hacia su hermano mientras lo acusaba con su dedo índice—. Tú y Brayden, siempre ustedes dos, los hijos perfectos, los príncipes que todo el mundo a admirado, ¿y dónde me deja eso a mí?, ¿acaso no es obvio? Siempre he sido la sombra de ustedes.
—Eso no es cierto.
Aseguró Frederick cosa que enojó más a Bryson.
—¡Claro que es cierto! ¡Siempre he sido su maldita sombra! —gritó con ira—. ¡Ustedes siempre lo han tenido todo! ¿Crees que no lo sabía? ¿Qué no sabía que escogerían a Brayden para ser rey y no a mí cuando soy yo quien está en la línea de sucesión antes que él? ¿Qué todos te prefieren a ti a pesar de que seas un estúpido niño malcriado? ¡Yo he merecido más que ustedes! ¡Siempre he estado aquí! ¡Respeto la monarquía! ¡Y siempre...!
—¡Suficiente! ¡Ya basta Bryson! —lo calló el rey alzando la voz, Bryson tenía el rostro hinchado por los golpes en su rostro, su labio continuaba sangrando un poco, pero eso no parecía importarle del todo. Frederick dio un paso al frente, ignorando a su padre y encarando a su hermano.
—Tú sabes bien que siempre has tenido un lugar aquí y que todos tienen el mismo respeto por ti que por mí.
Inquirió Frederick, Bryson rio a secas.
—¿Y crees que eso es suficiente? ¡Tú serás rey! ¡Tendrás todo lo que yo siempre he querido! ¿Pero sabes una cosa? En verdad disfruté meterme con Erin mientras ustedes dos lo hacían, se sintió como una victoria, ¿sabes por qué? Porque ese bebé ni siquiera era de ustedes era...
Frederick no dejó a su hermano terminar, se lanzó de nuevo sobre él para golpearlo furioso, los guardias intervinieron de inmediato separando a los príncipes, a estas alturas el rey estaba muy molesto, la reina continuaba presente, pero había pedido a una doncella que sacaran a Ryleigh de la habitación para que no presenciara la pelea de sus hermanos, sentí alivio porque la pequeña no estuviera aquí, le dolería bastante ver a sus hermanos en una situación como esta.
—¡Eso no justifica lo que hiciste!
Gritó Frederick forcejando su agarre, los guardias lo sujetaron con más fuerza.
—¿Crees que me importa? ¡Yo solo quería lo mismo que ustedes! ¡Ser igual a ustedes! ¡Quería encajar por primera vez en algo! ¡Ser suficiente como ustedes!
Gritó Bryson, Frederick negó dejando de forcejear con los guardias.
—Esa no era la forma de ser como nosotros, ¿acostándote con Erin? ¿Engañándonos a todos? ¡Eso! ¡Eso es jugar bajo! —expresó, hacia sus esfuerzos por controlar sus emociones y no mostrarse débil ante la situación—. Brayden no merecía tener el final que tuvo y tú...
—Brayden estaba mal de la cabeza, ¿Vas a pretender que no te seguía tus pasos? ¿Qué quería todo lo que tú querías? ¿En verdad eres tan bruto para no verlo? —Bryson se rio de nuevo—. ¡Él quería ser exactamente como tú!
Frederick negó al tiempo en que su cuerpo se tensó, los guardias lo soltaron al igual que a Bryson, esta ocasión, ambos respetaron la distancia en la que se encontraban.
—¿Y sabes una cosa? Yo también te admiraba, quería ser como tú, eras mi ejemplo a seguir —inquirió con dolor en su voz—. Yo creía que, si me parecía a ti, me incluirían en los asuntos reales tal y como lo hacían con Brayden y contigo, pero al parecer yo nunca he sido suficiente para encajar en este reino, siempre esta alguien más por delante de mí sin importar qué, no importa cuánto me esfuerce, nunca seré el primero ni el último, siempre hay alguien más, ¿así que por qué no meterse con la misma chica? Al final de cuentas, ambos ya lo habían hecho, eso solo me daría una cosa, la satisfacción de tener algo en común entre los tres: meterse con la misma zorra.
—No hables así de Erin —le reprimió Frederick, dando un paso al frente, los guardias hicieron lo mismo, alertas de que el príncipe de nuevo se lanzara sobre su hermano—. Y querer ser como yo no justifica tus acciones ni las de Brayden. Ustedes dos son mucho mejor personas de lo que creen, pero esto. —Señaló a su alrededor con ambas manos—. Esto ha sobrepasado todos los límites, no solamente has arruinado mi vida, sino la de todos en este palacio, ¿crees que enjuiciarme va a darte la satisfacción que mereces? ¿Tener el trono que deseas?
Bryson se acercó a su hermano, llevándose las manos a los bolsillos de su pantalón, le sostuvo la mirada, era una mirada desafiante.
