Frederick y yo no volvimos a tocar el tema de la nota publicada por la página web de chismes, aunque la noticia seguía en la red, el rey no volvió a llamarnos en el palacio y Frederick no se presentó allí por el resto de la semana, aunque lo veía trabajando en papeles importantes dentro de casa, lucía preocupado e inconforme con la situación, en el trabajo, Fabrizio actuaba como si nada y se le veía sonriente entre los pasillos, continuaba consiguiendo información de distintas celebridades y creando nuevos chismes y noticias, al final de cuentas, ese era su trabajo y con el cual había triunfado hasta la actualidad.
A pesar de que yo sabía que la noticia no fue publicada por Fabrizio, sentía molestia hacia él porque estaba segura de que él tenía que ver, lo único que se me ocurría era que debió vender la información a ese sitio web de británico, el problema con ello, era que ni la misma reina pudo hacer mucho al respecto para que la noticia se eliminara por completo de internet, incluso cuando consiguió que aquel sitio eliminara la noticia, está ya se había hecho viral en diferentes países y publicado por otras páginas similares.
Esta tarde, el auto de Frederick no estuvo en el estacionamiento de la empresa como de costumbre, pero sí estuvo un auto negro y Bryson recargado cómodamente en este, lo que me dejó en un gran estado de incredulidad al no tener idea de que estaba haciendo aquí.
Sus ojos azules hicieron contacto con los míos y me ofreció una sonrisa antes de alejarse de su auto y caminar en dirección mía, por un segundo, titubeo en retroceder, pues estoy tan sorprendida de su presencia que no sé cómo reaccionar con exactitud. Terminó frunciendo el ceño.
—Veo que te sorprende verme. Te pido una disculpa por mi repentina visita —dijo llevándose una de sus manos libres a los bolsillos de su pantalón, tengo que tragar con fuerza antes de hablar.
—Disculpa, ¿qué haces aquí?
Tuve que preguntar de buenas a primera, observé a mi alrededor para comprobar que no hay nadie además de nosotros, Bryson también hizo lo mismo y se animó a hablar.
—Quería hablar contigo. Sabía que, si te buscaba en la residencia de mi hermano, no sería fácil hablar contigo, no con él presente.
Sentí la ansiedad de morderme las uñas por culpa de mi repentino nervio, no entendía que era eso que Bryson quería que habláramos y por qué tanta su insistencia en vernos a solas sin su hermano. En parte, comprendía el hecho de que Frederick no lo dejaría hablar con facilidad, teniendo en cuenta su falta de comunicación y la no muy estable relación que existe entre ellos.
—Frederick llegará en cualquier momento.
Dije más para mí misma que para él, quería convencerme de que podía llegar en cualquier momento y ver a su hermano. A Bryson no le intimidó la mención de ello, al contrario, negó.
—Está en el palacio en una reunión con la corte real, si no me equivoco, llevan allí más de una hora y con los argumentos que tiene el primer ministro con las leyes, le tomará otras dos más salir de allí.
No supe que pensar al respecto, traté de decirme que podía estar mintiendo y era solo un intento para hablar conmigo, pero el hecho de que Frederick no estaba aquí como de costumbre, me hacía dudar de mis pensamientos. Insegura, saqué mi teléfono celular del bolsillo trasero de mi pantalón, no tenía batería estando dentro de la oficina y lo dejé cargando en el escritorio, ni siquiera lo encendí cuando salí del edificio.
Comprobé que Bryson estaba en lo cierto cuando veo que tenía una llamada perdida de Frederick y dos mensajes de texto diciendo que no podrá venir por mí temprano, pero que prometía hacerlo una hora después y que por favor espere por él, el mensaje fue enviado hace media hora.
—¿Cómo es qué sabes dónde trabajo?
Inquirí guardando nuevamente mi celular, Bryson dio un paso al frente, acortando la distancia entre los dos. Dude en retroceder.
