Capítulo 5 "La típica escena del ascensor"

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-¡Maldita computadora! No enciende- exclamaba golpeando mi PC
Era de las antiguas así que sin duda estaba en las últimas. Jazmín estaba dentro de su oficina y debió haberme oído porque su voz salió de inmediato
-Estrella, no hagas ruido-
Eso intento. ¿Acaso no ve cómo me está dando guerra esta máquina? Que estrés
No pasó ni un minuto y su voz se hizo más cercana
-¿Se puede saber que te hizo la pobre?-
Me volteé enseguida al oírla tan cerca, y exactamente estaba apoyada en el marco entre su puerta y la mía mirándome con esa cara de  congelar a todos.
-Eh…- tartamudeé. No sé por qué pero siempre tartamudeaba cuando estaba cerca de ella. Debía pensar que era boba o algo –No, esta máquina que no se enciende- le expliqué
Frunció el ceño y miró hacia mi máquina con atención
-Dios, ¿Esa es la máquina que te han dado?- dijo con un poco de incredulidad en su voz y yo asentí -¿Y con esto has trabajado tú toda esta semana?- volví a asentir
Ella se acercó y dio dos click para confirmar que estaba muerta
-Florencia, sos una clase de heroína al estar trabajando con este cacharro todo este tiempo sin quejarte- agregó
-Soy estudiante, no puedo quejarme- le dije sonriéndole pero no me respondió
-Ven- dijo caminando hacia al ascensor
-¿A dónde?- pregunté confundida
-Tú solo ven- me indicó ya dentro del ascensor y yo tuve que correr para entrar antes de que se cerraran las puertas
Presionó el botón que nos llevaba hacia el sótano, yo fruncí el ceño y ella debió darse cuenta
-Tranquila, no te voy a violar ni nada- dijo con una pequeña pero muy que diminuta sonrisa
Yo abrí los ojos. Su comentario me ponía más nerviosa que la mismísima situación de estar encerrada con ella en el mismo ascensor
-No, no, ¿Qué dices?- nerviosa
Su sonrisa se hizo más amplia
-Sí, debes pensar que soy la típica jefa lesbiana que se tira a sus estudiantes- dijo cruzándose de brazos y sin mirarme –Y que esta es la escena típica del ascensor, en la que te robo un beso a la fuerza y te fuerzo sin que nadie nos viera-
Me quedé con la boca abierta, no sabía que decir, pero sin duda eso no era lo que estaba pensando. No sé por qué pero el hecho de que ella le gustarán las mujeres o no me daba igual.
Podía notar que solo estaba fastidiándome, pero igualmente me hizo sentir muy nerviosa
-Vamos al sótano que es donde están los almacenes- dijo ella al notar que no decía nada
Yo tragué en seco y miré hacia otro lado. Dios, no sé que era pero su tono de voz me hacía poner de los nervios. Durante esos segundos que parecían años, ella se recostó a la pared del ascensor y comenzó a mandar mensajes por su teléfono, mientras que yo solo miraba mi reflejo en uno de los espejos.
Suspiré y fue lo peor que pude haber hecho, porque me dio la oportunidad de percatarme por primera vez de su aroma. Era una mezcla rara olía a rosas, jazmines, vainilla… no sé bien cómo definirla, pero sin duda si la seducción fuera un perfume sin duda sería el de ella.
No sé en qué momento mis ojos se posaron en su figura, y me encontré a mí misma analizando de arriba abajo a aquella chica. No iba muy elegante que digamos, pero en ella todo lucía fino. Llevaba unos tacones bajos de color negro, unos jeans rotos por las rodillas y una blusa negra, la cual siempre cubría con una chaqueta.
Nunca me había fijado en su cara, tenía unos ojos hermosos y expresivos. Su iris era la cosa más enigmática que había visto en mi vida, algunas veces lo había visto verdes, algunas azules y otras color marrón. Su boca, dios, esa boca…. Espera qué, ¿Qué hago mordiéndome el labio al pensar en la boca de mi jefa? ¡¿Por dios, Florencia qué te pasa?! ¡Despierta!
Agité la cabeza borrando mis pensamientos y por fin se abrieron las puertas del ascensor

Labios Compartidos (Flozmín)Where stories live. Discover now