Capítulo 15 "Mi ángel"

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Yo estaba callada, no decía ni una sola palabra mientras ella solo me llevaba a través de las escaleras hasta llegar a mi piso.
-¿Es este?- me preguntó al estar frente a la puerta de mi apartamento. Se notaba la preocupación en su cara
Yo asentí y le di las llaves. Dejé que ella hiciera todo por mí. Me guió dentro y al estar en el salón pude ver a Lucía salir de la cocina preocupada.
-Ey, ¿Qué te pasó?- dijo al ver mi cara
Yo no le contesté por lo que Jazmín contestó por mí
-Su novio, bueno, ex novio- le informó
-¿Daniel? ¿Lo dejaste?- yo asentí -¿Te hizo algo?-
-No, gracias a que llegué a tiempo. Le iba a pegar el muy capullo- dijo Jaz enojada
Yo estaba abrazada a mi misma, mientras que ella tenía un brazo sobre mi hombro. Como protegiéndome
-Ah, por cierto, soy Jazmín del Río- se presentó –La jefa de Florencia-
-Lucía, su compañera de piso- le dijo Lu y volvió a mirarme –Te dije que debías dejarlo antes de que fuera tarde-
No decía ni una sola palabra
-Gracias, señorita del Río- le dijo
-Bueno, ya que estás en buenas manos. Será mejor que me vaya- dijo dando un paso lejos de mí
No sé qué fue lo que me dio. Sinceramente no me reconocí en ese momento, pero en un impulso la tomé de la mano. Tanto ella como Lucía miraron mi agarre.
Sus ojos verdes se posaron en los míos, los cuales le suplicaban que se quedara
-¿Qué pasa, Flor?-
-¿Te puedes quedar? ¿Solo un rato?- le supliqué prácticamente
Ella me sonrió tímida y luego miró su reloj. Hizo una mueca pero finalmente asintió con la cabeza
-Sí, creo que si puedo-
Ella y Lu me llevaron a mi habitación, donde me cambié  de ropa. Pude notar como Jazmín le contaba bien lo sucedido a mi compañera de piso, fuera de la habitación. Pasaron unos segundos y vi como la puerta se abría, mostrándola
-Ey, ¿Estás bien?-
-Ahora un poco mejor- dije acomodándome en la cama, mientras ella se acercaba
-Perdón- dijo tocándose el pelo
-¿Por qué?- confundida
-Por animarte a que lo dejaras. Por no quedarme ahí- vi la culpa en su mirada
-Ey, no, no. De hecho, te agradezco. Si no fuera por ti no hubiera tenido el valor de dejarlo y luego viniste y me salvaste- reí
-Bueno, lo de dejarlo me lo debes a mí y a… a ese chico misterioso que te tiene loca ¿No?-
Suspiré mirándola. Deseé por un momento decirle que era ella. Ella era mi flechazo. Ella era quien no me había dejado dormir durante las últimas noches
-Ya- dije mirando al suelo
-Creo que será mejor que descanses. Mañana tómate el día libre ¿Ok?- me dijo sentándose a lado de mi cama
Yo asentí y me quedé mirándola
-Gracias- dije –Gracias por ser mi ángel guardián-
-Siempre- me contestó y no pude evitar que mis ojos viajaran hacia sus labios
No había visto cosa más tentadora que esos labios rojos y gruesos. Miré de vuelta a sus ojos y vi como ella había imitado mi acción. Noté como casi inconsciente su cuerpo se acercaba al mío y yo al de ella sin apartar la mirada de su boca. Ambas sabíamos a lo que íbamos, sabíamos lo que queríamos. Yo deseaba con toda mi vida besar de una vez aquellos labios que me volvían loca, y al parecer ella sentía lo mismo.
Faltaban centímetros para que nuestras bocas se tocaran, notaba su respiración agitada contra mis labios y nuestros ojos cerrados. Era solo moverme un poco y tendría lo que tanto deseaba, pero en ese momento el sonido estrepitoso de su móvil nos hizo separarnos.
Maldijo en silencio y con dificultad se separó para alcanzar el aparato y contestar. Se levantó de la cama, mientras yo me quedé ahí estática sin decir nada. Mi respiración aún seguía agitada y mis manos se aferraban a la sábana.
-¿Si?- dijo por su móvil –Sí, se me hizo tarde. Sí, ya voy para allá. Ok, si yo también te mando un beso- y colgó
Se me quedó mirando en silencio desde la silla del escritorio que había en mi escritorio. Tragó en seco pensativa. Yo solo la miraba llena miedo. Lo que más deseaba en estos momentos era partirle la boca de un beso, pero no estaba segura si ella ahora quería lo mismo.
-Eh…- por fin habló- Será mejor que me vaya- dijo dirigiéndose a la puerta evitando mi mirada –Nos vemos- antes de desaparecer detrás de ella
Cerré los ojos con fuerza y soltando todo el aire acumulado que tenía me dejé caer en la cama. Me quedé mirando el techo, tratando de controlar los latidos locos de mi corazón. Esta chica provocaba cosas en mí que nadie jamás había provocado. La deseaba tanto, pero estaba cada  día más segura de que nunca iba a ser mía. Mierda, ¿por qué tuve que fijarme en ella?

Labios Compartidos (Flozmín)Where stories live. Discover now