P.O.V. Martín
Le frotaba a Daniel mi puño en su pelo con la mano derecha, mientras que con el brazo izquierdo le agarraba por el cuello, me acababa de contar acerca de su nueva novia.
-¡Bien hecho, campeón!- le dije con entusiasmo
-¡Ya dinos su nombre!- le exigió el Seba emocionado
-Se llama Tiare, va un curso abajo mío- pienso un momento
-¿Tiare? ¿Tiare Gonzales? ¿La hermanita de Manuel?
-Sip, ella misma- dijo él, mirando hacia otro lado, me sorprendo bastante
-¿Y él sabe?
-Por poco no me golpeó cuando se enteró, es un poco temperamental, ¿no?- soplo sonriendo
-Ni te imaginás- digo yo, recordando como solía ser cuando se enojaba.
Hablando de Manuel, sus clases me torturaban, me hacía estudiar y estudiar por lo que, para mí, se hace una eternidad, y no me deja descansar.
Ese mismo día, cuando estudiaba con él después de clases, se me ocurre una maravillosa escusa para dejar de estudiar por algunos días.
-Che, Manuel, en dos semanas es mi cumple...
-¿Y? ¿te aplaudo o qué?
-No, no, pero estaba pensando en que talvez... no lo sé... ¿descansar?
-¿De qué?
-Del estudio, estoy cansado- hago como si me sacara sudor de la frente exagerando
-Primero, ni que estudiarai corriendo. Segundo, no porque todavía faltan dos semanas y hay pruebas. Tercero, talvez te dé unas mini-vacaciones pero solo en la semana de tu cumpleaños, no antes, ahora termina ese ejercicio- dijo apuntando mi cuaderno.
Dejo caer mi cabeza en la mesa golpeándola y generando ruido. Al menos conseguí que me dejara descansar en la semana de mi cumple.
Cuando terminamos de estudiar, salimos de la biblioteca conversando acerca de nada en específico.
-¿Ahora irás con la Coco?- le digo de la nada
-No, ¿y tú con la Vene?
-No- respondí sin mirarlo. Se forma un silencio algo incómodo, supongo él no veía venir la pregunta tan repentina y fuera de lugar y yo no veía venir también su respuesta con la misma pregunta.
-¿Qué cosas hacías de cabro chico?- preguntó él, me detuve a pensar unos segundos
-Hummmm... ¿como a qué edad?
-No lo sé, antes de venir aquí... diez a doce años
-Iba al cole, salía a jugar fútbol... nada interesante- recuerdo pequeñas escenas de aquellos tiempos mientras nos sentábamos en una banca en el patio -¿Y tú?- se hizo una pausa
-Hubo un tiempo- dice mirando hacia el frente -como de dos años, que me lo pasé mucho en el hospital- volteo a verlo
-¿Enserio? ¿Estabas enfermo o algo?
-Mi madre- dice aún sin mirarme -tenía cáncer, eramos muy pegados, cuando la visitaba, siempre iba con una nueva canción aprendida en guitarra, tocaba para ella, talvez creí que eso la mantendría viva- se mira los pies -murió un año antes de que viniera aquí, desde entonces dejé la guitarra hasta hace poco- hubo otra pausa
-¿Por qué me cuentas esto?
-En ese entonces, sentí que no había nadie en quien podía confiar, el colegio, mis compañeros... era algo horrible, no sé que tenía que me molestaban tanto, desde que llegué aquí, tú eres el que siempre ha estado, aunque en un principio no nos llevábamos bien, pese a nuestras diferencias tú te quedaste, siendo que creí que no nos entenderíamos nunca, sigues aquí, creí que podría confiar en tí- lo miro, mis ojos se encuentran con los suyos de una manera nunca antes vista, sus ojos no me acusaban como otras veces, no eran los ojos que conocía de Manuel, estaban relajados y expectantes, al igual que sus cejas, ese encuentro entre nuestros ojos hizo que para mí el tiempo se detuviera, no me había dado cuenta de lo bellos que eran, unos lindos ojos color miel, otra razón más para enamorarme de ese chico -¿puedo confiar en tí?- esa pregunta me llegó de sorpresa, ¡claro que podía!... pero a pesar de eso me extraña que lo preguntara, temía que los segundos que me demoraba en responder los tomara como si estuviera dudando acerca si podía hacerlo o no
-Sí- digo yo, seguro de mí mismo, miré hacia el frente unos segundos -¿y yo en tí?
-Sí.
P.O.V. Manu
Parece raro preguntar algo así, pero para mí, asegurarme que tengo alguien en quien confiar es algo importante, le dije eso acerca de mi madre porque después de fallecer, sentí por mucho tiempo que no tenía a nadie para contarle mis cosas, ni siquiera a la Coco, la quería mucho, pero habían cosas que simplemente prefería no contarle, para no preocuparla o para que no sienta lástima por mí.
Me relaja el saber que, en el caso de que lo necesite, Martín estaría ahí para mí, para escucharme, y que yo también estaría para él.
Seguimos ahí un rato sin hablar, hasta que el sol empezó a dar señales de su puesta, nos levantamos para ir a la pieza.
-¿Crees que vuelvas al equipo?- le pregunté para romper el silencio
-Sí, y cuando lo haga, le voy a dar una verdadera lección a ese Luci Macaco- reí apoyándole la gracia -y ¿vos sabés jugar?
-Hmmm... un poco, pero no soy tan bueno como ustedes
-Me gustaría verte jugar- le pegué un leve codazo riendo con una sonrisa avergonzada.
Llegamos a la pieza, y nos tiramos cada uno a su cama mirando el techo.
-¿Piensas hacer algo pa' tu cumple?
-No lo sé, talvez haga algo pequeño, pero los otros me insisten en que haga una fiesta como la del año pasado
-¿Quiénes otros?
-El Seba, el Dani y la Vene
-Deberías hacerlo, estuvo bacán- recuerdo cuando jugamos a verdad o reto -aunque esta vez sin pocky- el ríe
-Y a todo esto, me enteré de que el Dani sale con la Tiare
-Ahhh, ni me recordí esa wea... si no hubiera estado la Coco en ese momento, no me hubiera aguantado de darle un combo en la garganta- voltea a verme con los abiertos -era talla, oh, loco cuático- reímos -aunque igual sí- susurro.