Capítulo 130 "Nuestro hogar" (parte 2)

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POV Flor
Debo admitir que estaba demasiado nerviosa, el hecho de estar acá de vueltas en Buenos Aires me daba una rara sensación en el estómago. Por una parte, me sentía aliviada; por fin me había liberado de la mala sombra de Juan, pero por otro lado algo en mi pecho se estrujaba cada vez más... ¿Qué pasaría ahora?
Ahora sin Juan amenazándome no había motivo para que Jazmín me cuidara. Me podía alejar de su vida en cualquier momento si no lograba recuperar su confianza del todo.
En estas semanas, las cosas mejoraron entre las dos... no hablamos como tal del asuntos, pero si hubieron miles de miradas y uno que otro beso a escondidas... era algo inevitable... éramos adictas una a la otra.
Pero a pesar de los besos sé que todavía algo falta, la fastidié en su momento pero hoy lo voy a reparar... tengo que hacerlo... no puedo dejar que el amor de mi vida se me vaya de las manos de vuelta.
Salí de mis pensamientos al sentir que el auto se detenía. Miré a Jazmín la cual se zafaba el cinturón de seguridad. Me parecía raro, no recordaba esta calle ¿Dónde estábamos?
La calle estaba llena de casas un tanto antiguas y hogareñas. Me pareció raro, debido a que nunca me imaginé a Jaz en un sitio de estos. Seguramente iba a resolver o a recoger algo antes de ir a casa.
-¿No vienes?- dijo y noté como tenía su mano sobre la manilla de la puerta
-¿A dónde?-
-A casa, Flor- dijo con simpleza y en ese momento fue en el que pude notar como Lolita y Mateo ya estaban fuera del auto sacando sus cosas
La miré extrañada, a lo que Jazmín me respondió con una tierna sonrisa y de una vez salió del auto. La seguí rápidamente y mis ojos se abrieron de par en par al ver el lugar que tenía en frente.
Era una casona un tanto antigua pero hermosa. Adornada con un hermoso jardín en el frente y una hermosa valla blanca. Ya saben la típica casa de finales felices.
La miré incrédula a lo que ella solo contestó con una risa pequeña. Le gustaba mi reacción, sabía muy bien lo que estaba pasando por mi cabeza en esos momentos.
No me malinterpreten, me encanta la casa, pero nunca imaginé a Jaz viviendo en un lugar como este... tan... hogareño. Supongo que el tiempo la ha cambiado.
-¿No te gusta?- dijo chocando su hombro con el mío para llamar mi atención
-Me... me encanta... es preciosa ¿es tu casa?- pregunté mirando el lugar
-Bueno, lo va a ser a partir de ahora- dijo con simpleza mirando el lugar orgullosa
-¿Cómo?- confundida
-Esta casa es de mi abuela. Bueno, en realidad hace años que es mía pero nunca me he animado a vivirla. Pero... cuando estaba en Nueva York, como que se me ocurrió esta loca idea, y llamé para que fueran haciendo los arreglos ¿Quedó mona, no?-
¿Mona? La casa era perfecta... era como la casa de mis sueños
-Es perfecta- susurré casi inconsciente y pude notar como sus ojos brillaron un poquito
-Sabía qué te iba a gustar- aseguró y tomó mi mano -¿Entramos?-
...
Pov Jazmín
Sin duda la idea había sido la mejor del mundo. Tener a Flor de vuelta me hizo animarme a reconstruir la casa de mi abuela. Fue algo más bien impulsivo, pensé en lo hermoso que sería vivir acá con Mateo... y con ella... y me lancé de a lleno.
Pero sin duda la cara de mi niño y la de Flor eran mi mejor pago
Abrí la casa con las viejas llaves de mi abuela, entrando en aquel mundo lleno de recuerdos. Miles de veces corrí por este salón, que ahora se veía tan diferente a la vez que igual.
Mandé a cambiar unas cuantas cosas, pero quise dejar lo esencial. No quería perder el espíritu de mi abuela.
Caminamos hacia el medio del salón y pude ver como los ojos de aquella morocha brillaban como nunca. Juro que sentí que algo hacía estruendo en mi interior al ver su sonrisa. Era un comienzo... lo sentía... era el comienzo de una nueva vida a su lado.
-Jaz... es... es hermosa- dijo mirándome con esos ojazos llenos de brillos
-Es nuestra- dije acercándome a ella sin apartar la vista de sus labios
Lo sintió, sé que sintió mi deseo, pues al verme tan cerca de su cuerpo no hizo más que cerrar los ojos y entregarse completamente a mí
Miré sus ojos cerrados, luego su boca, sonreí y finalmente cedí a mi adicción... sus labios... aquellos delicados labios que me hacían perder la cordura.
