Hablar con Frederick sobre quién era Erin me ponía nerviosa, primero porque no sabía cómo iniciar la conversación y segundo porque estaba casi segura de que en cuanto le dijese que su hermano vino a verme hasta el trabajo, tendría uno de esos tantos arranques de enfado que tiene. Ya habíamos llegado a casa y nuestro viaje fue silencioso, aunque no dudo en saludarme con un beso en cuanto subí al auto, estaba más que agradecida que no hayamos entrado en un tema de conversación.
Freya nos sorprendió a ambos con la comida lista, así que nos ahorramos el tener que prepararla por nuestra cuenta, ahora estábamos en su habitación, ambos sentados sobre la cama mientras compartíamos el postre que Freya había cocinado para ambos, el televisor estaba encendido en una película que la verdad me costaba prestarle atención, mi mente recrea a una y otra vez como iniciar la conversación sobre su hermano.
—¿Estás bien, preciosa?
El dulce sonido de su voz me sacó de mis pensamientos, fruncí el ceño y él enarcó una ceja en espera de mi respuesta, asentí inmediatamente.
—Sí, lo estoy —dije bajando la mirada a mis manos y la cuchara que tenía en una de ellas, pensé en que esta era mi oportunidad para hablar del tema, tomé una respiración profunda y hablé—. Bryson vino a buscarme después del trabajo.
No tuve el valor suficiente de levantar mi vista y ver su rostro, le escuché resoplar, la noticia no le agradó, pero no huyó, dejó el tazón con pudin de chocolate sobre la mesita de noche al lado de su cama y habló—: ¿Qué fue lo que te dijo?
Su tono era tranquilo, estaba luchando consigo mismo para no enfadarse. Me animé a mirarle, sus ojos estaban observando mi rostro con delicadeza, buscando pistas sobre lo que pudo suceder.
—Dijo que sabía sobre mi trabajo, pero que no le diría nada a nadie, sobre todo a tus padres, sabe el problema en que ambos nos metería si descubren mi trabajo —dije. Su mandíbula se contrajo—. Lo siento, yo no tenía idea de que él estaría allí en cuanto saliera del edificio, si hubiera visto tus mensajes antes, probablemente me hubiese quedado dentro del edificio a esperar a que llegaras, pero no tenía batería y no leí los mensajes en cuanto los enviaste y....
—Sh, preciosa, no tienes nada de que disculparte, no es tu culpa —dijo acunando mi rostro entre sus manos—, no estoy molesto contigo si eso es lo que piensas.
Colocó un beso sobre mi frente y me acerco a él, acepte la cercanía que me proporcionaba, pero quise mantener, aunque sea una distancia mínima para poder mirarle y continuar con la conversación, deje la cuchara que tenía en mis manos sobre la cama y él la tomó para dejarla sobre el plato.
—También dijo algo más. —Me mordí el labio inferior con nerviosismo, Frederick frunció el ceño, fue mi señal para hablar—. Mencionó que te dijera que Erin está de vuelta.
El rostro de Frederick palideció al escuchar ese nombre, su respiración se hizo más pesada y se pasó una mano por su cabello con algo de exasperación.
Sus ojos se cerraron y abrieron pesadamente.
—¿Qué te dijo sobre ella?
Sus palabras no fueron bruscas, pero estaba luchando consigo mismo para no perder el control, este tema era algo que no se esperaba.
—No dijo mucho sobre ella. —Apreté los labios, Bryson era igual de intrigante que Frederick y prefirió dejarme con el veredicto de la duda en vez de darme respuestas.
—Claro que no lo haría —concluyó para sí mismo—. Sabía bien lo que hacía al hablarte de ella.
—Él no fue el único que la menciono —dije, no estaba defendiendo a Bryson y tampoco quería delatar a la pequeña princesa, pero si quería una explicación sobre quien era Erin, tenía que hacerlo. Su rostro me observó curioso—. Cuando estábamos en el palacio, Ryleigh mencionó ese nombre, pero no dijo casi nada.
De nuevo se pasó una mano por su cabello y otra por su rostro.
—Perdón, pero no creo que evadir el tema sea lo correcto —dije, yo esperaba que no lo hiciera, si lo hacía, él no sería la única persona molesta aquí—, siempre lo haces y creo que merezco respuestas, no puedes ocultar la verdad para siempre y claramente hay algo con esa Erin.
Espere a que se enfadara más y optara por ignorarme, que se levantará de la cama y se fuera a quien sabe dónde como solía hacerlo, pero no lo hizo, suspiro.
—Bien, tienes razón. —Sus ojos se posaron directo a los míos, había una sombra pesada en ellos y ese color avellana se oscureció—. Además, no creo poder cargar con ese nombre toda mi vida.
