P.O.V Martín
Luego de ver ese afiche, fui hacia donde estaba la secretaria para mi inscripción y para preguntarle acerca del equipo
-Hola- le dije a las ves que saludaba con la mano -Soy Martín Hernández...- antes de que pudiera terminar de hablar la secretaria me pasó unos papeles
-Rellenad esto y luego firmad- sin decir otra palabra le hice caso, puse mi nombre, mis datos y por ultimo mi firma y le devolví el documento
-Bien... su habitación es la 217, segundo piso a la izquierda
-Muchas gracias... eh, señora, vos sabés acerca el equipo del fútbol?- pregunté intentando ocultar mi emoción
-Ah no joven, debéis hablar con el entrenador o el capitán del equipo, la oficina del entrenador queda un poco antes de entrar al gimnasio, el puede deciros que hacer- dijo sin mayor importancia
-Muchas gracias- me despido recogiendo mis cosas y dirigiéndome a donde me había indicado la secretaria, caminé viendo la llave de mi cuarto a la ves que buscaba el lugar en donde se encontraba.
No tardé mucho en encontrado, cuando lo hice abrí la puerta, me encontré con una pequeña habitación con dos camas separadas, dos clósets un pequeño sillón y un baño con ducha.
Al instante empecé a desempacar y a guardar todo en los clósets, en eso escucho la puerta abrirse...
P.O.V Manu
Entré y fui donde la secretaria, le dije mi nombre y me pasó los papeles de inscripción, estaba emocionado y nervioso así que rápidamente lo rellené todo y se lo devolví -Habitación 217 segundo piso al fondo a la izquierda- dijo sin más, tomé la llave que me ofrecía y mis cosas y me fui.
En mi camino fui viendo todos los alrededores, intentando de memorizar todo para no perderme, era un lugar muy grande, y además había mucha gente por ahí.
Como me dijo la señora de la secretaría subí al segundo piso por una escalera y me dirigí hacia la izquierda, casi al fondo encontré la habitación, saqué la llave y abrí la puerta...
Narrador omnisciente
Entonces Manu abrió la puerta y lo primero con lo que se encontró fue con la mirada del chico rubio, un poco más alto que él y unos bellos ojos color esmeralda.
El argentino también lo miró y se acercó a él teniéndole una mano -Martín Hernández- dijo animadamente esperando la otra mano
-Manuel González- dijo un poco desanimado con la idea de compartir algo, no decía eso en la descripción de la academia y no lo encontraba justo, pero no había de otra, al menos lo habían admitido ahí.
Manu suspiró y fue hacia el clóset contrario al donde el otro guardaba sus cosas, lo abre y se encuentra con algunas de las pertenencias de Martín -Oye perdona, pero podi poner tus weas en otra parte? Este es mi clóset- dijo apropositamente mal disimulado el enojo y la molestia
-Sorry pibe no tengo mas espacio, podría dejarlos ahí solo unos días?- dijo con un puchero en sus labios
Manu suspiró mas enojado -1, 2, 3, 4...- empezó a contar despacio como le había dicho su papá para aguantar la ira, y es que él siempre había sido enojón y muy territorial y ese tipo de cosas no les gustaba, incluso a su tan temprana edad.