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—¿Te gusta mi unicornio?— Jaemin posó con el gigante peluche frente a mí.

—Sí sí, muy bonito— respondí poniendo los ojos en blanco, esta es la vez 10.000 que me dice aquello y cada vez posa de una manera diferente con el objeto.

—Ahora vamos a los carros— me jaló a toda prisa al lugar.

—Dios santo Jaemin, parece que nunca hubieses tenido infancia— hablé al ver la forma en la que le brillaban los ojos al ver el juego.

— No arruines mi felicidad —habló mientras pagaba el juego.

Dejó el gran muñeco de unicornio al encargado del juego.

Vi en los carros chocones mi grandiosa oportunidad de venganza.

¡Ya te jodiste Jaemin!

Entré a toda prisa al juego seguida por Jaemin y tomé el primer carro que llamó mi atención, otras personas ya se encontraban en la pista pero yo solo golpearia al parásito, tengo que cobrarme de alguna forma el peluche ¿no?

Lancé una risa malévola para mis adentros, me apresure a entrar en el vehículo, Jaemin estaba distraído colocando su cinturón de seguridad ¿Quién necesita eso?.

¡Tú Jaemin! Porqué voy a sacudir ese carro hasta hacerte salir de ahí.

El muy tonto se demoraba mucho en acomodarse en el carro. No dude ni un solo segundo en pisar el acelerador y estrellar el carro sin miedo alguno contra él.

La mirada de terror de Jaemin me dio ánimos a seguir.

Manejé hasta una de las esquinas de toda la pista, desde ahí visualice a Jaemin, quien intentaba mezclarse con los demas carros del lugar, hundi el acelerador con todas mis fuerzas. Sí, mi puntería no falla.

— ¡Tonto! —grité mientras me alejaba de él para buscar otro punto de donde tomar vuelo.

Lo estrelle muchas veces, durante los 10 minutos que duraba la estadía en la pista de juego.

— ¡Ayuda! —gritó cuando lo choque por última vez.

Bajé del carro haciendo un gran esfuerzo, mi estómago dolía de tanto reír, él también bajó muy lentamente del vehículo, masajeaba su cuello con su mano y estiraba su espalda.

— ¡Eres una nenita! —me burle.

Se detuvo a verme y se dirigió lentamente a mí apuntandome con su dedo índice.

— Tú, eres peligrosa —se quejó frotando aún su espalda.

— Vándalo —añadí. Si había alguien aquí que rompía las reglas era Jaemin, yo no.

— Ayúdame —estiró su mano hacia mí.

Riéndo un poco tomé su mano y la pasé sobre los hombros, apoyado en mi empezamos a salir del juego. Jaemin rengueaba y su rostro tenía una expresión de dolor.

— Que exagerado —hablé mientras lo arrastraba fuera del juego.

— ¡Mi unicornio! —gritó antes de salir completamente del lugar.

— Cierto —me giré y le pedí al encargado del juego que me devuelva el peluche, de lo contrario tendría a un Jaemin fastidioso todo el tiempo.

— Me siento mejor —abrazó con su brazo libre al peluche mientras se seguía apoyando en mis hombros.

Caminamos un trecho más de esa forma hasta que lo separé de mi con un solo empujón; se hizo el ofendido pero se le pasó en cuanto vio otro juego.

MY FAVORITE BAD BOY | Na Jaemin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora