Por suerte era fin de semana y no vería a Jazmín en dos días. Esos días pasaron tranquilos, solo Lu y yo en casita. Ella me dio un montón de consejos, los cuales yo ignoré por completo. No quería tener esa conversación con Jazmín, no estaba de ánimos.
El odioso lunes llegó y como de costumbre pasé primero por la cafetería a comprar algo de comer. Al llegar en una de las últimas mesas estaba Miranda, la cual al verme comenzó a hacerme señas.
-¿Y? ¿Cómo te fue?- me preguntó ilusionada
-¿Con qué?-
-Con Mariano. ¿Hubo tema o no hubo tema?-
-Dios, Miru, no. Para nada- negué rápidamente
-¿Y con la bruja?-
Escupí mi café al oírla
-¿Qué bruja?- disimulé, aunque sabía muy bien a quién se refería.
-Con la señorita del Río. Sé que te fuiste con ella, o más bien la llevaste-
-Sí, estaba muy borracha y le conseguí un taxi solo eso- dije mirando mi café
-¿Solo eso?- insistió
-Sí, Miru ¿A dónde quieres llegar?- dije a la defensiva
-A nada, nada, tranqui. No te alteres conmigo que no tengo la culpa-
-No, lo siento. Es que no estoy de humor- giré la vista hacia una de las ventanas y me lamenté de hacerlo
Ahí frente a nosotras, en la calle, Jazmín se bajaba de su coche. Ella usaba una chaqueta de cuero y unos jeans oscuros. Debo confesar que se veía más que sexy. Me quedé mirándola por un segundo, hasta que sus ojos coincidieron con los míos y miré hacia Miru
-Hablando de la reina de Roma- dijo Miru mirándola -¿Qué hará para verse así de bien después de la resaca del viernes?-
Yo solo asentí sin querer mirar a la ventana
-Bueno, se ve que no estamos de buen humor hoy ¿Eh?- dijo Miru
-Será mejor que me vaya- le dije y me levanté sin querer hablar más de nada
Entré a las oficinas, sabía que hoy no sería un día fácil pero estaba dispuesta a soportarlo. La incertidumbre de si hablar con ella o no sobre lo ocurrido me mataba. Todos pensamientos corría por mi cabeza, cuando de repente me detuve en seco.
Para mi sorpresa justo en mi mesa de trabajo había una chica sentada. Era mucho más joven que yo y vestía una corta falda. Fruncí el ceño y me acerqué totalmente despistada. La chica solo miraba su móvil embobada
-¿Hola?- le dije y la chica ni se percató –Ey- insistí y ella me miró
-¿Qué desea?- dijo con una entusiasta sonrisa
-Eh… ¿Qué haces en mi puesto de trabajo?- dije con el ceño fruncido
-No, no… este es mi puesto de trabajo… mira lo dice aquí- me dijo señalando su etiqueta de identificación
-Qué demonios- murmuré mientras leía su nombre. Se llamaba Trini
-Estrella- se oyó una voz desde el otro lado de la oficina.
Me volteé para encontrarme con mi jefe. Mario me miraba desde la puerta de su oficina y me comenzó a hacer gestos para que me acercara.
Siguiendo su petición entré aquel despacho. Era más grande y lujoso que el de Jazmín, sin duda
-Por favor, toma asiento-
-¿Me puede explicar qué pasa? ¿Por qué esa niña está en mi puesto?-
-Sí, siento no haberle podido avisarle pero fue un traslado de último minuto- me dijo
-¿Un traslado?- confundida
-Sí, ayer hablé con la señorita del Río y me dijo que lamentablemente no cuajan… que no hay química- abrí mis ojos sorprendida ¿Qué no había química? Ese era el problema, el exceso de esta –Bueno, que a petición de ella usted será transferida a otra reportera-
-¿Cómo?- dije aún en shock. Jazmín me estaba alejando
-No se preocupe, es tan capaz como Jazmín. Y de hecho, es mi hija, así que puedo asegurarle que es muy talentosa- me dijo con una sonrisa
-Sí, estoy segura de eso… pero yo… yo prefiero quedarme donde estaba… ya me había adaptado a la señorita del Río- prácticamente supliqué. Sé que me oía ridícula pero no podía dejar que me alejara, no ahora… no después de aquel beso
-Lo siento, pero la decisión ya está tomada. A partir de hoy usted será la ayudante de Virginia- dijo y tomó el teléfono –Que pase-
En menos de un segundo entró una chica. Era bastante bajita y delgada. Poseía un gran cerquillo que tapaba casi sus grandes ojos. Y su boca estaba carnosa y bien formada. De una forma muy amable se lanzó sobre mí para darme un abrazo, cosa que me dejó confundida.