—Tengo mis contactos —respondió seco—. Y descuida, los reyes no se enterarán de ello, ¿sabes los problemas que te traerán a ti y a mi hermano si los descubren? Podrían acusarte si descubren a que te dedicas, alguien podría decir que solo estás buscando información privada de la familia real, y eso es un grave delito.
Me tensé ante ello. Que Bryson supiera la verdad no lucía como algo bueno.
Me mordí la mejilla interior con tanta fuerza que hice una mueca de desagrado, Bryson estaba observándome fijamente, intrigado de cuál sería mi respuesta, me sentía fuera de lugar y con la guardia baja, no esperaba que él se enterara de esto, a decir verdad, nadie.
—Yo...
Si Frederick tenía la habilidad de dejarme sin palabras en muchas ocasiones, el comentario de su hermano, no se comparaba a todas esas veces en las que yo no supe que decir, esto era más que eso.
—Tranquila Bethany, no soy la clase de persona que le va con chismes al palacio, también tengo los míos y no voy a delatarte a ti y a mi hermano. Además, puedo ver que realmente le gustas —inquirió—. Sabes, solo una vez en mi vida presencia a mi hermano estar interesado en una chica, así que puedo decirte con certeza que tú le gustas.
No entendía de que venía este comentario y no me apetecía tener esta conversación en estos momentos. A menudo era ansiosa, los nervios me ganaban con facilidad y nada de lo que hacía sucedía como yo esperaba, pero me consideraba valiente y no iba a dejarme sentir intimidada por el príncipe.
—Lo lamento, pero no creo que sea el momento adecuado para tener una conversación. —Señalé el edificio detrás de mí—. Sabes, hay demasiado personal a punto de salir, si alguien te reconoce, podrías generar un chisme en el que estoy segura de que no te interesaría estar.
Bryson me analizó por unos largos segundos y terminó asintiendo.
—Coincido contigo, ¿por qué no subes a mi auto y conversamos en privado? Estoy seguro de que, si nos ven aquí juntos, no solamente traería problemas a mi persona sino a ti también.
Había cierta intriga en sus palabras, no me gustaba la forma en que se expresaba, generaba gran desconfianza en mí, sin embargo, sentía curiosidad por saber que era de lo que quería hablar y no deseaba quedarme con la duda, así que segundos más tarde, terminé asintiendo y entrando a su auto.
—De acuerdo, sé directo. No me gustan mucho los rodeos.
Dije cuando por fin estuvimos solos en el interior de su auto, agradecí que este estuviera polarizado y no se pudiera ver con facilidad al exterior. Esperé impaciente a que hablara, aún quedaba media hora para que Frederick viniera a buscarme, con suerte, podríamos hablar antes de que lo hiciera.
—Me alegra que pienses de esa forma porque me gusta ser directo con mis intenciones —aclaró, enarqué una ceja en su dirección—. Mira, mi hermano y yo no tenemos una buena relación y aunque te empeñes a defenderlo, sé que no se expresa bien de mí con nadie por lo que ya debió de advertirte de mí, ¿me equivoco?
Fruncí los labios.
—Jamás me ha advertido nada.
Incluso si Frederick detestaba la presencia de su hermano, no me había advertido algo como alejarme de él u otro tipo de advertencia y si lo hiciera, coincidíamos en el punto en que defendería a Frederick.
Enarcó las cejas.
—Por lo menos es considerado. —dijo más para sí mismo, luego se aclaró la garganta con discreción—. Bien, no nos desviemos del tema. Estoy aquí por una simple razón y es sencilla. A mi hermano le gustas, si no lo hicieras, no te habría defendido de mi padre, por ese motivo, quiero advertirte de algo, incluso si deseas comentárselo, no tendría problemas con ello, tarde o temprano tiene que enterarse de ello.
—Bien, ¿qué es eso tan importante a lo que has venido a advertirme?
Pregunté cruzándome de brazos. Bryson me sostuvo la mirada.
—Erin está de vuelta, ¿alguna vez te habló de ella?
Mi principal pensamiento es negar. La única persona que me habló de Erin fue Ryleigh, pero no iba a delatarla.
—Jamás escuché ese nombre.
