P.O.V Katniss
Me despierto, estoy en mi cama y recuerdo todo lo que sucedió ayer. Encontraron a Peeta, está mal herido, muy lastimado, y en un estado deplorable, pero esta con vida. Por unos segundos, pienso que no lo encontraron y que todo fue un sueño, pero luego, de repente, se que no es así, se que Peeta realmente está conmigo y que no está en el Capitolio. Mi madre y Prim son mi prioridad ahora, tengo que sacarlas del Capitolio, si es que aún se encuentran con vida. Miro a mí alrededor, estoy en mi habitación, tapada con las frazadas hasta el cuello. Miro el techo y me pregunto lo mismo que estoy preguntándome desde que llegué aquí: ¿Qué hago? Giro sobre mí misma para quedar acostada sobre mi brazo, pongo mi mano debajo de mi mejilla para sentir su calor y me acomodo en ella. En la mesita que hay a mi lado, está el Sinsajo que Peeta me regaló... Lo tomo y lo miro, al igual que todas las mañanas, solo que ahora lo hago con felicidad ya que se que él está conmigo. Lo acaricio con mi pulgar y sonrío. Ahora que Peeta está conmigo, y Emma me aconsejó respecto al tema, se que responder a esa pregunta... ¿Que hago? Seré el Sinsajo, estoy decidida al cien por ciento. Hoy hablaré con Coin, y le plantearé mis ideas, si esta de acuerdo, pues yo aceptaré hacer la parte del trato que me toca, pero si no lo está, pues tendrá que buscarse otro Sinsajo, ya que yo no haré nada si no cumple con las condiciones que le diré hoy. Me levanto de la cama, con una sonrisa en la cara, porque se que hoy será un gran día. Busco ropa en el armario, y me voy a bañar. Mientras me ducho, no puedo pensar en otra cosa más que en Peeta. Espero que los médicos puedan curarlo, no se que haría si él muere... Termino de bañarme, me cambio y salgo. Al abandonar mi habitación, mi cara cambia completamente, no se porque, pero me torno completamente seria, tal vez porque recuerdo que me dirijo al hospital para ver si me dejan visitar a Peeta... Camino por los pasillos del Distrito 13, muy apurada, a tal punto que choco con alguien. Levanto la mirada y me encuentro con un chico muy apuesto, el chico sexual del Capitolio, Finnick Odair.
- Lo siento - Le digo e intento caminar, pero el me toma del brazo ligeramente, me detengo ya que no puedo reprocharle absolutamente nada, el mantuvo vivo a Peeta en la Arena en mas de una ocasión...
- ¿Sigues enfadada conmigo? - Me pregunta con una ligera sonrisa, yo solo le niego con la cabeza, sonriendo también. - Pues entonces, me quedo tranquilo... Él está mejorando... Ve a verlo, te necesita - Me dice y asiento con la cabeza, él me suelta y voltea para que continúe con mi caminata. La verdad es que Finnick es el único que podría llegar a entenderme, ya que el Capitolio también capturo a la persona que ama, Annie Cresta, el problema es que aún no se porque lo hicieron...
No me doy cuenta y ya estoy en la habitación ciento ochenta, donde se encuentra Peeta. Cualquiera podría decir que me preocupo más por él que por Prim y mí madre, pero la verdad es que yo se que ellas están bien, porque Snow las utilizará para causarme dolor a mí. Él sabe que si mueren, yo buscaría venganza y daría inicio a la Rebelión en menos de un día, por eso se que las mantendrá con vida, pero soy consciente de que las están torturando en este momento, o tal vez puede que las estén violando, o también existe la posibilidad de que estén bien, y yo solo esté imaginándome cosas, si bien la posibilidad es casi nula, existe.
Un médico mira por la ventana de la sala y me hace señas para que pase a verlo. Yo hago lo que me pide, abro la puerta y veo a Peeta dormido, totalmente dopado. Al verlo sonrío ya que la gran mayoría de sus heridas y quemaduras desaparecieron. El médico se acerca a mí y yo intercambio mi vista entre él y Peeta.
- Es un gusto decirle que está mucho mejor, al parecer las medicinas que la Presidenta Coin nos permitió usar tienen mucha eficacia - Me dice y yo le sonrío de oreja a oreja - Si las medicinas continúan actuando con esta velocidad, pues entonces es posible que salga para el día de mañana... - Agrega el médico y por instinto lo abrazo con fuerza. Me separo y el doctor me mira con felicidad.
