P.O.V Johanna
- ¡Están muertos, ambos murieron por mi culpa! ¡Están muertos, maldita sea! - Escucho a Katniss gritar desde afuera. Salgo corriendo al instante para saber que demonios está pasando, sin el permiso de Coin, que honestamente me importa tanto como la salud de Snow - Prim espera, lo siento - Dice ella pero la rubia empieza a correr. Katniss intenta hacer lo mismo, con intenciones de seguirla, pero Finnick la toma de los brazos para que no pueda moverse, ya que es probable que bas terminen en el hospital de los nervios que tienen emcima. Me acerco a ella y la tomo de los hombros, obligándola a calmarse.
- Oye, hablaré con ella, no te preocupes - Le digo y al mirarla a la cara puedo ver que sus ojos no dejan de derramar lágrimas. Al decir esto comienzo a correr en la dirección que Prim lo hizo.
No me es difícil alcanzarla, ya que sé que se meterá en su habitación, es una niña, yo hacía lo mismo cuando tenía problemas... Corro hasta el final del pasillo y al mirar a la derecha la veo entrando en su habitación. Me encamino rápidamente hacia ella y entro sin tocar la puerta.
Está sentada sobre la cama, llorando justo en la esquina de la habitación. Al mirarla no puedo evitar recordarme a mí en su situación, me entristezco al instante, pero luego me pongo firme, no puedo mostrarle debilidad, se supone que vengo a explicarle las cosas y a intentar animarla.
- ¿Qué pasó? - Le pregunto mientras me acomodo a su lado, abrazando mis piernas, intentando asemejarme a su posición. No recibo respuestas, y tampoco espero que me responda tan rápidamente. - Soy amiga de Katniss y de Peeta - Le digo y noto que su llanto lentamente se apaga, pero aún así sigue temblando «Vas bien, Johanna», pienso mientras espero que alguna idea llegue a mi cabeza - Me llamo Johanna - Le digo y le estrecho mi mano, ella me mira y me sonríe, pero no la toma.
- Soy Primrose - Me dice mientras se seca las lágrimas.
- Es un hermoso nombre - Le digo y le sonrío... - Pero ¿Por qué lloras? - Le pregunto y ella niega con la cabeza, señalando que no quiere contarme. - Puedes confiar en mi... Hace bien hablar con los demás - Le digo y ella mira las sabanas.
- Es que... Katniss me contó que mi mamá y Peeta murieron... - Me dice y se larga a llorar otra vez.
- Oh no llores Prim - Le digo, y la abrazo, comienzo a acariciarle el cabello. - ¿Quieres que te cuente un secreto? - Le pregunto y ella asiente. - Ellos están en un lugar mejor ahora, y están juntos, esperándote. Yo entiendo porque Katniss está así, yo pasé por lo mismo, pero tú no estás sola, ella te cuidará, y siempre estará contigo... - Le digo y ella me mira y frunce el ceño.
- ¿Cómo sabes como se siente Katniss? - Me pregunta y yo suspiro.
- Porque también mataron a mi familia..., cuando tenía quince años - Respondo, intentando no llorar. - Tu hermana no va a dejar que nadie te haga daño... - Agrego y ella me abraza.
- Gracias - Me dice, y por más corta y seca que haya sido la palabra, de alguna manera me llega al corazón. Esta niña perdió a su madre por culpa de Snow. La rodeo con mis brazos y nos quedamos unos minutos así, hasta que ella se calma por completo.
- Ven..., vamos a ver como está Katniss - Le digo y ella asiente sonriendo, aunque sé que está triste.
Nos levantamos de la cama, y nos dirigimos al pasillo en el que Katniss se encontraba hace más o menos media hora. Mientras caminamos pienso en todo lo que acaba de pasar... Katniss no se encuentra bien, jamás hubiese sido capaz de gritarle a su propia hermana, y la verdad es que la entiendo a la perfección, acaba de perder a dos personas más. Su vida se está complicando cada vez más, y en lugar de encontrar respuestas, solo logra llegar a más problemas.
Llegamos al pasillo en el que se encontraba ella, pero ya no está, solo se encuentra Finnick apoyado contra una pared. - ¿Dónde está? - Le pregunto y él me mira y vuelve a la realidad, por lo visto estaba muy concentrado...
- Ella se desmayó - Me dice y luego mira a Prim - Veo que la tranquilizaste... ¿Quién lo diría? La insensible Johanna Mason cuidando de una niña... - Me dice y yo alzo las cejas - Que buena eres Johanna... - Agrega y yo aprieto los labios y miro de reojo hacia otra parte, me avergüenzan sus palabras, ya que se supone que soy una chica fría.
- Bueno, mejor vamos con Katniss - Le digo y nos encaminamos al hospital.
P.O.V Katniss
Despierto en una camilla de un hospital. Miro a mí alrededor, Johanna está con Finnick, Demetria y Prim, quien está sentada a mi lado. ¿Me desmayé? Mierda. Que suerte que no fui con Prim, o de lo contrario habría caído a mitad de camino.
- Lo siento - Le digo a mi hermana y ella me sonríe tristemente pero, aún así, de repente la calma vuelve a mí. Me siento bien otra vez, como si me hubieran quitado de encima a un elefante.
Me incorporo rápidamente, miro a Prim a los ojos, y sé que no está enojada conmigo, sino que por el contrario, siente lástima. Por primera vez mi hermana me tiene lástima...
