Miré la palma de mi mano y sentí de nuevo ese ardor luego de aquel golpe.
No lo pensé mucho antes de estrellar mi mano en su cara, en su linda y descarada cara.
¿Me sentía dolida?, sí.
¿Lo odiaba?, no.
Me preguntó por qué no puedo odiarlo.
Na Jaemin, debo estar muy enamorada de ti como para no estar intentando hacerte voodoo en este mismo momento.
Debería ser más simple, pero no puedo evitar cierto recelo hacia él.
—Te he encontrado —una voz grave hizo eco en la abandonada aula en la que me encontraba.
Voltee mi vista y me encontré con la alta y sonriente figura de Lucas, traía en sus manos dos pequeños envases de leche de los cuales me entregó una.
—¿Me vas a contar porque estás con esa cara? —preguntó mientras jalaba una silla y se sentaba a mi lado.
Suspiré y adentre la cañita que acompañaba al envase en este, bebí un sorbo y luego de saborearlo bien y sentirme capaz de hablar lo hice.
Lucas oía atentamente cada una de mis palabras mientras de vez en cuando mi voz se quebraba por el sentimiento que me invadía.
—En conclusión, ¡es un gradisimo estúpido! —finalice con un grito de estrés.
Me giré a ver a Lucas y este mantenía una mirada fija con un ceño ligeramente fruncido.
—___, algo que tienes que comprender sobre los hombres es que, muchos hemos llegado tarde a la repartición de cerebros —lo miré y parpadee muchas veces intentando descifrar sus palabras—Tienes la razón de estar enfadada, él debe estarse odiando, generalmente somos así de imbéciles e irrazonables, pero, puedo asegurarte que él realmente te quiere más de lo que tú a él.
Di otro largo suspiro sintiendome totalmente frustrada.
—¿Entonces debería correr a él y olvidar todo? —pregunté.
—No —Lucas no demoró en responder, frunci mi ceño entendiendo muy poco sus palabras—Ese niño... ¿Cómo dijiste que se llamaba?.
—Puedes llamarlo güasimodo cara de culo o nanásito. —el más alto me observó divertido y luego de soltar una risa asintió.
—Hazle saber al güasimodo cara de culo que esas no son formas de decir las cosas, si quieres darle una lección entonces hazlo sufrir un poco. Él se quedará a tu lado incluso si lo golpeas, porque si él no te quisiera de verdad entonces no sería tan terco.
[...]
Me observé en el espejo del baño y deteste mucho mi imagen decaída. Mi labio tenía una leve mancha roja la cual fue hecha por el mismo Jaemin ayer cuando estrelló con fuerza sus labios sobre los míos, sus labios, no pude sacar de mi mente su beso.
Lave mi rostro y tomando mi mochila volví a mi camino inicial antes de desviarme al baño, la salida.
Aún se oían algunas voces a lo lejos, lo cual indicaba que no todos se habían ido todavía. No dormir dos noches no es nada saludable y no puedo asegurar que dormiré esta también, probablemente esté dando una tras otra vuelta en la cama mientras pienso y pienso, y me siento tonta e intento procesar todo lo ocurrido hasta ahora para finalmente poder hacer algo.
Se me estaba haciendo muy difícil intentar aceptar eso que quiso decir Jaemin. Entonces ¿yo también le gustaba?, y probablemente no le creía porque me era difícil creer que yo le gustará a alguien, eso acompañado de su estúpida pesada bromita me dejan pensar que, tal vez, el solo se está divirtiendo un rato.
De nuevo, la cegadora luz de la tarde dio directo a mis ojos, a este paso voy a quedarme ciega.
No veía bien, pero por instinto corrí hasta donde estaba mi bicicleta, podría caerme, pero solo quería salir rápido de allí.
Cuando tuve una mejor y estable visión, me giré a ver a mis alrededores fugazmente si Jaemin se había aparecido, pero no logré divisarlo. Tomé mi bicicleta y subiendome a esta empecé a marcharme.
Tan solo la había sacado de la escuela, había avanzado unos escasos metros hasta que un cuerpo se interpuso provocando casi que pasara sobre él.