Estaba luchando consigo mismo, era difícil. Pose mi mano sobre la suya y la apreté, Frederick la acarició con su pulgar y eso pareció ayudar para que pudiera hablar.
—Un paso a la vez, ¿no? —dijo para ambos, yo le ofrecí mi mejor sonrisa y asentí, una parte interna se alegraba de que realmente hubiese escuchado mis palabras y que un paso a la vez significas demasiado para nosotros.
—Tomate tu tiempo, no voy a irme a ningún lado.
Quise apoyarlo, él sonrió, pero aquella sonrisa decayó de inmediato.
—Erin Svendsen, ese es su nombre, mejor conocida como la duquesa de Bergen y princesa de Noruega. Sin duda Erin fue alguien que no puedes olvidar fácilmente, no cuando forma parte de tu perturbador pasado —aclaró, su mirada estaba fija en el televisor, aunque no estaba prestando atención a la escena que estaba pasando—. Fue mi primera novia, la única chica con la que tuve algo serio si así pudiera decirlo, fue alguien a que ame y odie durante años, y a quien claramente no puedo olvidar.
—¿Sigues enamorado de ella?
La pregunta salió de mi boca sin pensar, por un segundo me arrepentí de ello. Frederick volteo a verme y negó lentamente, había una mueca de desagrado en sus labios.
—No creo que puedas seguir amando a alguien que te rompió por años, alguien que solo jugó contigo y fingió quererte. —La sombra pesada en sus ojos aclaró que no estaba mintiendo—. El primer amor nunca se olvida, sea bueno o malo jamás lo haces, ¿no? Erin fue mi primer amor y puedo decir que el último por muchos años sabía la mierda que era mi vida, lo difícil que es para mí estar en la realeza, éramos del mismo mundo, me comprendía en todo o al menos así lo sentía, comprendía cada situación, las reglas, la monarquía, mis padres, todo. Y yo solo deseaba ser comprendido, quería el apoyo que nunca logré tener, que me escucharán, y ella lo era todo, estaba clavado por ella, la volví mi prioridad, la amé sin más y al final descubrí que todo era un simple juego para ella, que yo era solo una especie de trofeo o juguete. Lo que hizo conmigo fue doloroso, me rompió en pedazos y me destrozó el corazón.
Hizo una pausa, el recuerdo causaba pesadez en él. Volteó a mirarme de nuevo.
—Ella salía con Brayden y conmigo al mismo tiempo, nos enamoró a los dos de una forma que no sé explicar, Brayden estaba perdidamente enamorado de ella, yo también, fue buena ocultándolo, era demasiado inteligente. Supongo que así sucede cuando realmente te enamoras de alguien, ¿no? No te das cuenta de los demás a tu alrededor y vuelves a esa persona tu prioridad.
Apreté los labios en una fina línea, no esperaba aquella confesión, mucho menos imaginé que aquella chica tuviese que ver con ambos hermanos.
—¿Qué sucedió después? —pregunté con interés—, ¿qué pasó con Erin?
Una sonrisa amarga se formó en su boca.
—Cuando descubrí la verdad, mi mundo se derrumbó, no puedo decirte que la olvidé de la noche a la mañana porque sería mentirme a mí mismo, la seguí amando por un tiempo, para ser honesto, no pude pensar en alguien que no fuese ella durante años, pero tomé la decisión de alejarme, dejarla ir y no volver a verla. Sin embargo, Brayden hizo todo lo contrario, continuó amándola y la perdono, dijo que no le importaba que haya jugado con los dos, él estaba muy enamorado de ella que no le importo nada, ni que ella haya jugado con ambos, ella tenía una manera peculiar de ganarse a la gente y supo muy bien cómo ganarse a Brayden.
Frederick estaba luchando consigo mismo mientras contaba esto, me acerqué más a él y lo abracé para hacerle saber que estaba con él y lo apoyaba, aceptó mi abrazo.
—Lamento mucho eso, no suena como una buena chica, duquesa o princesa, lo que sea que ella sea.
Una diminuta sonrisa se dibujó en sus labios, pero decayó de inmediato.
—Claro que no lo es, en realidad nunca lo fue.
—¿Alguien más sabe sobre ello?
Suspiró y negó.
—Al menos no toda la historia, sus padres son los reyes de Noruega y ella es la princesa, no puedo negarte que mis padres la conocen, pero los únicos que conocemos la historia al pie de la letra somos Bryson y yo —confesó—. Por supuesto, Brayden también lo hacía y bueno, ahora eres la cuarta persona que lo sabe.
Dijo, fruncí los labios. Quería hacer más preguntas al respecto, pero mi cabeza estaba aturdida de ello que no podía formularlas con claridad, mis preguntas tenían que ver con él, claro, pero estaba más interesada hacía Brayden y la princesa.
