Capítulo 12 "Tentación"

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Nuestras bocas estaban a centímetros. El agua del lago rodeaba nuestros cuerpos desnudos, mientras que su mano exploraba mis zonas más intimas. Gemía del placer que me daba. Nunca había probado tales labios…
-Mírame- dijo sujetando mi cabello con fuerza y llevando mi cabeza hacia atrás –Quiero que me mires-
Yo lo hice como pudo pero la tentación de volver nuestros labios era enorme
-¿Te gusto?- me preguntó con una sonrisa algo malévola
-Me encantas- suspiré mirando directamente hacia su boca
-¿Quieres hacerme el amor?- preguntó con una voz seductora que me mataba
-Como nunca- mi mano inconscientemente fue bajando hacia su cola y la apreté con fuerza, haciendo que gimiera en mi boca
Sentí una voz a lo lejos… una voz que me llamaba
-¿Flor? ¿Flor?- decía sobre mi cara
Abrí los ojos poco a poco y ahí estaba ella… era solo un sueño
Me levanté agitada y aún un poco fuera de mí… me llevé las manos a la cabeza y la miré confundida. ¿Cómo pude soñar con eso? Dios, estoy muy mal
-¿Qué pasó?- le pregunté
-Te quedaste dormida y de repente empezaste a hablar dormida- me dijo mirándome mientras me reincorporaba -¿Estás bien?-
-¿Qué dije? ¿Oíste?- asustada. Dios, qué vergüenza
-No, no entendía… ¿Con qué soñabas, boluda?- me preguntó curiosa
Mis mejillas tomaron un color rojo y mi garganta se seco. ¿Qué le digo?
-No, con nada- dije asustada
Ella rió incrédula –Pues para no ser nada te hizo sudar bastante- me dijo señalando mi frente
Mi rostro debía estar muy agitado ante las sensaciones que me había hecho sentir ese sueño
Creo que ella notó que me incomodaba hablar del tema, pues se alejó y tomó su cámara. Yo me quedé mirándola en siguiente. Dios, como desee en ese momento que aquel sueño fuera real.
Ella llevaba puesta una blusa corta que dejaba ver gran parte de su abdomen. Mi mirada la fue recorriendo con suavidad hasta llegar a su ombligo el cual estaba adornado por un sexy arito. Tragué en seco al imaginarme lo que mi lengua podía hacer con él.
Creo que notó mi mirada sobre su abdomen pues muy pronto se levantó de donde estaba agachada para hacerlo más visible. Dios, su piel parecía tan suave y a la vez tan firme que estaba a punto de ir y comprobar su tacto.
Mis manos se aferraron al césped que tenía debajo, necesitaba tocar algo para controlar mis instintos ¿Qué me pasaba? ¿Por qué esta mujer provocaba estas reacciones en mí? Nunca antes mi entrepierna se había humedecido tanto con solo una mirada.
De pronto sus ojos coincidieron con los míos. Ese verde llegó hasta mi alma… era tan precioso y combinaba de una forma tan sensual con su colorado cerquillo. Sonrió de medio lado y llevó la cámara hacia un costado dedicándose a observarme con atención
No fue incómodo. No me molestaba ni me avergonzaba que me estuviera viendo mientras me la comía con la mirada. Al contrario, provocaba que subiera un calor por mi cuerpo inimaginable por mi cuerpo… sin duda esta mujer era una tentación
-¿Qué me miras?- dijo curiosa
-A ti- las palabras salieron solas de mi boca
Ella alzó la ceja sorprendida por mi decisión. Pero esto hizo que me pusiera nerviosa
-Tu pelo- solté de golpe
-¿Mi pelo?- confundida
-Sí, estaba mirando tu pelo- carraspeé –Sí, es que no sé muy bien de qué color es- disimulando
Ella tomó un mechón de cabello y se lo miró pensativa haciendo unas muecas bastantes graciosas
-Pues creo que yo tampoco sé… es como una mezcla ¿No?- riéndose
Dios, esa risa era hermosa
-Te queda muy bien de todas formas… aunque no sepas que sea- le dije nerviosa
Ella se acercó a mí y mi piel se erizó –A veces las cosas que no sabemos son las mejores ¿No crees?- me dijo mientras se sentaba  a mi lado
Yo asentí sin apartar la vista de sus labios, de su cuello, de su piel… Mi corazón iba a millón, mientras que ella parecía tan calmada con esa sonrisa en su boca
Se puso a mirar el lago con la mirada perdida –Me encanta este lugar- y se lanzó hacia atrás quedando tendida sobre el césped
Su pelo estaba tendido de una forma desarreglada y hermosa a su alrededor. La miré de reojo pero muy pronto mi mirada se volvió a ubicar en su arito
Aparté la mirada con miedo de que ella notara el efecto que tenía ese adorno en mí, pero al ver hacia atrás pude darme cuenta de que tenía los ojos cerrados y respiraba profundamente
-Me pasaría la vida acá- confesó – Ay, tanta paz-
-Sí, tenés razón- concorde
Jazmín abrió un ojo y me miró sorprendida
-Flor, ¿Qué haces ahí sentada? Acóstate junto a mi- dijo halando mi brazo y haciendo que cayera a su lado –Siente la naturaleza- 
Me quedé inmóvil y sin respirar unos segundos, estaba tan cerca de ella que me dolía, pero a ella parecía que no le afectaba en nada ¿Acaso ella no sentía lo mismo? ¿Acaso no se daba cuenta de esta atracción que existía? ¿O todo estaba en mi cabeza?