—No me importa si te exilian o no, o si consigues el trono, al final de cuentas, sé que nunca gobernaré un país como este, pero consigo la satisfacción de verte arruinado en algo por primera vez y no tienes el apoyo de nadie para defenderte, ni siquiera del abuelo.
Aseguró con gozo, Frederick rio por lo bajo.
—¿Quieres decir que todo esto es por verme arruinado? ¿Por esa absurda satisfacción? ¿Te digo una cosa? Al principio me dolió lo que sucedió con Erin, me sentí destrozado, incluso cuando presentía que ese bebé no era mío, ¿sabes que es lo que más me duele de todo esto? —le preguntó, Bryson no dijo nada, guardó silencio—. Me duele más la traición que mis propios hermanos me han hecho durante los últimos años que una simple chica o un trono, no pedí esta vida, tampoco pedí ser rey algún día y yo juraba que, a pesar de todo, nos teníamos el uno al otro, pero me doy cuenta de que he estado gravemente equivocado durante estos últimos años, toda mi vida me han tachado de ser un egoísta cuando ustedes han sido más egoístas que yo.
—¿Piensas que un sermón será suficiente para acabar en todo lo que te has metido? Estás acabado, Frederick, no podrás tener un trono.
—Y tú tampoco lo harás —interrumpió el rey entrometiéndose en la conversación de sus hijos, todos aquí estábamos sorprendidos con las confesiones de ambos chicos, teníamos rostros desencajados mientras tratábamos de asimilar las cosas, esto era demasiado difícil para todos—. No estoy defendiendo a ninguno de los dos, este comportamiento infantil de ambos me tiene harto, tú no mereces un trono, tu comportamiento deja claro que no puedes gobernar un país como este —señaló a Bryson y luego a Frederick—. Y tú serás enjuiciado gracias a los caprichos de tu hermano, eso no...
—No. No voy a rendirle cuentas al parlamento por una acusación falsa, tú sabes muy bien que yo no fui el culpable de la muerte de Brayden, él quiso suicidarse.
—Frederick...
—¡No! ¡No me vengas con tus absurdos sermones! ¡No soy tu marioneta! —le gritó a su padre, quien se molestó por el tono de voz que su hijo estaba utilizando en él—. ¡Por primera vez sé mi padre y no el maldito rey de esta nación!
—¡No uses ese tono en mí, jovencito! ¡Te lo prohíbo!
Frederick caminó a su padre quedándose frente a él.
—Entonces, haz que no sea llevado a juicio por algo que no cometí.
—No puedo hacerlo.
—Entonces me temo que tengo que recurrir a otro medio.
—¿De qué hablas?
Espetó el rey sin humor de entender a su hijo. Frederick se sacó el papel que se había guardado consigo en los bolsillos de su sudadera, estaba algo doblado y arrugado, pero no le importo, los aventó al pecho de su padre con fuerza.
—De que, si no quieres que yo te arruine por mi cuenta, tendrás que ceder ante mi petición —exigió retándolo—. Y si quieres comprender de lo que estoy hablando será mejor que veas esos papeles.
Bryson se tensó en su lugar y el rey se animó a revisar los papeles, todos guardamos silencio en la habitación, la tensión era pesada, y observábamos a los tres hombres. Su ceño se frunció mientras leía, era evidente que estaba algo disgustado por lo que estaba leyendo, mientras lo hacía, me permití ver más a Frederick, quien observaba a su papá con una respiración pesada por culpa de la adrenalina del momento.
—¿De dónde sacaste esto? —exigió furioso—. ¡No puede ser real!
—Pues, aunque te pese, es real, está firmado por el rey Carl y ahí dice en claro que tiene testigos.
—Eso no contesta mi pregunta, ¿de dónde lo has sacado?
—Ha estado guardado por años bajo el cuidado de Elliot Blomberg.
—Ja, no me sorprende —se burló el rey—. Tu abuelo siempre tenía todo previsto, ¿no? Y con esto lo deja en claro, pero...
—Pero es oficial, no hay nada que puedas hacer.
El rey se tensó ante el comentario de Frederick, lo que le dio más seguridad a él para plantarse firme ante su padre.
—Esto no está bien —se quejó de nuevo—. ¡Es traición!
—Te equivocas, traición es todo lo que ustedes me han hecho hasta el día de hoy —inquirió Frederick, el rey lo miró con recelo—. Así que te diré que es lo que harás si no quieres estar en un lío más gordo que este. Si nos presentamos en la corte, te juro que voy a sacar ese documento a la luz y ambos sabemos bien que te dejará en una gran polémica, la nueva ley de Carl va a despertar dudas entre todos y estoy casi seguro que hará este problema más grande de lo que es, así que me liberaras de ser enjuiciado si no quieres hundirte conmigo y segundo, me darás el trono tal y como mi abuelo dejó en claro y te largarás del palacio junto con Bryson.
—¿Qué hay con tu madre y tu hermana? ¿Vas a exiliarlas también?