—¿Alguna vez les dijo por qué lo hizo?
Pregunté, una risita amarga salió de él.
—Como ya dije, mi familia conoce a la familia real de Noruega, incluso si dijera que no sabía que salía con ambos era ridículo, Erin sabía bien lo que hacía, ¿sus razones? Me temo que yo tampoco puedo contestarte esa pregunta, hasta la fecha, me pregunto por qué lo hizo, por qué decidió jugar con los dos. —Se encogió de hombros—. Erin y yo llevábamos saliendo un año y medio cuando me enteré de que salía con Brayden al mismo tiempo que conmigo, Brayden sabía de nuestra relación, en aquel entonces, yo no lo oculte, no oculte el hecho de que nosotros dos salíamos, los reyes estaban al tanto también, todos a decir verdad, pero Brayden y ella hicieron buen trabajo en ocultarlo, al parecer, seis meses después de salir conmigo, se había ganado el corazón de mi hermano de la misma forma que lo hizo conmigo, si no me equivoco, Brayden estaba interesado en ella mucho antes de que nosotros saliéramos, físicamente, es atractiva, no puedo culparle por enamorarse de alguien que llama tu atención desde el primer instante, Erin se interesó en él, los dos salieron en secreto durante todo ese tiempo, cada vez que Erin venía de visita al palacio, los dos conseguían un tiempo para reunirse, prácticamente, estuvieron saliendo frente a mis narices y como te dije, estaba muy enamorado de ella como para verlo.
—¿Quieres decir que tu novia te engañó prácticamente con tu hermano? Lo siento, pero eso suena horrible, ¿Qué clase de hermano hace eso?
Estaba más que sorprendida, no podía creer lo que escuchaba. No podía imaginar al príncipe engañando a su hermano con su novia, era demasiado.
—No podemos culpar al corazón por amar a la persona equivocada, el corazón no conoce de reglas cuando se trata de amar —aclaró—. Fue duro, no puedo negarlo, pero tampoco puedo culparlo, los dos caímos en el juego, fuimos engañados en muchos sentidos solo que él no lo supo ver, no pudo hacerlo, estaba demasiado enganchado por ella.
—Dios, no puedo imaginar a ninguno de mis hermanos haciendo tal cosa.
Si bien, yo había escuchado a mis hermanos que mencionar que la chica de tu hermano es pecado, quizás era un pensamiento ridículo y un tanto exagerado, pero que puedo decir, es de familia exagerar.
—Tampoco yo podía imaginarlo, me costó creerlo, no te digo que no, pero al final de todo, Brayden era mi hermano menor, era mi familia y no podía dejarlo solo por una chica.
No hacía falta que Frederick lo dijera, supe que perdonó a su hermano y por la forma en que se expresaba de él, lo quería demasiado como para odiarlo.
—Hay cosas que son difíciles de explicar, Beth. Sobre todo, cuando tienen relación con el amor, si yo hubiese sabido que Brayden estaba enamorado de ella desde un principio, me hubiese alejado, le hubiese dejado la vía libre entre ellos, y de ser así, él no hubiese muerto, estaría aquí con nosotros.
—No puedes culparte de ello, no es tu culpa.
Aseguré. Y no lo era.
Negó.
—Es difícil no culparse —dijo, volteando a verme, sus ojos estaban rojos, estaba luchando por contener sus sentimientos—. Hay algo que muchos no saben, al menos, no conocen los hechos del todo.
—¿Qué cosa?
Lo que sea que estaba ocultando, le estaba causando daño, pude verlo.
—El día del accidente, cuando Brayden murió, no sucedió exactamente como todos conocen, sí, él estaba en el auto, pero no iba solo, Erin estaba con él. Me llamó en cuanto antes porque no sabía qué hacer con él, dijo que ambos habían tenido una discusión y que Brayden estaba realmente molesto, ni siquiera quiso explicarme que había pasado realmente, solo me dijo que tenía que llegar en cuanto antes a la dirección que me mandaría por mensaje, que Brayden había entrado en un ataque de ira y que de alguna forma se había suicidado.
Un nudo se formó en su garganta mientras contaba, esto era demasiado personal para él, mi garganta se secó y estoy casi segura de que la de él también, la noticia era demasiado impactante.
—¿Lo dices en serio? —pregunté. Si más no recuerdo, la noticia de la muerte del príncipe había dejado a todo el país impactado, y se había mencionado que sufrió un accidente automovilístico que acabó con su vida en segundos, pero nunca se mencionó un suicidio.