Bufé al pensar en esa posibilidad
-¿Qué pasa?- me preguntó sin abrir los ojos
-Nada-
-Dale, Florencia, soy buena leyendo a la gente y sin duda a vos te pasa algo- me dijo usando un tono de sabelotodo que me mataba
Pensé unos segundos y hablé –Es que me gusta alguien-
Ella abrió un ojo sorprendida –Vaya, eso es nuevo- dijo riéndose
-No te burles, es serio- le dije dándole en el hombro
-Auch- fingió dolor – ¿Es serio?- en su tono se notaba la curiosidad
-No lo sé. Ni siquiera sé bien qué siento- le revelé
-Vaya, eso es un problema-
-Es que no sé si de verdad me gusta, o es solo una tentación- dije agobiada –Es complicado-
Ella se levantó de repente y me miró a los ojos. Yo la miraba asustada desde abajo
-¿Qué tiene de complicado?-
-Que no sé qué es lo que siento, Jazmín-
-A ver, ¿Cuándo ves a este pibe qué sientes?- me preguntó y yo me calmé un poco al notar que no tenía ni idea de que se trataba de ella
-Yo… yo siento como que todo mi cuerpo tiembla. Como que mi mundo perdió el sentido- dije dejando que las palabras salieran solas –Y su cuerpo, Dios, su cuerpo me hace perder el aliento cada vez que mueve sus caderas-
-¿Caderas?- me interrumpió confusa con una mueca extraña en su cara
-¿Eh?-
-Dijiste caderas ¿Tú chico mueve las caderas?- dijo riéndose como una boluda
-No, no… - dije nerviosa sentándome frente a ella
Detuvo su risa de golpe y me miró con los ojos entrecerrados –Espera un momento, si vos dijiste caderas…-
-No, no dije eso- me defendí aunque era evidente
-Si vos dijiste caderas- insistió –Entonces,… vos estás enamorada de una mujer- en su tono de voz sonó un poco de sobresalto y sorpresa -¿Te gusta una mina?-
-¡¿Qué?! ¡No, no! ¡¿Cómo crees?!- dije muy nerviosa
Ella se acercó más a mí como analizándome con la mirada y mi respiración se detuvo por unos segundos
-Mm… curioso- dijo con un tono misterioso
-¿Curioso qué?-
-Nada, que no sabía que te gustaban las minas- dijo encogiéndose de hombros y alejándose
-Y no me gustan… no me gustan nada. Estoy colgada por un chico… UN CHICO- recalqué mis palabras
-Ok, ok, lo que tu digas- dijo alejándose –Igual, pienso que deberías aclararte cuanto antes y ver si a esa… ese chico le gustas-
Tragué en seco y la miré asustada
-¿Y si no le gusto?- nerviosa
-Ah, Flor, por Dios, claro que le vas a gustar. Mírate, cualquiera babearía por vos- dijo señalándome de arriba abajo
Mis mejillas se sonrojaron y no pude evitar hacerle una pregunta
-¿Yo te atraigo?-
Me miró enseguida y en su mirada se veía una mezcla de asombro y desconcierto
-¿Qué?- pude notar el nerviosismo por primera vez en su voz
-Digo, no me malentiendas- aclaré haciendo más distancia entre nosotras – Digo, que por ejemplo, si vos me vieras entrar a un bar sin conocerme así de nada y solo con verme… ¿Me invitarías a una copa? ¿Te gustaría?-
Jaz se quedó en silencio y me miró de arriba abajo pensativa. Pude sentir como me desnudaba poco a poco con la mirada, cosa que me hizo moverme de mi sitio
-Sí- dijo simplemente
-¿En serio?- dije con un tono demasiado entusiasmado
-Sí, ¿Por qué no?- me dijo encogiendo los hombros como si dijera la cosa más natural del mundo
Yo asentí y me quedé mirándola en silencio
-En cuanto a eso que me dijiste- volvió a hablar
-¿De qué?- confundida. Me había perdido
-Lo de tu enamorado... pienso que tú sola eres la que te vas a dar cuenta de que si es solo atracción o algo más- dijo mientras se levantaba
Bufé agobiada –Eso espero, porque creo que me va a volver loca-
Ella sonrió un poco y volvió a tomar su cámara
Después de varias fotos, me senté en la orilla del lago cuando de repente siento el flash de su cámara
-¿Qué haces?- me volteé para darme cuenta de que me apuntaba directamente a mí
-Captar la ausencia- dijo con una sonrisa
-¿En mí?-  riéndome de su ocurrencia
-No, bueno, no sé…- dijo acercándose – Es que te vi ahí tan tranquila que fue como una necesidad-
-Que exagerada- me burlé –A ver, déjame ver como quedé- dijo tratando de tomar la cámara pero ella la alejó de mí
-No, no- dijo con una voz cómica –Esto no se ve hasta que no salga a la luz. Un artista no puede ir mostrando su arte a cualquiera-
-¿Yo soy cualquiera?- le dije con un tono burlón
Entrecerró los ojos y arrugó su nariz
-No, pero debes tener paciencia, señorita Estrella-
Mierda, me volvió a llamar señorita Estrella
-Ok, señorita del Río-
-¿Vamos?- dijo guardando su cámara en su bolso
-¿Ya?- me quejé
-Se está haciendo tarde- indicó
Yo miré al cielo y era verdad por lo que me levanté de mi puesto
Ambas nos dirigimos al auto y enseguida partimos a la ciudad.

Labios Compartidos (Flozmín)On viuen les histories. Descobreix ara