-¿Tú eres Flor? ¿No? Yo soy Virginia, pero me puedes llamar Vir- me dijo entusiasmada
-Mucho gusto-
-Flor, para ella trabajarás de ahora en adelante. Puede recoger tus cosas de la oficina de Jazmín y luego te reúnes con Vir en su oficina-
-Ok- dije levantándome y saliendo con un claro objetivo… ir a verla.
Al salir noté como ella estaba dentro de su oficina, por lo que sin dudarlo caminé en su dirección. ¿Quién se había creído? No podía jugar así conmigo como si fuera solo un objeto al que deshecha cuando se aburre. Abrí aquella puerta sin pedir permiso, pude oír a la tal Trini llamarme para que me detuviera pero no cedí
Al abrir la puerta ella me miró sorprendida desde su silla. Sus ojos verdes estaban más abiertos que de costumbre y sus manos temblaban… parecía ¿Nerviosa?
-Señorita del Río, lo siento. La sacaré ahora mismo- dijo Trini agarrándome de la mano
-Déjala- dijo Jazmín muy seria
La chica me soltó sorprendida y bajando la cabeza me dejó libre. Yo caminé hacia ella, no sin antes cerrar la puerta bajo su orden. Nos quedamos mirando por un buen rato, ninguna de las dos sabía bien qué decir. El silencio se hizo insoportable para ambas, hasta que yo fui la que decidí romper el silencio
-¿Por qué?- sus ojos se abrieron sorprendidos -¿Por qué? Solo dime por qué-
-Flor… no es por lo que tú piensas- me dijo llevándose las manos a la cabeza
-¿Qué no? ¿Quieres que te crea? ¡¿Quieres que te crea que a los días de besarme me echas y no tiene nada que ver?!- dije alterada
-Shh… baja la voz por favor- dijo mirando hacia afuera. Cerró las persianas y se volteó hacia mí –Flor, es lo mejor… para ambas-
-Para mí no lo es- le dije dolida
-No quiero que nos compliquemos la vida, Flor-
-Es demasiado tarde ¿No crees?- le dije enojada –Mira, si me trasladaste porque pensabas que te iba a acosar o algo así… estás muy equivocada. Yo te respeto, Jazmín, y no haría nada que te perjudicara-
-No es eso. Solo que… no puedo tenerte cerca- dijo bajando la vista –Tú no eres mi miedo, soy yo. Sé que si te sigo viendo todos los días no me voy a poder controlar ¿Ok? Me gustas mucho…-
-¿Pero?-
-Pero no puede ser, Florencia. Yo… yo estoy con alguien. Alguien a la que quiero mucho- me dijo dolida, podía ver como dos lágrimas se escapan de sus ojos
Sabía que estaba con alguien. Era consciente de eso, pero oírlo aún así me dolía. La había visto aquella mañana, pero no sé por qué motivo pensé que tendría una oportunidad con ella
-¿La chica del coche?- pregunté conteniendo mis lágrimas
-Sí- asintió mirando al suelo –Ella y yo llevamos más de 5 años juntas… y yo… la amo-
Ahí sentí mi corazón romperse por completo
-Bonita forma de amar tienes tú ¿No?- dije enojada. No la comprendía
-Sé que debes pensar que soy una hipócrita… te besé estando enamorada de otra mujer, pero es qué no sé realmente lo que me pasa con vos- me dijo agobiada
-No, no te considero una hipócrita… mentirosa, tal vez… pero aunque te quiera hacer todo un reproche sé que esto también es mi culpa-
-¿Qué? No, no, Florencia. No digas eso- sus ojos se veía cristalizados
-Será mejor que me vaya- le dije dándome la vuelta. Al fin y al cabo este era nuestra despedida
PoV Jazmín
Ella se dio vuelta para irse. Pude ver su dolor en su mirada. No podía verla así. Me mataba a mí misma por dentro.
