Nuestra cena había despertado el humor de ambos que las ganas de dormir faltaban, por lo que una caminata nocturna después de una larga conversación pareció lo más conveniente para los dos, como de costumbre, la residencia estaba desértica después de las ocho, cosa que no me sorprendía teniendo en cuenta que todos aquí eran señores mayores y las nueve de la noche era como desvelarse para ellos. Frederick caminaba a mi lado con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y yo me abrazaba a mí misma para entrar en calor, no hacía falta tener una conversación en concreto, el silencio entre los dos era íntimo y agradable, no había tensión ni preocupación alguna, tampoco apuro en soltar palabras.
Cuando pasamos por el jardín de la señora Greta, Frederick detuvo su paso para acercarse a cortar una rosa blanca de su jardín, luego de cortarla, me ofreció una sonrisa y me la entrego, aquel simple gesto hizo que mis mejillas se sonrojaran de inmediato, pero acepté la rosa.
—Es linda —dije antes de olerla, una sonrisa se posó en su boca—. Gracias.
Murmuré para los dos, antes de continuar caminando.
—No tienes que agradecerme, seguro me llevaré un regaño por la mañana, pero vale la pena, sus rosas son las más bonitas —aclaró, enarqué una ceja con curiosidad, cosa que hizo que se acercara más a mí, detuviera su paso y volteara en dirección a la casa de la señora Greta y señalara hacia la puerta, donde visualicé lo que me pareció una cámara—. La señora Greta es desconfiada, por lo que tiene cámaras para vigilar su jardín, sobre todo si se trata de sus flores.
—Entonces, te regañara por haber cortado la rosa —dije y se encogió de hombros.
—Sí, pero no es como un gran problema, te ha gustado —asentí, gustar era poco, me había encantado aquel gesto sorpresivo. Frederick dio un respingo a mi nariz con su pulgar y me atrajo a él para continuar caminando.
No había dirección alguna, solo recorríamos las calles de la residencia y dejábamos que la noche nos abrazara a ambos.
—Creo que esta ha sido una de las mejores citas que hemos tenido, si es que se puede considerar como una.
Me vi diciendo para ambos, él sonrió.
—Pienso lo mismo, pero sin duda mi favorita fue el parque de diversiones —dijo, de inmediato, mi mente vagó en aquel inolvidable día—. ¿Con qué ya consideras nuestras salidas espontáneas como citas? —preguntó enarcando las cejas, divertido. Me encogí de hombros.
—Probablemente.
Dije tratando de restarle interés, Frederick negó con humor.
—Es agradable, además de que se siente bien y fuera de lo casual —dijo con tranquilidad—, sé que no se debe de hablar sobre otras citas cuando estás en una, pero las chicas con las que he salido no suelen aceptar este tipo de cosas, digamos que prefieren cosas más ostentosas que una simple caminata o cocinar en casa y ver películas navideñas.
—No dejarás lo de las películas navideñas, ¿verdad?
Cuestioné, cada vez que tenía oportunidad, parecía traer el tema de vuelta solo para molestar.
—Sí te gusta verlas durante temporadas no navideñas, definitivamente traeré el tema las veces que consideré necesario molestarte con ello.
Dijo y aproveché la cercanía para darle un empujoncito, lo que hizo que una risita corta saliera de él, risa la cual encontré adorable.
—Bueno, tú eres un tramposo de primera y no te lo estoy refiriendo en cada oportunidad que tengo, deberías de ser más considerado.
—¿Y perderme la oportunidad de hacerte enfadar? —preguntó agitando las manos en el aire—. Preciosa, ver tu adorable cara enfadada es mi parte favorita.
—No sé qué decirte.
Dije sin ocultar el nuevo sonrojo en mi rostro, era impresionante la gran habilidad que este hombre poseía para hacerme sonrojar y suspirar en segundos.
—¿Quizás algún cumplido también? —preguntó—. Sé que soy guapo y tengo un excelente sentido del humor, pero me temo que no sueles elogiarme seguido.
Rodé los ojos fingiendo irritación.
—No hace falta hacerlo si ya lo sabes. —Reímos al mismo tiempo—. Pero en caso de que no sepas esto, eres un chico grandioso con un gran corazón, veo la forma en que te preocupas por todos los que estamos a tu alrededor y tienes una gran capacidad de querer a los demás que es admirable de ti.
Y era cierto, Frederick tenía un gran corazón, desde que llegué a la residencia, le veía ayudar a cada uno de los residentes con cosas que incluso parecían insignificantes, nunca se quejaba, ayudaba sin importar si tenía tiempo para ello o no.
Se encogió de hombros restándole importancia.
—Intento ser la mejor versión de mí mismo. Además, trato de ayudar de la forma en que me gustaría que alguien me ayudara —confesó, cosa que hizo que se ganara toda mi atención. En aquellas palabras había más de lo que yo imaginaba, me acerqué más a él, lo que hizo que él me abrazara para atraer mi cuerpo al suyo.
—Bueno, eres una persona maravillosa y digna de admirar —insistí—. Y Ryleigh te adora, ella te ve como uno de sus mejores amigos y no solo como hermano.
