Capítulo 46 "Sabe lo que hace"

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POV Flor
¿Qué habrá pasado? ¿Por qué Javo se había ido de esa forma? No entendía nada desde esa lejana mesa, pero si notaba que algo pasaba dentro de esa oficina, algo pasaba con Jazmín. Sus persianas cerradas, la mala cara de Javo… habían discutido ¿Pero por qué? ¿Sería por ella?
Deseaba ir y comprobar que Jaz estuviera bien, pero hoy para mi mala suerte Virginia estaba más toca pelotas que nunca y me había enviado a hacer unas fotocopias al piso de abajo.
-Apa, al fin te encuentro- la voz de Miranda me sacó de mis pensamientos
-Hola…-
-¿Me vas a decir?-
-¿El qué?- dije tratando de ignorarla
-Quién es el pibe que te hizo eso- dijo tocando la marca que traía en el cuello, y haciéndome quejar por el dolor –Es reciente-
-Eso no te importa-
-Ah, dale, Flor ¿Somos amigas o no?-
-¿Y? Miru, hay cosas que no te puedo contar… al menos no ahora- dije tratando de acabar con las copias y salir de ahí
-Ok…- se encogió de hombros –Solo dile a la señorita del Río que la próxima vez no te muerda tan duro-
Al oír esto mis ojos se abrieron sorprendidos, y me volteé para ver como Miranda huía con una sonrisa de oreja a oreja por el ascensor ¿Lo sabía? ¿Cómo? ¿Tan evidente éramos?
Luego de terminar con las fotocopias y dejarle todo bien organizado a Vir, recogí mis cosas viendo que ya era hora de volver a casa… había sido un día agotador y realmente necesitaba llegar y tirarme en mi cama, más ahora que sabía que no me acostaría sola
A pesar de mi cansancio tenía una sonrisa en mi rostro, debido a que no veía la hora de volver a estar con Jazmín a solas. Estaba a punto de subirme al elevador, cuando me detuve y miré hacia su oficina ¿Ya se habrá ido o me estará esperando? Trini todavía está ahí, así que…
Caminé sin borrar la tonta sonrisa de mi cara, e ignorando a la incompetente de Trinidad toqué en aquella puerta que era adornada con una placa con su nombre: Jazmín del Río. Lo amaba, amaba todo de ella, inclusive las 12 letras que conformaban su nombre.
-La señorita del Río ya no se fue- la voz de Trinidad me hizo alejar la vista de aquel hermoso nombre
-¿Ya?-
-Sí, hace un rato, dijo que tenía que resolver algunos asuntos personales- dijo la chica sin ni siquiera mirarme a los ojos, debido a que estaba casi pegada a su móvil. ¿Problemas personales? ¿Qué problemas? ¿Habrá ido a ver a Elena? No, no, por favor
-¿Querés que le deje algún recado, algo en específico?- dijo Trini al notar cómo me había quedado en blanco
-No, no… solo quería… bueno, ya da igual. Me voy. Hasta mañana, Trini- dije tratando de salir de ahí lo más rápido posible antes de ponerme en evidencia ante esta pequeña cotilla
-Hasta mañana, señorita Estrella- oí decirme desde el ascensor
Debido a su desaparición y a mi falta de auto, tuve que volver en autobús a casa. Lo odiaba, odiaba ese dichoso medio de transporte. El olor, la gente, las paradas… todo lo odiaba. Pero esta vez no me estaba quejando como de costumbre, no. Pues mi mente en esos momentos estaban en otro lado, o mejor dicho en otra persona. Pensaba en ella… en mi Jazmín, en todo lo que debió sufrir, en su forma de ser, en lo nuestro, en lo sucedido la noche anterior, lo sucedido en el ascensor… en su discusión con Javo, en Elena. Mierda, ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? Tal parecía que todo lo que rodeara a esta diosa eran problemas.
¿Merecía la pena enredarse en esos problemas? Sí, por ella merecía la pena todo en este mundo.
¿A dónde habrá ido? ¿Habrá ido a ver a Elena? No, Flor, contrala tus celos. Jazmín es una chica grande, sabe lo que hace ¿Lo sabe? ¿Verdad?

Labios Compartidos (Flozmín)Where stories live. Discover now