Capítulo 122 "Está mal?"

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POV Flor
2 años antes…
Gracias a unos colegas del instituto, había conseguido entrar a trabajar en uno de los periódicos locales. No era nada famoso, era otro de farándula, pero al menos pagaban bien y me daba para el alquiler.
Se deben preguntar ¿Por qué no volví? Pues, yo también me lo preguntaba. Me lo preguntaba cada mañana que me levantaba sin ella, cada mañana que no era despertada por uno de sus cálidos besos.
Dios, la extrañaba. La extrañaba a horrores. Pero el miedo a ser rechazada era peor. Tenía miedo de volver y encontrarme con que ella había continuado con su vida. Seguramente era así, de lo contrario ¿Por qué no ha venido? ¿Por qué ni tan siquiera me ha llamado?
Mi mente era un lío, deseaba estar a su lado, pero a la vez me moría de miedo por hacerlo. Le había hecho daño… lo sabía.
-¿Flor?- una voz conocida me sacó de mi trance
Estaba sentada en el metro y ni siquiera sabía en qué parada estaba. Alcé la vista y me quedé helada al verlo
-¿Juan?-

….
Ahora…
Ni siquiera sé por qué estuve con él. Lo quería, es verdad, pero… era tan… no sé… algo no encajaba en él. No me di cuenta al principio. Pero luego, con los años… fue mostrando su lado más oscuro.
Los sonidos de la puerta de mi casa cortaron mis pensamientos. Me levanté extrañada ¿Eran casi las 4 de la mañana? ¿Quién era? ¿Será él? No, no…
El timbre sonó de vuelta. Me levanté temerosa y débil. Tomé aire y abrí. Ni siquiera pude emitir un gesto, cuando ya tenía sus labios sobre los míos
No era él, no…
Era unos labios únicos
Aquellos labios que tanto me habían hecho temblar
Sus labios
Unos labios que sinceramente ya había dado por perdidos para mí
Era Jazmín
¿Había vuelto? ¿Estaba besándome? ¿Acaso estaba soñando? Despierta, Florencia
Un gemido… su gemido… No, no estaba soñando. Era real. Era ella.
Me separé un poco confundida y pude ver el deseo en sus ojos. No entendía nada, pero sinceramente si seguía besándome así, me daba igual entender o no
-¿Jaz?-
-Shhh- dijo callándome con sus labios de vuelta –No, quiero hablar nada… solo- me volvió a besar –Déjame sentirte… déjame ser tuya… déjate ser mía- y volvió a comer mis labios
Dios, amaba su sabor. Ni Juan ni nadie había logrado borrar ese sabor tan único de mí… tan de ella.
Correspondí al beso de forma pasional. Aunque sabía que estaba mal. Ella estaba enojada, y no sé sinceramente por qué lo hacía. Pero… no tenía fuerzas para detenerla
Atacó mi cuello y tomó mis muslos, haciéndome enredar mis piernas en su cintura. Dios, como había extrañado esto. Su piel, su calor…

Labios Compartidos (Flozmín)Where stories live. Discover now