La mención de ella hizo que sonriera.
—Me alegro de que así sea —se ve diciendo—. Aunque siento que nuestra relación ha ido decayendo este último año, con mi falta de tiempo y mi mala comunicación con mis padres no me permite pasar el tiempo que me gustaría con ella. Sabes que mi madre no me deja verla.
—¿Por qué no puedes verla? —cuestioné—. No deberían de prohibirte hacerlo, es más que obvio que ella te extraña y le encanta estar contigo.
Una mueca se dibujó en su boca.
—Sí mi relación con papá es mala, no sé qué decir sobre mi relación con mi madre —contesto, tomó una respiración profunda y la dejo caer pesadamente luego de unos segundos—. Ella va al lado de mi padre y no puedo culparla, al final de cuentas, es su marido, en parte me duele su indiferencia, la forma en que suele obedecer todo lo que él dice y no quejarse de ello, decirle que está mal y que un rey también se equivoca, pero al final recuerdo que ella es la reina y tiene un papel tan importante como el de mi padre y que los dos están de acuerdo con nuestra difusa relación. Es egoísta de mi parte quejarme de ello cuando sé las razones por las que las cosas están tensas entre notros.
Conocía la respuesta. Bryson.
—No deberían de culparte por ello, no cuando Bryson fue quien se suicidó.
Era fácil decirlo, más no hacerlo, el gesto que Frederick me dio, lo dijo.
—Nadie puede enterarse de ello del todo, al menos no de esa forma, se lo prometí...
Suspiro con cansancio, hablar de ello espantaba su humor, lo que me hacía sentir mal por ser quien traía el tema.
—Yo, lo siento, no quería incomodarte, sé que el tema no...
La sensación de estropear siempre las cosas vino a mí y dejé mi comentario a medias, tomé una respiración profunda y la dejé caer pesadamente, Frederick negó deshaciéndose de sus pensamientos.
—Hay que regresar a casa antes de que la noche sea más fría.
Concluyó por ambos.
Cuando estuvimos dentro de casa, su mano impidió que fuera directo a mi habitación como sucedía de costumbre.
—Quédate en mi habitación esta noche, Beth.
Dijo en un tono suave y ronco, fue imposible no sorprenderme de su repentina invitación, enarqué una ceja curiosa.
—¿Estás seguro de lo que dices?
Asintió.
—Mi cama es lo suficientemente grande para ambos, al menos que descartes la idea de dormir conmigo —dijo seguro.
Me mordí el labio con fuerza, no esperaba esa simple y repentina invitación por lo que estaba sorprendida de que la hiciera, el sonrojo nuevamente apareció en mí mientras pensaba las cosas y al final me veía asintiendo.
***
Ir al trabajo temprano definitivamente no era sencillo cuando desperté con el brazo de Frederick rodeando mi cintura e impidiendo que me levantara de la cama, su respiración chocaba con mi cabello y estaba tan cómodamente entre sus brazos que me consideré más de una vez si en verdad quería salir de la cama temprano, sin embargo, la hora en el despertador que había cerca de la cama me hizo empujar su brazo con fuerza para levantarme de un salto.
Me había despertado una hora tarde, lo que significaba que llegaría más tarde de lo normal al trabajo, lo cual no era sano, Fabrizio era muy estricto con la puntualidad y eso me traería problemas, por lo que salí tan rápido como pude de la cama y fui directo a mi habitación, busqué mi ropa y luego fui al baño para tomar una ducha.
Al salir de ella el aroma a tocino frito y huevos revueltos inundaron mis fosas nasales y fui a la cocina para encontrar a Frederick sin camisa mientras prepara el desayuno, una gran y boba sonrisa se dibujó en mi boca y me quedé recargada en el marco de la puerta mientras le observé cocinar, le tomó un par de minutos notar mi presencia, cuando lo hizo me animé a entrar y él se acercó a mí para plantar un beso en mis labios.
—Buenos días, preciosa.
—Buenos días —le saludé, antes de tomar asiento—. Me quedé dormida, voy demasiado tarde al trabajo.
Frederick terminó de servir el desayuno en los platos y asintió.
—Podrías llamar y decir que no te presentaras hoy —sugirió, antes de entregarme un plato con huevos revueltos y tocino, mi estómago rugió ligeramente por causa del hambre.
—No sé si debería de hacerlo, lo último que deseo es tener un despido y Fabrizio detesta las llegadas tardes.
—No me sorprende, ya te he dicho que lo encuentro un idiota —espetó sin enfado, le tomó un minuto sentarse frente a mí.
Apreté los labios en una fina línea, no quería entrar en una discusión luego de haber tenido una buena velada.
—Bueno, es el jefe, es normal que se enfade por situaciones como esta —me vi respondiendo, Frederick me miró directo a los ojos.
—Deberías de cancelar, podrías quedarte en casa conmigo y si trabajar es lo que quieres, no me molestaría tener ayuda sobre los nuevos dictámenes de mi padre, hay un par de oficios que necesito redactar.