—Brayden se quitó la vida frente a Erin en el auto después de haber peleado, ni siquiera quiso decirme por qué discutieron, que fue lo que lo había hecho perder la cabeza de aquella forma, pero tuvo que ser algo demasiado duro para que quisiera quitarse la vida, mi hermano no tenía arranques así, siempre fue una persona centrada. Cuando llegué a la dirección que me había mandado, el auto estaba estrellado contra el tronco de un árbol la parte delantera estaba destrozada, Erin estaba en asiento del copiloto y Brayden en el conductor, en su mano tenía una navaja, había diferentes cortes en él, sobre todo en sus muñecas.
—Conseguí sacar a ambos del auto, Erin estaba en shock por todo lo que sucedió, fue difícil sacar el cuerpo de mi hermano porque ya era muy tarde, estaba sin vida y Erin estaba demasiado asustada para salir del auto por su cuenta, cuando conseguí alejar a los dos, el auto explotó.
Dios mío, estaba impactada de la noticia, de tan solo imaginar la escena revolvía mi estómago. Me cubrí la boca con ambas manos, Frederick no pudo contener más las lágrimas al contarlo, su mundo se derrumbó en segundos, un sollozo pesado salió de él y fue suficiente para romperse, atraje su cuerpo al mío y lo apreté contra mí en un abrazo.
—Si tan solo lo hubieses visto. Fue demasiado para soportar, había demasiada sangre, yo no podía creer que haya decidido quitarse la vida de esa manera y mucho menos que pusiera su vida y la de Erin en riesgo.
Vértigo fue lo que sentí al imaginar la escena de nuevo.
—Dios, no merecías presenciar algo como eso, lo siento mucho.
Pasé mi mano por su cabello en un intento de consolarlo, Frederick continuó desahogándose.
—Creo que la peor parte de todo eso fue darles la noticia a mis padres —dijo controlándose luego de un tiempo—. Intenté contarles los hechos, pero ninguno de los dos quiso creerme, de cierta forma lo imaginaba y Erin también sabía que no nos creerían, me suplicó para que no dijera nada, para que mintiera sobre mi hermano quitándose la vida, era un chico alegre, con demasiado optimismo que nadie supondría que decidió quitarse la vida por su cuenta mientras conducía, al final, ambos mentimos, dijimos que yo iba conduciendo en el auto, Brayden iba en el asiento del copiloto y Erin en la parte trasera, ninguno de los dos llevaba cinturón y que yo iba conduciendo a toda velocidad como si fuera un auto de carreras, porque todos en el reino saben mi afición por las carreras de auto. Fue la versión más creíble para nuestros padres.
—¿Qué?
Solté en casi un susurró, ahora sí que estaba más que confundida, Frederick se había culpado por la muerte de su hermano. Me costaba entender por qué tomo la decisión de echarse la culpa por su hermano, incluso si lo explicaba.
—No podía manchar la imagen de mi hermano, Brayden era como la imagen de hijo perfecto, todos lo querían, era un buen príncipe, respetaba la monarquía y obedecía las reglas al pie de la letra, quitarles a mis padres la imagen de hijo perfecto no iba a ser fácil, no iban a creerme, no lo han hecho.
—Cuanto lo siento, nadie merece pasar por algo como esto, incluso para ti es mucho.
Negó.
—Cada uno lidia con lo que puede soportar, ¿no? —inquirió—. Un año después, papá se enteró de ello, pero por supuesto, consideró que lo mejor para todos era que la historia continuara igual, que nadie, ni mucho menos mamá, se enterara de la forma trágica en que su hijo preferido decidió quitarse la vida, dijo que nadie merecía saber la verdad de lo que pasó y que yo tenía la culpa de ello desde un principio, que era mejor que las cosas se quedaran como estaban.
Reí secamente, si el rey me resultaba intimidante, con esto, me desagrado, no merecía hacerle eso a su hijo.
—Dios, el rey es...
Negó.
—No merece que gastes sus pensamientos en él —interrumpió Frederick—, tiene sus razones para preferir que las cosas se queden como están, además, los dos sabemos que la verdad nos perjudicara a ambos, es casi como un acuerdo mutuo de callarnos.
—¿Por qué? Eso no me parece justo.
—La vida no es justa, preciosa. Nunca lo ha sido para mí y no espero que lo sea.
Con esto, me quedaba más que claro que Frederick estaba roto en muchos sentidos, y de nuevo, nadie merecía cargar con un secreto como ese, era demasiado peso sobre sus hombros.
—¿Qué me dices de Bryson? ¿Él también lo sabe?
—No estoy seguro de ello —negó—, Bryson conoce los hechos, sabe de nuestro amorío con Erin, pero no creo que sepa sobre lo que realmente pasó en el accidente. Por mucho tiempo, fue un secreto entre el rey, la princesa y yo.
Y ahora, ese secreto también era mío, conocía los hechos sobre lo sucedido en aquel lamentoso día.