Mentí, Bryson enarcó las cejas en un gesto fugaz y sonrió.
—Debí imaginarlo, sigue siendo tan reservado con ello —contestó serio—. Es por eso por lo que yo he venido a buscarte, él sabe que no puede ocultarla para siempre y si planea mantenerte a su lado, debes saber la verdad sobre ella, debes conocer sobre Erin.
El recuerdo de mi conversación con su hermana menor vino a mi cabeza, la pequeña no había dado mucha información al respecto, pero conocía ese nombre y si no hubiese sido por Bryson ahora mismo, yo no me acordaría de ella del todo. Tomó una gran bocanada de aire y pienso la situación por un momento, está claro que la familia real es bien familiarizada con el nombre y mi lado curioso no me deja más que preguntar.
—¿Quién es Erin?
La sonrisa que Bryson me ofrece me dice que no planea contestar a mi pregunta con exactitud.
—Bien, ya estoy haciendo mucho con esta información. —Apretó los labios tratando de oprimir una sonrisa—. ¿Quieres respuestas? Entonces deberías hacérselas a quien realmente puede responder a ellas con exactitud y esa persona es tu queridísimo príncipe, si hay alguien que tenga un vínculo familiar con ese nombre es él, así que deberías de preguntarle, lo único que yo puedo decirte es que deberías decirle eso, que Erin ha vuelto.
Negué sin comprender.
—¿Por qué estás haciendo eso? —Quiero decir que eso es algo entre su hermano y él y que si Frederick no ha dicho nada al respecto es porque debe ser personal y no está en sus planes involucrarme en ello, sin embargo, Bryson estaba aquí dándome información que bien, se la podría decir a su hermano y a mí.
Volvió a sonreír.
—Porque Frederick es demasiado terco para escuchar, sobre todo cuando se trata de ella, Erin es alguien importante en su vida, incluso si él intenta negarlo, es más que obvio verlo en sus ojos, le sigue afectando. —contestó seguro—. Traté de decírselo por mi cuenta, pero se niega a escucharme, en realidad, nunca lo hace, es por eso por lo que he acudido a ti. Él debe saberlo incluso si eso duele.
Ahora estaba yo más confundida que nunca y Bryson tenía respuestas que se negaba a dar del todo, por más que no quisiera creerle, sé que está en lo cierto cuando dice que su hermano es demasiado terco para escuchar, porque lo era, sobre todo cuando se trataba de él mismo.
—¿Alguien más sabe sobre ello?
Pregunté. Si iba a darle el mensaje a Frederick, por lo menos tenía que asegurarme de estar bien informada para todo, si algo había aprendido en mi trabajo es que siempre hay que tener toda la información necesaria y nada a medias.
Negó rápidamente.
—Por el momento, solo tú y yo —aseguró.
Quise hacer más preguntas al respecto, pero en su mirada podía ver que no sucedería, no soltaría la información que yo quería escuchar, continuaría manteniendo el misterio. Lo detesté por ello.
—Bien, le daré tu mensaje.
Dije sin más. Incluso si quería respuestas, no quería estar un minuto más en su auto, no se sentía seguro y por la hora en mi celular, Frederick no debería tardar en llegar, Bryson también checó su reloj.
—Te agradeceré que lo hicieras —agregó—. Es algo tarde, debería de irme y lo más probable es que mi hermano este por llegar.
Por supuesto, no quería encontrarse con él.
Asentí. No era necesario que me despidiera de él, por una razón extraña, Bryson me inspiraba desconfianza y estar a su lado me provocaba ansiedad, a él no le importo despedirse, abrí la puerta de su auto y baje de este inmediato, segundos después lo encendió y desapareció del estacionamiento de la empresa dejándome sola.
Era consciente de que sus intenciones no eran inocentes, nada en él lucía inocente, sus razones eran intencionadas y seguramente tenían un propósito y tengo que admitir que, de alguna manera, había funcionado, porque ahora más que nunca estaba curiosa por saber sobre Erin y lo que Frederick ocultaba con ese nombre.