Pt. 2
Años después...
Miraba el horizonte como cada noche, siempre a la misma hora.
En estoy años me había vuelto muy apegada a los Weasley, después de que me salvaron, sentí que les debía mucho.
Perdí varios de mis recuerdos y nunca los podré recuperar. Muchos magos y brujas expertos en el tema han intentado ayudarme, pero nada funciona. No me importa mucho, me gusta mi nueva vida, además de que no perdí por completo mi memoria, sólo algunos datos.
En unos días se celebraría la boda de Bill y Fleur.
Lo que me hacía feliz era que Charlie vendría, tenía muchas ganas de verlo.
El sol ya se había ocultado por completo, me quedé mirando el cielo un par de minutos y regresé a la madriguera.
-Ya casi está la cena, cariño- me dijo Molly.
-Gracias, llamaré a los chicos.
-Te lo agradezco.
Le sonreí y fui a llamar a Harry, Ron, Hermione y Ginny. En el comedor ya estaban los demás.
Al siguiente día junto con Molly, acompañamos a Fleur a que le hicieran los últimos ajustes a su vestido.
Había visto un precioso vestido color rosa pálido. Realmente me había encantado y decidí probármelo.
Me miré en un espejo, el escote era bastante pronunciado, pero me encantaba.
-Apuesto que a mi Charlie le encantaría- dijo Molly.
Mi cara se tornó de un intenso color rojo ante tal comentario.
-Yo... no...- no podía hablar si trabarme.
-Vamos cariño, hasta yo me doy cuenta que ambos se gustan- Sonrió con ternura- y yo quiero que mi Charlie sea feliz, y nada me haría más contenta que ustedes dos estén juntos.
Esta vez yo sonreí.
-Me llevaré el vestido.
El día de la boda llegó pronto, desde temprano estuve ayudando a Fleur a arreglarse. Le hice un lindo peinado y la maquillé.
También ayudé a Hermione y Ginny. Y fue Ginny quien me peinó, se le daba muy bien eso.
Estaba en la habitación de Ginny terminando de retocar mi maquillaje cuando la menor aparece y me mira con una gran sonrisa.
-Charlie ha llegado- dijo emocionada y se fue corriendo.
Mi corazón comenzó a latir con rapidez. Intenté relajarme, pero incluso mis manos comenzaron a temblar.
Me puse los zapatos y me detuve frente a la puerta. En algún momento tendría que salir de esta habitación y enfrentarme a Charlie.
Respiré profundamente y salí. Fui con Molly para ver si podía ayudar con algo y me pidió que llevara una canasta afuera.
La ceremonia estaba por comenzar. Me senté junto a Ginny. No había visto a Charlie y eso me decepcionaba bastante.
-Está en la última fila- dijo Ginny en un susurro.
Intenté voltear con disimulo, claro que me vi muy obvia. Charlie me miraba fijamente con una pequeña sonrisa.
La ceremonia terminó y era momento de la fiesta.
Estaba de pie mirando a todos bailar, era bastante divertido. Charlie se acercó y me tendió una copa. La tomé.
-Hola- le dije.
-Hola.
No sabía qué decir.
-El rosa combina con tus ojos- dijo.
Creo que ese fue un cumplido, aunque no lo entendía del todo.
Di un sorbo a mi copa.
-Supongo que gracias.
Ahora me sentía muy incómoda.
-¿Bailas?- pregunté.
Se quedó pasmado por un momento.
-Sí, claro que sí.
Reí por la forma en que lo dijo.
Dejamos las copas en una mesa y caminamos a la pista de baile.
La música poco a poco se tornaba suave y melodiosa. Charlie puso una mano en mi cintura y yo una en su hombro. Tomamos nuestras manos libres y comenzamos a bailar.
Yo soy una terrible bailarina, pero Charlie parecía dominar el tema. Como si lo hubiera practicado toda la semana. (Lo cual fue así)
Nos mirábamos fijamente a los ojos, deseaba que nunca terminara ese momento. La canción terminó y nos separamos.
De un momento a otro, comencé a ver cómo todos corrían de un lado a otro. Había sacado mi varita (que había puesto en mi tobillo) y comencé a lanzar hechizos.
Nos ganaban por mucho en número. Charlie me tomó de la mano e hicimos una aparición.
-¡Debemos volver!- dije desesperada.
-¡Tranquila!- me tomó de los hombros- Mi madre me pidió que te sacara de ese lugar, ellos ya tienen un plan, sólo vamos a estorbar.
La adrenalina corría por mi cuerpo. Intenté respirar. Charlie tenía razón.
Ahora puse atención al lugar en donde estábamos, no tenía ni la más remota idea de dónde nos encontrábamos.
-¿Dónde...?-
-Es una casa de seguridad de la orden- dijo antes de que terminara mi pregunta.
-No la recuerdo....
-Es de Bill y Fleur.
Me senté en una silla que estaba detrás de mi. La adrenalina se había agotado y ahora me invadía un gran temor. Comencé a llorar en silencio y Charlie me rodeo con sus brazos.
Lloré en su hombro.
Cuando me sentí mejor sólo nos mirábamos.
-Son tiempos difíciles-dije - y si muero hay algo que quiero decirte...-
-No digas eso... tu no vas a...- puse un dedo en sus labios y lo tomé de las mejillas.
-Me has contado cómo nos conocimos hace varios años, sabes que hay cosas que no recuerdo y a veces lo detesto, pero para mi, la primera vez que te vi fue ese día en la madriguera hace algunos años...- tomé aire- y desde entonces no logro dejar de pensar en ti, siempre espero poder volver a verte, cada noche deseo que te encuentres bien y a salvo... no se cómo, pero te volviste una persona muy importante para mi y te amo... te amo y no puedo guardar más esto que siento.
Junté mis labios con lo de él. Era un beso suave y lento. Mejor de lo que había imaginado.
Me separé de él.
Nos miramos fijamente y esta vez Charlie me tomó de las mejillas y juntó nuestros labios.
-Yo también te amo.
No necesitaba que me dijera absolutamente nada más. Le sonreí.
Bill y Fleur aparecieron. Bill sonrió al vernos juntos.
-Lamento interrumpir el momento. Todo está bien en la madriguera, salió de acuerdo al plan.
Asentimos. Miré a los recién casados tomados de la mano y me sonrojé. Creo que desean un poco de privacidad para su noche de bodas.
Me puse de pie y tomé a Charlie del brazo.
-Creo que mejor nos vamos- Dije rápidamente.
Le hice unas señas con la cabeza a Charlie y lo comprendió enseguida.
-¡Oh! Sí, es hora de irnos. Disfruten su noche.
Bill y Fleur se sonrojaron. Charlie y yo salimos riendo.
Estábamos en una playa.
Miré el perfil de Charlie y con timidez tomé su mano. Aunque hacía frío su mano era cálida.
Charlie tomó mi mano con fuerza, como si tuviera miedo de que lo soltara.
No necesitábamos palabras para saber lo que el otro pensaba, simplemente lo sabíamos.
Se aproximaba una guerra y un largo camino que recorreríamos juntos. Nada podía hacerme más feliz.
Mmmm... no me encanta pero aquí está. Tal vez luego lo edite 🤠
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