Labios Compartidos (Flozmín)

Capítulo 70 "Bombas de tiempo" (parte 2)

POV Jazmín

8 Meses después….
¿En serio? ¿Por qué seguía llamando? Desde que la vi en el hospital hace ocho meses no habían parado de caerme llamadas de Elena ¿Qué quería? No quiero volver a denunciarla, pero creo que no voy a tener más remedio
Debo considerarme una maga para ocultarle esto a Flor… pensé en decírselo pero no quiero preocuparla en vano. A Elena la manejo yo y solo yo.
¿Por qué ahora? Justo ahora que Flor y yo estamos en nuestro mejor momento… tanto que estoy pensando seriamente en la idea del anillo… pero ¿No será demasiado pronto?
No lo digo por mí, si fuera por mí desde el día uno de estar juntas nos hubiéramos casado ¿Pero ella? ¿Qué dirá?
-Ey, amor- me dijo dándome un beso en el cuello
Estábamos como todas las mañanas desayunando en nuestra mesa
-Hola, mi vida- la besé en los labios
-¿Qué hacías?- me preguntó al verme con el celular en la mano
Mierda
-Nada, revisar unos e mail- dije y apagué el móvil. No podía arriesgarme a que llamara Elena
-Ok…- sentándose a mi lado
-¿Y vos? ¿Por qué tardaste tanto en bajar? Se te enfrió el café- dándole la taza
-Ah, sorry, es que Juan llamó y necesitaba darle unos reportes- ¡Juan! El pelotudo de Juan. No saben cuanto lo odio. En serio lo odio y más después de que Mario lo haya puesto a trabajar con Vir, y por supuesto con Flor. Estaba pegado como una garrapata
-No te pongas celosa- me dijo risueña
-¿Qué? No estoy celosa-
-Sí que lo estás. Se te nota acá- tocó el medio de mi frente –Se te hace una arruguita- Dios, la amo
-¿Ah sí?- reí y me acerqué a su boca –Pues podrías hacer algo para quitarme estos celos ¿No?-
Se mordió el labio y sin más atrapó mi boca en un caluroso beso. Amaba esos besos vespertinos, eran tan únicos, tan deliciosos… eran la energía que necesitaba para continuar el día.
Con una agilidad que había desarrollado con el paso de los meses, llevé su cuerpo sobre el mío, haciéndola enredar sus pies en mi cintura, para luego dejarla caer sin ninguna delicadeza sobre la mesada
-Mmmm- gimió entre mis labios y me sentí desvanecer
-Creo que vas a llegar tarde hoy- y sin más abrí la bata que llevaba dejando al descubierto sus hermosos pechos, los cuales besé sin pudor
Rodee con mi lengua cada una de esas perfectas esferas, y pude sentir su mano aferrarse con fuerza a mi cuero cabelludo
-MMm… así, mi amor- gemía y yo ya no podía más. Si no la hacía mía en esos momentos me iba a morir de deseo
Pero tal y como si todo estuviera en mi contra el telefonillo de nuestro hogar sonó. Ella hizo el atino por ir a contestar
-Ni se te ocurra moverte de esa mesada sin haberte corrido en mi boca, ¿Entendido?- sonrió con malicia
-Entendido, del Río- y sin más abrió sus piernas dejándome a merced su delicioso centro
Arranqué sus bragas sin ninguna delicadeza, y me sumergí en su más profunda intimidad
La lamí y penetré con mi lengua a mi gusto… dios, amaba su sabor, sus gemidos… tenerla así era la cosa más excitante y deliciosa que había sentido en mi vida
Su cuerpo estaba tensándose de a poco, y sabía lo que estaba por venir… Mientras que seguía sonando el telefonillo
-Ah… Mierda- gimió
-Mmm… así, mi amor, maldice- dije sin apenas separarme de aquel delicioso manjar
Estaba a sus pies, sujetado con toda mi fuerza sus muslos… seguramente quedarían las marcas de mis uñas en su piel, pero no me importaba, no le importaba… lo único que importaba era el placer que nos estábamos dando, porque sí… verla disfrutar era suficiente como llegar al mi clímax
Un grito ahogado me dieron a entender que ya había llegado al cielo, corriéndose deliciosamente en mi boca… Dios, amaba sentir su líquido dulce entre mis labios, recorriendo mi lengua y entrando dentro de mi cuerpo… ella era mía… todo su ser era mío y nadie me lo quitaría.
De nuevo el telefonillo
-Mierda ¿Quién es?- dije levantándome y dispuesta a abrir la puerta, pero esta me haló hacia ella y me besó… Bueno, besó… no fue un beso, más bien lamió todos los restos de su esencia que aún permanecían en mi boca, en mi barbilla, por toda mi cara
-Sos deliciosa- susurré contra sus labios y de nuevo el telefonillo
Caminé hacia él y contesté
-¿Sí?-
-¿Jazmín? Soy Juan-