No, Jazmín, aguanta. Ya casi se va. Le di una última mirada y vi como su mano temblaba antes de tomar el picaporte de la puerta. Esto fue demasiado para mí.
Sinceramente no sé qué fue, pero por segunda vez me dejé llevar. Sabía que era egoísta, pero sentía que si no lo hacía moriría en ese momento. La tomé por la mano y la halé hacia mí. Pude notar la sorpresa en sus ojos marrones.
No dejé que lo pensara dos veces y uní nuestros labios. Se sentía tan bien, tan correcto que no entendía porque no podía seguir haciéndolo. Todos mis principios desaparecieron en ese momento. Solo quería sentirla una vez más, sentir ese maravilloso sentimiento que solo me había ocurrido con ella. Sus labios se adaptaron a los míos en un instante, y mi lengua entró en su boca.
Dios, era lo más placentero que había sentido en la vida. No sabía cómo esta pequeña lo hacía, pero con solo un beso daba vueltas a mi mundo por completo. Mis piernas flaqueaban, por lo que me aferré más a ella para no caer. Sus manos no se movían de los costados de su cuerpo, tal parecía que no sabía qué hacer con ellas. Cosa comprensible. Tras unos segundos besándonos entré en razón y la cruda realidad me volvió a azotar. Yo estaba comprometida y no podía hacerle esto a Elena.
POV Flor
Yo me había quedado sin aire. Sus besos causaban eso en mí. Se separó de a poco, y sentí todo mi cuerpo temblar. Mi corazón palpitaba a una velocidad que me parecía imposible creer que fuera real. Dejé mis ojos cerrados por un instante, intentando guardar ese beso en mi memoria, pues sabía que sería el último.
Abrí los ojos al sentir su frente junto a la mía y sus manos acariciando mis mejillas. Entonces me di cuenta de la razón por la que mi boca tenía un gusto salado. Ella estaba llorando. Una grandes gotas caían por sus mejillas hasta desaparecerse en el filo de su barbilla. En ese momento lo vi, vi con lo que estaba luchando. En interior de esos ojos verdes, que ahora estaban algo rojos, se estaba desencadenando una lucha interna, una lucha tan fuerte como la que pasaba por mi corazón.
Por primera vez, vi como alguien podía estar dividida. Porque ella lo estaba. Amaba a su chica, pero a la vez no podía resistirse a nuestra atracción. Tragué en seco y me aparté de ella.
-Lo siento- murmuró quebrada
Era la primera vez que la veía así, tan frágil y vulnerable como una niña pequeña. Vi su sufrimiento y eso me motivo a alejarme. No quería ser yo la causante de esto, no quería ser la causante de su dolor.
Sin decir nada salí de la oficina, cerrando la puerta a mi paso y la dejé ahí. Helada, mirando como partía. Ahí me di cuenta de que hacía lo correcto. Debía alejarme de Jazmín del Río.
...............
NOTA
PREPARÉNSE PORQUE VIENEN CURVAS. Q LES PARECIÓ El CAP?
...
POR CIERTO, QUIÉN ESTÁ VIENDO MI HERMANO ES UN CLON? ESTOY SÚPER ENGANCHADA CON El PERSONAJE DE JULI (RENATA FUENTES ❤🔫🔫🎤🎤