—¡¿Estás loco?! —grité. Sus manos sujetaban fuertemente mi mando de la bici, y yo empujaba tratando de quitarle estabilidad pero no logré mucho.
—¡Sí, estoy loco! —respondió gritando de la misma forma—¡Estoy loco por ti!
Algunos alumnos que aún pasaban por ahí nos dirigían miradas de extrañeza, los miré y mis nervios incrementaron al punto de temblarme todo.
—¡Déjame ir! —volví a gritar, esta vez haciendo fuerza para quitar sus manos de mi bicicleta.
—Por favor hablemos —pidió mientras yo sacudía desenfrenadamente la bicicleta intentado zafarla de su agarre.
Unas lágrimas de frustración se salieron de mi rostro y lo odiaba, odiaba llorar de todo y no ser capaz de poner mi cara de culo.
Finalmente, harta ya de no poder quitarlo de encima, bajé de la bici y decidí ir a pie; mala idea. Jaemin me detuvo, pero no me sujetó, él cayó arrodillado justo frente mío, impidiendo mi paso y robandose más miradas.
—¡___, perdóname! —chilló. Levantó sus ojos y mientras hacía una expresión tierna, yo intentaba ser fuerte.
Intenté dar unos pasos para huir de nuevo, pero unos brazos se aferraron con fuerza a mi pierna, contando con el hecho de que llevaba falda, entré solo en más desesperación.
—¡Jaemin! —me incliné para intentar quitarlo pero era imposible, el era obviamente más fuerte.
—No voy a soltarte —se sacudió alejando mis manos que intentaban alejarlo.
Esto estaba siendo una pataleta tan infantil de su parte y si no hubiera sido por todos los curioso que empezaban a aglomerarse a nuestro alrededor, le habría mandado unas cuantas patadas.
—¡Está bien! —grité vencida—Vamos a hablar.
Jaemin levantó su mirada y parpadeando unas veces terminó sonriendo ampliamente. Agarró mi mano, asegurándose de que no me iba a escapar, y se levantó.
Sacudi mi mano quitando la suya y caminé en dirección a mi bicicleta para recoger esta. Pensé en fugar de nuevo, pero Jaemin ahora sujetaba mi mochila y no, no podría correr a ningún lado.
A unas cuantas cuadras de la escuela, camino a mi casa, habían unas bancas donde antes habíamos estado ambos; ahí me dirigí, con Jaemin a mis espaldas.
—¿Quieres soltarme? —giré molesta mi cuerpo bruscamente con las intenciones de hacerlo soltar mi bolso, pero no sucedió.
Tambaleo un momento en su sitio y se recompuso de nuevo, negó moviendo frenéticamente su cabeza.
Suspiré y seguí a avanzando.
—Listo, te escucho —dejé a un costado mi bicicleta y hablé dándole las espaldas aún.
No oí una respuesta, dio unos pasos y se posicionó frente mío.
—Fue muy estúpido de mi parte hacer eso —empezó—Pero no dije nada que no fuera cierto.
Su mano intentó buscar la mía pero yo evadí esta cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—Lo que siento por ti no es solo un simple me gustas, te necesito, todo el tiempo te necesito, mientras el tiempo pasaba lo único que quería era poder verte, poder estar cerca tuyo. Cuando te veía con Mark mi sangre ardía de la furia y los celos, por eso le dije sobre lo que sentías por él, el es muy estúpido como para valorar a alguien como tú y sí, yo también fui un imbécil creyendo que vendrías a mis brazos, solo te lastime. Jamás antes había deseado tanta atención, destruiste todos los esquemas que tenía sobre mi tipo ideal; amo cada gesto que haces, cada reacción que tienes, amo cuando ríes, amo cuando tocas mi cabello, amo tus caricias, amo tu atención, amo tus mejillas sonrojadas, amo tus abrazos, amo tus labios y me declaro un adicto a ellos, amo que me quieras, ¡Te amo a ti!.
¡No se mueran!
Escribí este capitulo para no hacerlas sufrir tanto.
❤️❤️
¡Las amo mucho mucho!
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