- Gracias, en serio, muchas gracias - Le digo y le sonrío, se que podía decirle muchas cosas más, pero no lo hago, me limito simplemente a decirle esas pocas palabras. Me acerco a Peeta y le acaricio la mejilla, me agacho y lo beso - Te amo - Le susurro aunque esté dormido. El médico me abre la puerta y yo salgo de la habitación. Emma está esperándome afuera, apoyada contra una pared con los brazos cruzados. La miro y me sonríe, yo le devuelvo el gesto.
- Se encuentra mejor, ¿Verdad? - Me pregunta y yo asiento con la cabeza para luego abrazarla. Nos quedamos así un buen rato, abrazadas como si nos conociéramos de toda la vida, como si fuésemos mejores amigas, aunque en realidad prácticamente eso es lo que somos en este momento, mejores amigas, ya que no tenemos a nadie, y la verdad es que formamos un vinculo de amistad muy fuerte.
- Tenemos que irnos - Le digo y ella asiente, sabe que me estoy refiriendo a la charla que voy a tener con Coin... Caminamos sin hablar, ambas estamos nerviosas, y se nota mucho, demasiado en mi opinión... Llegamos a la oficina donde se encontraban Coin y su equipo, entre ellos se encontraba Plutarch Heavensbee, el Jefe de Vigilancia de los 75º Juegos del Hambre que traicionó a Snow y su gente...
- Señorita Everdeen - Me dice Coin para que le dijera porque me encontraba en su oficina.
- Vine a hablar con usted sobre el Sinsajo, he tomado una decisión... - Le digo y ella al instante levanta su mano en señal de silencio, todos se callan al instante.
- Pase por favor - Me dice abriendo la puerta. Yo ingreso a la habitación y todos se levantan, yo me quedo estupefacta. Continúo caminando hasta el otro lado de la gran oficina. Coin se quedo del otro lado, el silencio permite que escuche absolutamente todo, hasta el más mínimo ruido, todos se sientan excepto Coin, todos en la sala están esperando mi discurso, mi respuesta, mi decisión, todos están esperando el "Si", como si estuviese en una Iglesia a punto de casarme... - ¿Y bien? - Me pregunta Coin levantando las cejas.
- Si, seré el Sinsajo - Digo y todos comienzan a festejar, excepto Coin, ella sabe que voy a pedirle algo a cambio. Los murmullos aumentan y todos comienzan a callarse y a sentarse al notar que su presidenta no festeja. - Pero... Tengo algunas condiciones - Digo y todos se sientan, esperando que comience a hablar nuevamente.
- ¿Qué quieres Katniss? - Me pregunta y me sorprendo, es la primera vez que me llama por mi nombre y no por mi apellido.
- Bueno, pues, tengo varias cosas - Digo y al instante una mujer me da un lápiz y una lapicera. - Gracias - Agradezco y me siento para escribir. Intento recordar todo lo que Emma me dijo. "Inmunidad para los tributos capturados", "Que le permitan a Emma estar conmigo en todo momento", "Que me permitan visitar mi Distrito", "Que me permitan cazar junto con Emma", "Que Prim y mi madre sean rescatadas antes de comenzar la gran guerra y sean puestas a salvo". Anoto todo esto en el papel y puedo ver que una gota de sudor cae sobre la hoja. Miro mi mano y noto que está temblando. Estoy más nerviosa de lo que creí que podría llegar a estar. Miro a todos y noto que mi mano comienza a escribir prácticamente sola. Bajo la mirada nuevamente a la hoja y noto que escribí "Yo decido quien matará a Snow". Me levanto, para dar a entender que ya terminé de escribir.
- Muy bien... Esto es lo que quiero... - Digo para comenzar a hablar - Necesito que le permitan a Emma estar conmigo en todo momento, y con eso me refiero a que compartiremos habitación... - Digo y todos comienzan a murmurar cosas, no me imagino como se pondrán cuando solicite inmunidad para las personas secuestradas por el Capitolio. Miro a Coin, esperando su opinión, pero no responde.
- Muy bien, pues... Eso puede ser aceptado... - Dice y me calmo al instante, comenzamos con el pie derecho... - ¿Qué más quieres? - Pregunta para animarme a seguir, pero sin perder autoritarismo.
- Quiero que me permitan salir a cazar - Digo y Coin me fulmina con la mirada, me espera lo peor...