El rey no estaba contento con la nueva petición de su hijo que sonaba más como una orden.
—Ellas se quedan conmigo, ¿sabes por qué? Porque no merecen estar con un hombre como tú, ¿crees que voy a arriesgar su vida para que les hagas lo mismo que me has hecho a mí? ¿Qué sucederá después cuando yo no esté? ¿Me dirás que vas a pagarla con Ryleigh como lo haces conmigo?
—¿De qué diablos estás hablando, Freddy? —inquirió la reina con preocupación, era la primera vez que ella se entrometía en una situación como esta.
—Que Gustav puede ser un rey, pero jamás un padre y un esposo, ¿piensas defenderle como todos estos años, mamá?, ¿o piensas que no sé todo lo que este hombre ha hecho? —se quejó Frederick—. ¿A quién crees que acudía cada vez que necesitaba descargar su ira? ¿Crees que salía de casa como decía?, ¿o ya se te olvido que tiene malditos problemas de autocontrol?
—¡Cállate! —gritó el rey, la tensión incremento y por el repentino cambio del rey, los guardias se pusieron alerta—. ¡Tu madre y tu hermana son demasiado ignorantes para entenderlo! ¡Tú eres un hombre! ¡Accediste a responder por ellas desde un principio!
—¿Gustav, de qué estás hablando? —exigió la reina con lágrimas en los ojos.
—Vamos, dile —exigió Frederick con odio—. Dile que todas esas veces que accedí a que me golpearas era para que no descargaras tu ira sobre ellas, ¿y aun así quieres que ellas se vayan contigo? No voy a permitírtelo.
—Gustav, ¿es eso verdad?
A estas alturas, la reina ya no estaba conteniendo las lágrimas.
—¿Qué querías? ¡Siempre lo han defendido! ¡Incluso tú lo has idolatrado como mi padre, mi madre y todos en este reino! —protestó—. ¡Lo único que han hecho con el paso de los años es ablandarlo, hacerlo un hombre débil y eso no lo hace digno de convertirse en rey! ¡Él no merece este país!
—¡Él lo merece! —aseguró la reina con enfado hacia su esposo—. Créeme que, si yo hubiese tenido idea de que te desquitabas con él y usabas mi nombre y el de tu hija como justificación de tu brutalidad, yo misma hubiese acabado contigo.
El rey se tensó por las palabras de su esposa, su cara se desfiguró por la sorpresa. Frederick dio un paso al frente para proteger a su madre, pues pude ver que había una pizca de miedo ante su padre, miedo a que él respondiera de alguna manera física a su madre.
—¿Vas a ponerte de su lado ahora?
Inquirió el rey y la reina rio.
—Es mi hijo Gustav, y también es el tuyo, aunque es evidente que no merece ser hijo tuyo, es demasiado bueno para llevar tu sangre.
Estaba segura de que, aunque fuera el rey, los guardias no permitirían que le faltara al respeto a la reina, responderían a defenderla de inmediato. El comentario de la reina no dejó más que una mala cara en el rey, quien se había quedado sin palabras.
Frederick los interrumpió.
—¿Y bien? —preguntó en dirección a su padre—. ¿Ya has decidido que quieres hacer?
—No —protestó la reina—. No tiene el derecho de escoger alguna opción, les recuerdo que también tengo poder en este lugar tanto como él y si tú no lo haces de inmediato, yo lo haré. Lo mejor es que tú y Bryson tomen sus cosas en cuanto antes y se larguen de mi palacio en cuanto antes.
Por esta vez, el rey no protesto, se vio resignado ante las palabras de la reina y le entregó el oficio del rey Carl, Bryson quien ya no había gesticulado palabra alguna desde hace rato, siguió los pasos de su padre saliendo de la habitación, la reina le dio las órdenes a un par de guardias de acompañarlos y asegurarse de que se vayan del palacio. Cuando solo quedamos nosotros tres y un par de empleados y guardias, la reina se volteó hacia Frederick y lo abrazó, había dolor en su mirada.
—Lamento mucho todo esto mi niño, yo no tenía ni idea —aseguró, Frederick apretó su abrazo—. Eres muy valiente por soportar tanto y eso es algo que siempre admiraré de ti, no importa lo que haya dicho o hecho tu padre, eres digno y merecedor de ese trono, tu abuelo estaría muy orgulloso de ti y te aseguro que no existirá ningún rey gobernando ningún otro país como tú.
Le colocó un beso en la frente, Frederick cerró sus ojos con fuerza, estaba llorando y no le importó ser visto por el personal.
—Te amo, mamá.
—Y yo a ti, mi Freddy. —Se quedaron en silencio por unos minutos, hasta que la reina llamó a Mark—: Convoca al primer ministro y al obispo, diles que Frederick será coronado en cuanto antes, es una orden de la reina.
—¿Lo dices en serio?
Preguntó Frederick incrédulo. Su mamá asintió.
—Larga vida al rey, hijo.