Capítulo 20 "Conmigo"

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POV Flor
La única idea que se me ocurrió fue llevarla hacia mi departamento. Mariano me ayudó y la acostó en mi cama, donde ella siguió dormida sin darse cuenta de nada. Estaba más que borracha.
Luego de acomodarla salimos al salón donde Lucía nos esperaba atenta
-Buenas, ¿No nos vas a presentar?- me dijo Lucía mirando directamente a Mariano, el cual tampoco apartaba mirada de mi compañera de piso
Yo sonreí de medio lado al darme cuenta. Era más que claro que Mariano era el tipo de hombre que le gustaba a Lucía. Todos sus novios habían sido así, altos y fuertes. Y sin duda Mariano excedía esos parámetros.
-Ah, que boluda. Sí. Lucía, él es Mariano Montenegro y trabaja en el periódico- lo presenté –Y ella es Lucía, mi compañera de piso y podría decir que mejor amiga-
Ella me regañó dándome un golpe en el hombro
-Su mejor amiga- corrigió y le dio un beso sonoro a Mariano en la mejilla
La conocía bien y ya estaba en su faceta coqueta. Y por supuesto, ya Mariano estaba derretido
-Bueno- dije tratando de romper la tensión sexual que había entre ambos –Mariano, gracias por ayudarme con la señorita del Río-
-No fue nada, además, la conozco bien y sé que no le gustaría que la vieran en ese estado- dijo Mariano sonriéndome –Bueno, ya tienes mi móvil. Si necesitas algo llámame… o tú- y miró a Lucía la cual se mordía el labio
Rodé mis ojos en blanco ante la escena y acompañé a Mariano hacia la puerta, pero antes de bajar por las escaleras se volteó una vez más
-¿Segura de que quieres quedarte con ella? ¿Puedo llevarla con Javo?- me dijo el chico
-Sí, segura. No es nada para mí cuidarla- le dije con una sonrisa
-Bueno, solo te recomiendo que seas fuerte por la mañana. Si esta chica sigue siendo la que casi se casa conmigo te puedo asegurar que después de esta borrachera va a tener el despertar menos agradable que hayas podido ver- me dijo sonriendo
Le correspondí a la sonrisa –Ok, lo tendré en cuenta. Nos vemos-
Mariano desapareció en su gran auto y al volver al salón, me encontré con mi compañera de piso observándome curiosa
-Por favor, no me digas que este chico es el que te tiene loca-
Yo reí un poco –No, tranquila. Acabo de conocerlo hoy… es todo tuyo-
-Bien- dijo moviendo sus manos victoriosas –Que no es que me guste tanto, solo que podría pasar un buen rato con él-
-Tú y tus buenos ratos- dije riéndome
-Che, ¿Y por qué trajiste a tu jefa acá? ¿Qué querés? ¿Ser la empleada del mes?- dijo riéndose y yo la miré muy seria
-No, es que se lo debo. Jazmín me salvó de lo de Daniel ¿O no recuerdas? Si no fuera por ella, hoy tuviera este ojo rojo- le dije dirigiéndome a mi habitación
-Ok, ok. Ve a cuidar a tu hada madrina- dijo mientras entraba y no pude evitar sonreír. Porque sí, Jazmín era una especie de hada madrina o ángel protector para mí. Un ángel al cual estaba dispuesta a cuidar las veces que fueran necesarias.
Entré a la habitación y ahí estaba ella. Parecía una niña abrazada a mi almohada. Debo admitir que me encantaba ver su lado sexy, pero esto, esta imagen no la cambiaría por nada. Había tanta paz en su cara que parecía increíble. Su pelo caía por su rostro de forma leve, mientras que con su boca hacia movimientos demasiado adorables.
Casi inconsciente me acerqué a ella y aparté uno de sus pelos de la cara. Sonreí ante la mueca que hizo. Poco a poco abrió los ojos
-Hola- le susurré acariciando su mejilla
-Hola- dijo media adormilada
-Duerme un poco, yo iré a la sala- dije levantándome pero ella me detuvo
Miré su agarre y luego vi como había abierto bien los ojos -¿Puedes dormir conmigo?- dijo en un murmuro
Mis ojos se abrieron de par en par y mi corazón se agitó.
-¿Aquí?- ella asintió -¿Contigo?-
-Por favor-
Asentí y sin cambiarme de ropa ni nada me acosté a su lado. Estaba quieta, no quería moverme. De repente sentí su mano envolverme y acercarme a ella. Pensé que moriría en ese momento. Se volteó para que yo la abrazar por detrás y entrelazó nuestros dedos ¿Qué le pasaba?
Sabía que era a causa del alcohol, pero aún así me sacaba de mis cabales ¿Qué le pasaba? ¿Me quería o no? Primero, casi me besa, segundo me ignora y ahora me pide que duerma abrazada con ella. Sin duda esta chica sufría problemas de bipolaridad… y graves
Pero aún así una parte de mí se alegró. Me gustó sentir que me necesitaba… que me necesitaba a mí y solo a mí. La miré por un rato y no pude evitar desear estar así todas las noches de mi vida.
Muy pronto el sueño me fue ganando y quedé dormida, pero no sin antes mirar por última vez a aquella bella chica que tenía a mi lado.

Labios Compartidos (Flozmín)Where stories live. Discover now