- No. Claro que no, no voy a arriesgarme a dejarte salir afuera - Me dice, voy a hablar, pero Emma se adelanta diciendo:
- Cazar le serviría para mejorar su puntería, además, podrían tener carne para la comida - Contraataca...
- Es cierto... Muy bien, te dejaré... Tendrán solo dos horas al día, en un radio de dos kilómetros, pero los guardias estarán vigilándolas muy de cerca... - Dice y ambas asentimos con la cabeza y una sonrisa. - ¿Algo más? - Pregunta alzando las cejas nuevamente.
- Si... - Respondo y suspiro - Quiero que saquen a mi madre y a mi hermana del Capitolio antes de comenzar la guerra. No quiero que corran peligro - Digo y Plutarch mira a Coin y asiente con la cabeza
- Bien... Pero ustedes las rescatarán, junto a un equipo entrenado profesionalmente, lo harán en un mes - Condiciona la presidenta, yo simplemente niego con la cabeza.
- No puedo esperar tanto tiempo... - Cuestiono yo y ella simplemente me mira y se levanta de su asiento. Esperar un mes podría significar la muerte de Prim o mi madre, y en el caso de que no se llegue a eso, estarían siendo torturadas durante un mes más...
- Claro que puede, es eso, o nada - Me dice y yo asiento nuevamente. El hecho de ir al Capitolio es un suicidio, pero tal vez estén vivas... - ¿Algo más? - Me pregunta y yo asiento.
- Si, dos cosas más... Primero, quiero que me dejen visitar mi Distri... -
- No. Olvida eso porque no hay forma de que me convenzas... - Me dice Coin interrumpiéndome.
- Pues entonces busque otro Sinsajo... - Le digo y estoy a punto de salir por la puerta.
- Espera... Está bien, visitarás tu Distrito - Me dice y yo sonrío antes de voltear nuevamente.
- Peeta vendrá conmigo... - Digo y Coin asiente. - Por último... Los vencedores que fueron capturados por el Capitolio serán perdonados por sus acciones - Digo mientras me siento. Alma se levanta exaltada.
- Claro que no. Eso no lo permitiré de ninguna manera. - La interrumpo.
- No es su culpa que el Capitolio los haya capturado - Le digo contraatacando y ella tan solo levanta las cejas ante mi respuesta.
- Serán juzgados por sus delitos como se debe - Dice y yo me levanto de la silla, apoyando las manos sobre la mesa.
- ¡Ellos me salvaron en la Arena en más de una ocasión! - Le digo y ella niega con la cabeza, convencida de que lo que había que hacer era matarlos.
- Claro que no Everdeen, no te dejaré hacer eso - Cuestiona con enojo y autoritarismo, pero yo no mostraba miedo, por el contrario, estaba mucho mas furiosa que ella.
- ¡Se les otorgará inmunidad! Si no está de acuerdo con eso, puede buscar otro Sinsajo, y dudo que encuentre uno... - Le grito desafiándola, ella solo sonríe.
- Eso es lo que buscábamos - Dice Plutarch interviniendo en la conversación - Esta es la Katniss que queremos, nuestro Sinsajo... - Agrega y Coin asiente con la cabeza.
- Y para asegurarme de que no me va a traicionar, hará el anuncio hoy, esta tarde, frente a todo el Distrito 13... - Le digo y hace una mueca extraña, pero termina dándose por vencida y suspira.
- Muy bien Everdeen, si lo quieres, lo tienes - Me dice y me quedo helada, siento que este comentario es una amenaza. Todos se levantan y yo estoy olvidando algo.
- Una última cosa... - Digo y todos se sientan nuevamente - Yo decido quien matará a Snow - Aclaró y Coin sonríe maliciosamente.
- Tranquila niña, todo a su tiempo... - Dice para dar por terminada la conversación.
Me encamino a la puerta y para mi sorpresa, al abrirla estaba Effie del otro lado...
- Hola chiquita... - Me dice y prácticamente salto sobre ella para abrazarla. - Tranquila... ¿Otra vez te presionan con la Revolución? - Me pregunta y yo sonrío y niego con la cabeza
- No... Es solo que... Creo que por primera vez estoy haciendo bien las cosas - Le digo y ella sonríe
- ¿Decidiste ser el Sinsajo? - Me pregunta y yo suspiro.
- Si, pero puse mis condiciones, a Coin le costará caro todo esto. No va a conseguir mi confianza tan fácilmente - Le digo observando hacia todas partes, asegurándome de que nadie estaba escuchándome.
