【 45 】

10.4K 1K 532
                                    

Lo observaba atónita mientras veía como tiernamente sus cachetes tenían un leve rubor.

—Entré en desesperación al ver que no reaccionabas a mis coqueteos, incluso cuando vi a esa chica en la cafetería, no parecía afectarte nada de lo que hiciera. —suspiró y agachó su mirada—El día de campo de tu escuela te besé porque vi tu mirada triste al ver a Mark y quise cambiarla por una de alegría, pero fui demasiado cobarde y no tuve las agallas de confesarte lo enamorado que estaba de ti.

Levantó su mirada y sonrió mientras unas lágrimas caían por su rostro.

Papá me explicó alguna vez cómo él lloró para que mamá lo aceptará, y desmintió ese dicho que le repetía su padre todos los días: Los hombres no lloran. Él dijo que un hombre que llora es un hombre realmente sincero.

Absorbió su nariz y parpadeo dejando salir unas lagrima más.

—Cuando encontré tu diario y leí la última frase que habías escrito fui el hombre más feliz del mundo. Yo soy solo tuyo.

Trague en seco recordando la frase a la cual se refería.

"Jaemin, que lastima que no seas para mi".

Mis ojos ardían y los sentía humedecerse.

—Bueno, aún no soy un hombre del todo, si no dejo de hacer estupideces jamás llegaré a ser uno. —secó torpemente algunas lágrimas con el dorso de su mano—Sé que estás molesta y tienes toda la razón, pero no me ignores, no dejes de quererme. Si quieres golpearme, hazlo, puedo soportarlo, pero jamás soportaría perderte.

En ese momento me abordaban toda clase de sentimientos; sentía algo de molestia por su broma, sentía dolor de verlo llorar y sentía felicidad de saber que podía existir un "nosotros".

Lloré, volví a llorar y ya estaba cansada de hacerlo, ya no tenía sentido seguir así.

—¡Eres un tonto! —grité ganandome una mirada de cachorro regañado por su parte.

Jamás en toda mi miserable vida alguien me había dicho tales cosas, y se sentía bien, se sentía tan bien saber que era querida por alguien y que ese sentimiento era compartido. Finalmente, después de haberle hecho pasar a mi corazón por tantos dolores, finalmente alguien me decía eso que tanto quise oír antes; solo debía esperar a un parásito con una jodida linda sonrisa, edad física de 17 años y mental de 6.

Mandé al carajo mi enojo, no valía la pena seguir molesta cuando el sentimiento más fuerte que tenía era el de querer abrazarlo, y así lo hice, corrí los pequeños tres pasos que nos separaban y me lancé a su cuello.
Rápidamente sentí correspondido aquel abrazo.

Mi cuello se sentía húmedo y eran nada más que sus lágrimas que no dejaban de salir.

—Jung ___ —llamó entre sollozos—¿Quieres ser mi novia?.

Reí, por la ternura que me causaba su petición acompañada de su llanto.

Deshice lentamente el abrazo y acune su rostro entre mis manos, sonreí y seque algunas de sus lágrimas con mis pulgares.

Estiré mi cuerpo y recargue mi peso en las puntas de mis pies, lo atraje a mi e hice encajar sus labios sobre los míos.

Hubo una revolución dentro de mi cuerpo, un zoológico se liberó dentro de mi estómago y a mi corazón parecía darle un ataque epiléptico.

Las manos de Jaemin rodearon mi cintura y me apego más a él dándole más profundidad al beso.
Abrí ligeramente mi boca y este atacó con más fuerza mis labios haciendo movimientos rítmicos y provocando esos chasquidos típicos de los besos.
A mis fosas nasales las invadía su delicioso olor y probablemente podía caer desmayada en aquel momento.

MY FAVORITE BAD BOY | Na Jaemin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora