Labios Compartidos (Flozmín)

Capítulo 116 "Sanar heridas" (parte 1)

Pov Jaz
Le di la orden a Lolita de tomar mi auto y llevar a mi niño a mi departamento, mientras que yo me quedé junto a Flor. No podía llevarla a mi departamento… no con Mateo ahí… sería demasiado confuso.
Nos sentamos en un banco a las afuera de aquel edificio, ella seguía con la mirada perdida en la nada… y yo perdida en ella
-No debiste quedarte- dijo rompiendo el silencio de aquella eterna noche
-Lo sé… pero no pude irme- confesé y me gané la atención de esos ojos marrones que tanto me debilitaban
-Gracias- y volvió a bajar la vista
Dudé en hacerlo, pero finalmente lo hice… acaricié su cabello, apartándolo de su rostro y dejando a mi vista aquel horroroso golpe. Sentí como su cuerpo se tensó… sin duda estaba incómoda con toda esta situación
-¿Quién te hizo esto, Flor?-
No contestó… no dijo nada… simplemente siguió mirando al suelo
-Entiendo que no quieras hablar… entiendo que haya pasado tiempo, pero yo…- me detuve antes de volver a meter la pata
Los ojos de Flor coincidieron con los míos y noté un brillo en su mirada que me hizo helarme. Sabía muy bien que iba a decir… la amo, aún la amo  a pesar de todo… y me mata verla así
-¿Pero vos?- me alentó a seguir y esta vez fui yo al que bajé la mirada
-No me obligues a decir algo que ya sabes de sobra-dije huyendo a su mirada
-Yo también… a pesar de todo- suspiré y cerré mis ojos al oír sus palabras. En parte me sentía feliz, pero otra parte de mí se sentía dolida. Si aún me amaba ¿Por qué no había vuelto por mí? ¿Por nuestros sueños?
De a poco sentí como el cuerpo de Flor se acercaba al mío y su cabeza se apoyaba sobre mi hombro derecho. Tuve que cerrar los ojos para no llorar ante esa sensación de paz… de felicidad… la felicidad que uno siente siempre cuando vuelve a casa… porque sí, Flor era mi hogar… mi refugio… mi cable a tierra
Un silencio se apoderó de la noche… no era incómodo… todo lo contrario… era… necesario… sanador.
Necesitábamos sanar todas esas heridas que nos estaban matando de dolor durante estos años. No iba a ser fácil. Para nada. Me conozco, sé que no soy de perdonar fácil… pero… por ella… quizás si pueda hacerlo.
-¿Tienes auto?- pregunté escapando de mis propios pensamientos
Ella alzó su cabeza para verme
-¿Eh?-
-¿Qué si viniste en auto?- volví a preguntar y ella negó con la cabeza –Vives lejos de acá-
-Un poco- dijo tímida -¿Por?-
Me levanté de golpe y sin darle oportunidad de hablar la levanté a ella tomándola por la mano. Me miró desconcertada, para ser sincera yo también lo estaba ¿Por qué me ocupaba de ella? ¿Después de todo? Sabía muy bien cuál era la respuesta, aunque aún no quisiera admitirlo del todo
-Te voy a llevar a casa- le dije tan serena como pude y noté como su cara cambió por completo