- Muy bien... Veo que vas aprendiendo - Me dice riendo, extrañaba la felicidad de Effie, siempre logra sacarme sonrisas. - Dime... ¿Encontraron a...? - Me dice mientras frunce el seño expresando curiosidad.
- Si, él esta en el hospital, es posible que salga mañana, antes de la tarde. - Le digo y miro en dirección al hospital. Emma se acercó y nos miró a ambas
- Al parecer te quedarás mucho tiempo hablando, voy a comer, ¿No te molesta? - Me pregunta y yo niego con la cabeza - Nos vemos - Me dice y yo saludo con la mano sonriéndole. Ella se aleja.
- Emma... - Le digo y voltea al instante - Gracias por tus consejos - Agrego y ella sonríe.
- No hay problema, cuando quieras hablar, solo tienes que buscarme - Me dice y se va.
- ¿Quién es ella? - Me pregunta y yo al instante cambio mi cara de felicidad a una seriedad total.
- Es Emma Malone, ella no estaba enterada de la Revolución - Le aclaro y ella asiente ligeramente con la cabeza, aclarando que entendió mi mensaje. - ¿Qué te parece si vamos a comer algo? - Le pregunto y ella asiente. Nos encaminamos al comedor, y me encuentro con alguien que no esperaba...
P.O.V Johanna
Despierto. Estoy en una sala completamente oscura, no veo un carajo. Intento caminar, pero mis pies y manos están atados. Me muevo, intentando liberarme, pero no lo logro, cada intento de zafarme es inutil, porque las sogas están lastimándome los tobillos y las muñecas. Una puerta se abre delante de mí, la luz entra por ella y me cega completamente, obligándome a cerrar los párpados para evitar el contacto con mis ojos. La silueta de un hombre bastante gordo aparece y se acerca a mí con algo en la mano. Me inyecta una jeringa y mi cuerpo se debilita completamente en un maldito segundo. El hombre me toma y me apoya sobre su hombro, mientras mí cuerpo se mueve hacia los costados como si no tuviese músculos. En este momento me doy cuenta que estoy completamente desnuda, y recuerdo todas las torturas que me estuvieron haciendo estos dos días... Agua, electricidad, golpes, deshidratación, hambruna. Están matándome lentamente, solo para sacarme información, pero yo no pienso decir una maldita palabra. Me llevan a una sala, con la vista borrosa, puedo notar que las paredes son de un blanco grisaseo. Snow está en la habitación, y es la primera vez que asiste a una tortura mía. Me sientan en una silla de metal muy extraña y me aprietan los brazos y las piernas con unos ajustes que tiene la silla. Mi cuerpo comienza a recuperar fuerzas, pero estoy atada de brazos y pies otra vez, por lo cual lo único que puedo mover es el torso y la cabeza. Un hombre trae una maquina extraña que tiene unas pinzas electrificadas, y se que es lo que van a hacer, la misma tortura del primer día: agua y electricidad juntas. Snow se acerca y se para delante de mí.
- ¿Qué sabes de la Revolución? - Me pregunta y yo le sonrío.
- ¿Preocupado maldito hijo de puta? Tendrías que estar meando tus pantalones... No te lo esperabas, ¿Verdad? Tu propia gente te traicionó, delante tuyo, todos en los que confiaste te traicionaron - Le digo mientras río, y luego le escupo la cara.
- Mala respuesta - Dice él, intentando intimidarme, pero no lo logra, y no lo va a lograr tampoco - Olvidarás todo lo que alguna vez conociste por desafiarme, Johanna... Pero no hoy - Añade y un tipo se acerca a mi con las pinzas electrificadas y las pone sobre mis piernas, provocando en mi un grito de desesperación fatal, mientras las ondas eléctricas recorren cada parte de mí cuerpo. Mí corazón comienza a acelerarse, y cuando siento que está a punto de estallar, remueven las pinzas y mi cuerpo se queda temblando sobre la silla. Así están más de media hora, torturándome, hasta que me desmayo del dolor que me provoca la electricidad. Lo último que pasa por mí cabeza antes de caer dormida, es el qué harán ahora, solo logro preguntarme por qué Snow dijo eso...
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Capítulo nuevo :D ¡Reapareció Johanna Mason! ¿Dónde creen que estarán Prim y su madre? ¿Creen que están con vida? Muchísimas gracias a los que leen, comentan y puntúan la historia :D Espero que les guste hasta el final esta novela :D A partir de ahora, faltan un total de 56 capítulos para llegar al final :)