Le abrazo, y ella a mí, solo nos tenemos mutuamente, ya no nos queda nada. No hay más papá, no hay más mamá, ya no hay más "hermano", ni tampoco novio. Ahora, solo estamos nosotras, y depende de mí demostrarle a ella que la vida continua, que más allá de las perdidas se puede progresar. Que sin importar los obstáculos que la vida te presente, nunca tienes que darte por vencida.
- ¿Puedo hablar con mis amigos a solas? Te veré en la cocina - Le digo y ella asiente - Gracias patito... - Le digo y le doy un beso en la frente mientras acomodo su camisita, que está fuera de su pantalón. Esta por retirarse, abre la puerta, voltea y me mira.
- Katniss... - Me dice y yo la miro y alzo las cejas, para que continúe. - ¿Mamá y papá están juntos ahora? - Me pregunta y mis ojos se iluminan al instante. Trago saliva y contesto:
- Si... Están en el cielo, mirándote y cuidándote - Ella sonríe. Sale de la habitación, y yo respiro hondo, para luego soltar todo el aire. Demetria se acerca a mí y pone su mano sobre mi hombro.
- Oye... - Me dice y yo la miro - Mantente fuerte - Me dice y yo le sonrío. Siempre me dice lo mismo, pero me hace sentir mejor cada vez que lo repite.
- Vamos a comer algo, lo necesitas, estás pálida Katniss - Dice Finnick y yo asiento.
Me levanto con fuerza, ya que si bien estoy pálida, tengo fuerzas todavía, pero necesito comer urgentemente.
Comenzamos a caminar los cuatro juntos, noto que todos me miran de manera muy extraña, supongo que es porque acabo de gritarle a una niña, y lo peor es que se trataba de mi hermana. Aun así, ellos no tienen derecho a juzgarme, no tienen ni la más remota idea de todo lo que pasé.
Llegamos al comedor, Haymitch y Effie están sentados comiendo, Prim está con unas niñas, y también con Jason, el chico que se salvó de ir a Los Juegos porque Peeta se ofreció como voluntario, ambos están muy felices y riendo... Sonrío al ver esto, y no me doy cuenta que ya estoy en la mesa con Haymitch y Effie. Nos sentamos todos en el mismo banco.
Miro mi plato y simplemente pongo el cubierto sobre la comida, pero no como absolutamente nada. Escucho los cubiertos chocar contra la superficie de los platos, el murmullo de las personas, y lentamente me sumerjo en ellos. Una mano se apoya en mi hombro y pierdo mi concentración.
- Tienes que comer Katniss - Me dice Effie y yo asiento... - Por cierto ¿Dónde está Peeta? - Me pregunta y por un acto-reflejo suelto el tenedor y parpadeo rápidamente.
- Él... Murió - Digo y trago saliva, para después suspirar.
- Oh Dios mío lo siento mucho Katniss - Me dice y yo niego con la cabeza, señalándole que estaba bien...
- No te preocupes... Él me salvó, se sacrificó por mí... - Le digo y Haymitch me sonríe tristemente, todos lo querían, pero yo lo amaba...
- ¿Y como pasó? - Me pregunta Haymitch y yo vuelvo a suspirar. Nadie en la mesa se mete en la conversación, porque saben que yo no lo quiero así.
- Bueno... Estábamos en el tren volviendo y escuchamos una explosión, el tren descarriló, yo estaba por salir disparada por una puerta del tren, pero Peeta me salvó... - Digo y suspiro.
- Te equivocas, fue una ventana - Escucho una voz detrás de mí, todos volteamos rápidamente, y ahí esta él, con su cabello rubio ceniza, sus ojos azules, su sonrisa, sus labios finos, y su felicidad que siempre logra transmitirme.
- Estás con vida - Digo, intentando caer en la cuenta de que esto no es un sueño.
Me levanto del banco en el que me encuentro y caigo porque no levanto la pierna derecha, pero al instante me reincorporo y corro hacia él, le tomo la cara con fuerza y lo beso con intensidad, mis ojos desprenden lágrimas sin parar. Me separo de él y lo miro a los ojos. Lo extrañaba tanto...
- Tu..., tú estabas... - Le digo y él asiente con la cabeza.
- Sh... Está bien... No te preocupes, estoy aquí contigo, como te lo prometí, ¿Lo recuerdas? - Me pregunta y yo lloro aún más por la felicidad que siento.
- Pero..., ¿Cómo...? - Le pregunto y él me sonríe.
- Te explicaré todo, ven... - Me dice y nos sentamos. Aquí está él, y esta vez es verdad... No puedo creer que de verdad esté aquí, que esté conmigo...
______________________
Este capítulo va dedicado a aquellas personas que me apoyaron hasta ahora a pesar de la falsa muerte de Peeta.
Si, Peeta está vivo, siempre lo estuvo. En el próximo capítulo se explica como sobrevivió. Esta "muerte" estaba pensada justamente para hacerles creer que él ya no aparecería, es para impactar al lector, solo para eso.
Quiero darle un agradecimiento especial a Shutchlaw, porque ella ya sabía todo esto y aún así no dijo nada, por el contrario, me ayudó a que los lectores sigan leyendo y no se me escapen. #GraciasTotales
¡¡¡Aunque eso no saca el hecho de que pueda morir más adelante alguno de los personajes principales, incluyéndolo a él!!!
Y este es el capítulo en el que todos comentan: "Yo sabía que estaba vivo"o cosas por el estilo, me juego el corazón a que es así. Gracias chicos y chicas, en serio, espero que disfruten de esta novela hasta el final :D