—¿No tienes a alguien que haga eso por ti?
Como miembro de la realeza, estaba segura de que debe de tener a alguien que suela ayudarle.
—No que sea de mi confianza. —Se encogió de hombros.
—¿Qué clase de dictámenes tienes que hacer?
Pregunté curiosa, no me sorprende que Frederick prefiriera hacer las cosas por su cuenta que tener una asistente o ayuda.
—No estoy aún seguro de que traten, estoy tratando de leerlos y comprenderlos, tienen que ver con las nuevas leyes que mi padre quiere estipular para el país.
Reconsideré las cosas por unos minutos, presentarme al trabajo a esta hora ya era demasiado y seguro me traería problemas con Fabrizio y lo menos que quería era tener problemas, así que terminé escribiéndole un mensaje de texto y diciéndole que no me sentía bien como para ir a trabajar, el mensaje lo respondió de inmediato e indico que me enviaría a mi correo el trabajo, pues tenía un nuevo artículo en el que quería que trabajara y no podía perder el tiempo si quería que la noticia saliera a la luz mañana por la mañana.
Frederick y yo terminamos de hacer los quehaceres de la casa y al final, trajo toda la documentación que ha estado analizando durante la semana, me explico un poco sobre el trabajo, el cual era mucho más complicado de lo que parecía sobre todo cuando yo no conocía nada de política.
La mañana transcurrió rápida, entre revisar oficios y leer artículos, perdimos la noción del tiempo, no fue hasta que Frederick recibió una llamada del palacio que dejamos de trabajar.
—¿Está todo bien?
Pregunté al ver la expresión seria en su rostro, luego de colgar la llamada. Negó.
—No es nada malo —se apresuró a aclarar—. Solo requieren mi presencia para una pequeña reunión.
—¿Tienes que ir ahora?
—No es como que tenga mucha opción, es una junta importante en la corte real —explicó—. ¿Quieres venir al palacio conmigo?
Reconsideré las cosas por un segundo, la última vez que estuve en el palacio, las cosas no se sintieron tan cómodas. Me encogí de hombros, agradecía su invitación, pero no quería estar allí del todo.
—Preferiría quedarme en casa, tengo trabajo que hacer, Fabrizio me ha enviado un nuevo artículo por escribir.
Me excusé, Frederick asintió.
—Bien, creo que es mejor que estar en el palacio.
Se vio diciendo mientras comenzaba a rejuntar sus cosas, hice lo mismo.
Al terminar de guardar todo, pasaron quince minutos para que Frederick se fuera y yo llevara mi laptop a mi lugar en la cocina y revisara mi correo electrónico, en el buzón de mensajes, tenía dos correos de Fabrizio, decidí abrir el segundo, el cual decía que el artículo en el que debía de trabajar, ya había sido publicado y que tomara el día libre si realmente estaba enferma, noté que dejo la liga del artículo en línea, así que decidí darle una vista.
The Ahlstrom's Journal
25 de Julio del 2019
La Residencia Stallmästaregården, es una residencia situada en Solna para adultos mayores, en su mayoría, retirados, y si bien, hay una política estricta de no niños en aquella residencia y estamos seguros de que también debe de haber una política para no jóvenes viviendo dentro de esta residencia, pero el príncipe Frederick Kallenberg fue visto llegar a esta residencia en más de una ocasión, hemos conseguido tener fotografías del príncipe llegando a ella, sin embargo, las visitas del príncipe en este lugar no han sido por su cuenta, pues como podemos observar en las fotografías, hay alguien con él dentro de su camioneta y si nuestro razonamiento no nos falla, aunque no podamos tener una buena vista de su nueva acompañante, podemos deducir a simple vista que no es un miembro de la realeza.
Es una lástima que no podamos tener una buena vista de la misteriosa chica, pero si tenemos un par de preguntas para ustedes lectores, ¿se tratara de un nuevo romance del príncipe? ¿Qué ha sucedido con la princesa Aitana? ¿Será ella también una princesa o miembro de la realeza? ¿Qué título tendrá? Y lo más importante, ¿el príncipe por fin abrirá su corazón a una chica?
Por el momento, no tenemos idea de que hace el príncipe visitando la residencia Stallmästaregården, lo que se considera es que probablemente el príncipe esté haciendo caridad con los habitantes de esa residencia, cosa que es sorprendente viniendo de un príncipe como él, alguien a quien demuestra no importarle mucho los demás, pues aunque no se hable mucho sobre la vida personal de nuestro futuro heredero de Suecia siempre hemos tenido la impresión de que Frederick Kallenberg es más que una cara bonita. Los seguidores de los Royals dirían que este príncipe sueco es un encanto y que posee una gran personalidad, pero ¿a quién engaña cuando solo son rumores?
Hemos visto a Frederick dar comunicados de prensa, asistir a eventos reales de los que estamos seguros son todos planeados por su equipo de prensa solo para conseguir publicidad como futuro soberano, ¿pero qué tanto es cierto de este príncipe? ¿Toda esa caridad que vemos es solo actuación para ganarse a sus súbditos o en verdad lo hace de corazón?