Sentí como se derritió entre mis brazos, y como se sujetaba con fuerza de mi cuello. Llevé mis manos a su cintura, mientras ella enredaba sus finos dedos en mis cabellos, halándolos levemente. La amaba... a pesar de todo la amaba como el primer día
Mordí su labio tratando la tensión que sentía recorrer todo mi cuerpo, entonces acompañado con un pequeño gemido sentí un carraspeo a mis espaldas... Mierda... lo había olvidado
Me separé de golpe de mi adorada morocha para encontrarme con Lolita y Mateo a mis espaldas observándonos atentamente. Mi amiga me miraba con una ceja alzada y los brazos cruzados, como analizándome, mientras que mi pequeño no podía contener su sonrisa
Abrí mi boca para dar una justificación, cuando de pronto...
-¡Sí, sí, sí!- el grito de mi pequeño se apoderó de la sala -¡Tengo una nueva mami! ¡Tengo una nueva mami!-
Al oír esto abrí los ojos sorprendida, y un poco preocupada miré a Flor quien estaba a mi lado. No sé como se tomaría esto... Sé que quiere volver conmigo y que me ama pero... ¿Está dispuesta a compartir semejante responsabilidad? Ser madre no es cosa de juego...
-Mateo, Shhh- dijo mi amiga notando mi cara
Mientras yo miraba a Flor avergonzada, no quería meterla en esa especie de compromiso... de repente algo me hizo sobresaltarme... su mano... su mano junto a la mía
Flor tomaba con suma delicadeza mi mano, entrelazando nuestros dedos y dándome la mayor seguridad del mundo ¿Podría ser más perfecta esta mujer?
Me sonrió y luego miró a mi pequeño
-Mate, ¿Vos querés que sea tu mami?- le preguntó con voz de nenita pequeña y mi corazón comenzó a latir a mil pulsaciones por segundo. Iba a morir seguramente de una paro cardíaco en estos momentos
-Sí- contestó aquel nene al cual comenzaban a caérsele los dientes
-Pues... yo también quiero- dijo la morocha haciendo un gesto que me dio ganas de comérmela a besos -Pero solo hay una persona puede decidir eso...- esta vez me miró directamente a mí ¿Qué hacía?
-Dale, mami, di que sí...- decía mi nene y yo me sentía en la más astuta encerrona
-Yo... yo...- estaba a punto de responder cuando tocaron a la puerta ¡Uff, salvada por la campana! -Voy a ver quién es- dije dirigiéndome hacia la puerta con rapidez para evitar aquel par de ojos que me miraban atentos a mi respuesta
...
Solo era uno de los de la constructora que vino a ver si todo estaba según lo pedido. Lo atendí y al volver con mi familia ya cada uno estaba en lo suyo. Lolita se había ido, Mateo estaba en su nuevo cuarto jugando con la consola y Flor... Espera ¿Dónde está Flor?
No sé si quiero hablar ahora con ella, estuvo muy fuera de lugar lo que hizo... y más metiendo a Mateo en el medio. Sé que ella quiere mi perdón, pero no estoy muy segura de que esa sea la mejor forma... me da igual que juegue conmigo, pero no con las ilusiones de mi hijo.
Soy más que consciente de que Mateo desea una madre más que nada en el mundo, pero no puedo dejar que se ilusione con Florencia... No cuando aún no estoy segura de volver a confiar en ella...
La amo, sí, pero aún queda la duda... Ella me dejó... me abandonó y no dio más señales de vida... A veces, pienso qué hubiera pasado si yo no hubiera ido a Nueva York.... No nos hubiéramos reencontrado... y ella no estuviera ahora acá
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un sonido que provenía de la cocina. Caminé hacia ahí y pude a ver a Flor sentada en la mesa con una taza de café en la mano... todo estaba bien, hasta que me di cuenta de una cosa
-¿Qué es eso?- dije señalando la maleta de color rojo que descansaba a su lado
-Una maleta- dijo con simpleza
-Sí, lo sé... ¿Pero por qué aún no la has desempacado?- pregunté extrañada. Hacía más de una hora que ya nos habíamos acomodado -Hay un cuarto de invitados, podés dejarla ahí...-
-NO-
La miré confundida ¿Qué le pasaba?
-Me voy, Jazmín-
-¿Qué?- dije con el ceño fruncido -¿Cómo qué te vas?- acercándome
-Jaz...- suspiró
-¿Te rendiste?- no pude evitar que mi voz saliera débil
Ella sonrió y con delicadeza acarició mi mejilla. Cerré mis ojos ante ese hermoso contacto ¿Por qué se iba?
-No, mi amor. Creo que fui clara cuando dije que jamás me iba a rendir con vos... te quiero recuperar... pero quiero hacer las cosas bien- dijo delicada. Había madurado tanto... ya no se parecía en nada a la nena que conocí hace años
-No te entiendo...-
-Jaz... acá te hago mal... te obligo a vivir una vida a la cual no estás preparada para vivir... aún-
-Flor... Florencia, si es por lo de hace un rato... yo...- dije acercándome más hasta quedar arrodillada a su lado
-No, no, no hace falta que me digas... te entiendo... y por eso me voy... quiero recuperarte, Jazmín... Y quiero que la próxima vez que entre por esa puerta con mis maletas... sea para quedarme... pero para quedarme toda la vida-

Labios Compartidos (Flozmín)Where stories live. Discover now