P.O.V. Martín
Así que, la semana de mi cumpleaños, Manu no me hizo clases como prometió, así que pude descansar. El otro día me junté con el Seba y el Dani, me preguntaron acerca de que quería hacer en mi cumple.
-Ya te dije que quería hacer algo pequeño
-Y yo ya te dije que deberías hacer algo más grande, como lo del año pasado- me respondió el Seba
-Sí, no pierdes nada- le apoyó el Dani
-Pero el año pasado fue así porque cumplía quince
-¿Y qué importa?- insistió.
Total que después de una larga discusión me convencieron, con la condición de que me ayudarían a preparar la fiesta.
Como siempre (osea por segunda vez sin contar el cumple del Manu) , pedimos el comedor del colegio y un par de horas antes de que empezara, nos pusimos a ordenar, decorar y todo eso, con la ayuda del Manu ("te ayudo pero ése va a ser tu regalo") y la Vene, que en realidad no hizo mucho.
-¿Y la Coco no iba a venir?- le pregunté al Manu cuando me dí cuenta que venía solo
-Nah, me dijo que prefería descansar- respondió sin darle importancia -tampoco va a venir a la fiesta, así que no me abandones porque me aburro y me voy- dijo apuntándome con el dedo en forma de advertencia -y a todo esto... ¿a quién invitaste?
-No a tantos como la otra vez
-Ya pero... ¿a quienes?
-Tranqui, no invité al Luci Macaco
-Ah ya- y miró hacia otro lado.
En general, la fiesta estuvo aburrida, "no estaba tan prendida como el año pasado" según el Manu. Lo que más valió la pena fue que, cuando hubo poca gente, casi al final de la fiesta, pusimos karaoke y junto al Manu, cantamos soda stereo, fue lo mejor, me sorprendió bastante que le gustara Y SE SUPIERA las canciones.
A mi en general me gusta mucho el género de música que tocan, pero soda stereo es la excepción, e incluso era de las pocas veces que los escuchaba y cantaba en público.
Estando en medio de todo, agarrandonos del hombro con el Manu, acercándonos al micrófono, cantando y medio bailando, a eso se le sumó, la famosa, la gran, la inigualable música ligera, al escuchar el sólo de guitarra del principio, lo supimos al instante, nos miramos con complicidad sonriendo.
-Ella durmió, al calor de las masas... y yo desperté queriendo soñarla- empezamos al mismo tiempo, sin ver la letra
-Algún tiempo atrás, pensé en escribirle... que nunca sorteé las trampas del amor- seguimos moviéndonos al ritmo, coordinados por la letra
-De aquel amor de música ligera... nada nos libra, nada más queda- me sentí vivo, estando ahí se me olvidó todo lo malo, ese dolor de estomago que se hacía presente cada vez que le mentía a la Vene que se volvía más constante, esa preocupación por no poder volver al equipo, ese estrés ante los estudios y exámenes, ese pensamiento de que nunca podría estar junto a del que me había enamorado, de que nunca podría estar con Manuel de la forma que quiero.
-No le enviaré cenizas de rozas... ni pienso evitar un roce secreto- le dí un golpe a su cadera con la mía, jugando, él me la devolvió riendo.
-De aquel amor de música ligera... nada nos libra, nada más queda
Por un momento, que pareció una eternidad, solo fuimos nosotros dos, solo él y yo, sin preocuparme de que me lo fueran a quitar, por un momento sentí que me pertenecía y yo le pertenecía y que nadie lo cambiaría.
Durante el sólo siguiente nos quedamos bailando, sin importando que otros nos miraran y rieran, él fingía tener una guitarra en sus manos, la tocaba mientras movía la cabeza de arriba a abajo, yo fingía tener unas baquetas y tocar la batería, mientras lo miraba.
-De aquel amor de música ligera... nada nos libra, nada más queda... nada más... nada más queda... nada más queda...- para terminar, juntamos las espaldas cada uno con su instrumento imaginario y terminamos esos acordes finales.
Se escucharon aplausos de varios compañeros que reían y nos silbaban.
-¡Ohh!- dijo Manuel sorprendido, incorporándose con una sonrisa un poco avergonzada, como si hubiera olvidado que habían más personas ahí, aunque lo comprendo, estuvo genial
-¡Dame cinco!- chocamos palmas y luego puños.
Luego de eso, en lo que eran casi las diez y media, el resto de los invitados se fueron, y nosotros con el Seba y el Dani (a la Vene no la vi más) nos quedamos ordenando.
-La película que se mandaron- comentó el Dani
-Seee... creo que nos dejamos llevar- dijo el Manu rascándose la nuca medio sonrojado
-Pero estuvo bueno, ¿o no?- le dije yo
-Psss, obvio, es que somos demasiado bacanes- todos reímos.
P.O.V. Manu
Después del teatrito que nos mandamos, y de ordenar el casino, el Dani y el Seba se fueron a sus piezas, y yo y el Martín, muertos de risa e intentando aguantarla, volvimos a la nuestra.
Una vez ahí, ambos nos lanzamos a nuestras camas, suspiramos.
-Que wena noche
-No sabía que te gustaba soda stereo
-No cachai nada- dije riendo -como no po, si tocan los medios temazos, pero los prisioneros les dan diez patadas en la raja
-Seguro- dijo él con sarcasmo -negro envidioso
-Narigón fuma mate- me tiró su almohada, yo se la devuelvo en la cara riéndome
-El mate es rico
-Es mejor el té
-Esa mierda es pura agua caliente
-A mí me gusta el tangananica
-¿Ah?- me miró confundido
-Puta oh, ¿viste que no cachai nada?- seguimos riendo.
50 capítulos ya :'D
Muchas gracias a todos los que aún continúan con esta historia y la apoyan -3-
Y perdonen por mi ausencia (gracias por tanto, perdón por tan poco(? Xdxd)
Espero que hayan disfrutado mucho estos capítulos uwu
Los quiere: