Soy un maldito, lo sé.

By Criss_Burton

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La historia relatada desde el punto de vista de un vampiro sádico, uno que tortura a la gente en pleno siglo... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
capítulo 5
Capítulo 6
capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
capítulo 37
Capítulo 38
capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
capítulo 43
capítulo 44
capítulo 45..
capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
capítulo 50
capítulo 51...
capítulo 52
capítulo 54
capítulo 55.
capítulo 56.
capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65.
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70

capítulo 53

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By Criss_Burton

Aquél beso que duró escasos 5 segundos parecía eterno, la sangre hervia sobre cada una de mis arterias, tenía rabia recorriendo mi ser, pensando de que manera iba a contener esto que comenzaba a corroer mi interior.

¿Quieren saber como me sentía en ese momento?

Pues bien.

Tenía ganas de asesinar a mi creación, de tomarlo del cuello y matarlo a golpes, empuñe mis manos y me mantuve quieto, sólo no quería pensar, Johann reaccionó y se separó de Irina, tomandola por los hombros, luego me miró, si fuese aún humano podría apostar que a Johann se le hubiesen ruborisado las mejillas de la verguenza.

- Lo siento, esto...-

- No digas mas nada- lo detuve.

- Akibel viene por ustedes, yo sé que parece imposible pero lo es- compartió el mensaje irina.

- bien ya hablaste ahora vete- la sentencié.

-Se supone que deberías estar alerta y no tomarlo con tanta tranquilidad.-

- Mira Irina,Morgan  ya cumplió con tu mensaje, estoy alerta, ahora sólo lárgate. - la reprendi.

- No seas tan violento Florian, ella solo vino a adver...- le otorgue a johann una. Mirada fulminante.

- Solo vino a ocasionar problemas, es hora de que regrese a su plano y me devuelva a la italiana- regresé la mirada a Irina y ella solo agachó la cabeza.

- Me iré, sólo porque no puedo quedarme, no porque tú lo pidas- reí entre dientes.

- Si tu lo dices querida, adelante- Me burle de la manera más descarada posible.

Tomé asiento, mirando con atención como Irina se marchaba del cuerpo de Morgan, Irina se recostaba sobre la cama, miró a Johann una ultima vez y una fuerza levantó el delgado cuerpo de Morgan, mismo que callo abruptamente sobre la cama liberando un gemido delicado de Morgan quien seguia durmiendo plácidamente gracias al cansancio generado por todas y cada una de las posesiones que había sufrido en la noche.

- Johann retirate por favor- ordené de buenas a primeras, era obvio qje lo último que quería era ver a johann.

- Si, cualquier novedad con Jackson o tú con Morgan nos mantenemos al tanto, con permiso.- yo solo asentí, en ese momento johann abrio la puerta y salió cerrandola tras de el.

Miré a Morgan, en posición fetal con su horrible cabello sobre su estupido rostro que ansiaba observar.

La tomé con cuidado y metí su cuerpo dentro de las sabanas, y cubri su cuerpo con delicadeza, Morgan estaba tan cansada que no puso resistencia, solo se dejó querer y con forme sentía la sabana sobre su cuerpo se hacía cada vez más pequeña con su posición fetal.

El tiempo pasó rápido, Jackson ya había despertado, recién salió el sol el efecto del formol en él pasó, después de intentar matar a Johann a golpes se tranquilizó, obviamente Johann tenía sus métodos tranquilizantes, sin necesidad de utilizar violencia en absoluto, una sonrisa reluciente con colmillos largos y afilados, eso tranquilizaba a cualquier humano, bueno, quizás también había sido la razón de algunos infartos y muertes instantáneas, pero nada que no se solucionara con sepultarlos o arrojarlos en algun río.

Bien, la semana que había pasado en la habitación junto a Morgan había sido de lo más tranquila y relajante del mundo, pues solo dormía y no jodía o molestaba como solía hacerlo a menudo, era una humana durmiendo y, contemplar a un humano con los ojos cerrados no era muy cotidiano en un vampiro.

Daba vueltas en la habitación en espera de el despertar de la quepeña humana quien soltaba algun suspiro mientras soñaba, hacía un poco de ruido entre sueños solía quejarse un poco, audible para mi.

Mientras me perdía en la imagen de la rubia italiana la puerta sonó.

- Adelante-

- Florian, Meredith quiere verte- agregó johann despues de entrar a la habitación.

- Dile que no moleste por ahora- contesté de malas, Meredith tenía tres dias seguidos exigiendo hablar conmigo, aunque no la habia atendido
Ya estaba harto de escuchar su nombre en mi casa, es que ¿A caso no puedo tener paz en mi propia casa?, me pregunté a mi mismo. Fue en ese momento en el cuál disfrutaba mucho mi soledad, qué, aunque no estaba solo pues Morgan estaba ahí frente a mi recostada, al menos no molestaba como lo solía hacer Johann o jackson incluso la propia Meredith, ella ahira era lo que tanto buscaba, una maldita compañía silenciosa. -Dile que estoy ocupado y que regrese dentro de un siglo, la vida le alcanzará por completo- Johann se limitó a asentir, mientras cauteloso cerraba de nuevo la puerta al.salir de dicha habitación, exacto, el solo escuchaba la orden y se retiraba, cosa por la cual le debía la eternidad y más que eso.

Contemplé un poco a Morgan, la veía tan en paz, algo en cada respiro que mi pecho daba, era como recobrar la vida, y ahí estaba ella, en posición fetal, con los cabellos esparcidos sobre su rostro, un rostro angelical y repudiablemente italiano, si exacto, para mi toda esta evolución de sentimientos que surgía al sólo contemplarla mientras dormía y murmuraba cosas apenas audibles y entendibles, eso me causaba repulsión en ella, ella causaba algo que nadie más podía, curiosidad, expectativa, lo peor de todo es que ella lograba sorprenderme, era una chica tan distinta era tan impredecible que podría apostar que querría golpearme al despertar, y era tan versatil e impulsiva que podría pasar del odio más profundo a un amor intenso y pasional, no me.refería a mi, me refería a ella, a como podría o no reaccionar, solía preocuparme por ratos pues no despertaba, aveces murmuraba y por.momentos dejaba de respirar y sentía que aqurlla rubia se distanciaba de este lugar, quizas eran sus momentos de agonía, quizas ya no despertaría más, aunque así fuese yo simplemente quería acompañarla en sus últimos momentos, esto en caso de serlo.

Di media vuelta y volví a aquel espejo en el cuál, noches anteriores me había cuestionado sobre todo lo que ahora se suponia que era, en el.monstruo en el que me había convertido con el paso del tiempo y sólo logré ver, un perfil pálido, ojos negros totalmente profundos, razgps afilados y recordé cuando era un sucio refugiado en la naturaleza, implorando a un supiesto dios alimento, piedad, suplicando algo aie nadie tendría nunca, oculté mi cabeza entre mis hombros, respiré profundo y lo dejé salir en un suspiro largo, el cuál liberó una carga pesada de mi cuerpo, cerré mis ojos y solo me concentré en cada imagen que surgía en un flashback de recuerdos donde veía mi cambio desde el inicio hasta el dia de hoy.

De pronto unas cálidas manos rodearon mi pecho, abrí los ojos sorprendido, un par de senos redondos y bien formados estaban en mi espina dorsal, respirando al unísono junto conmigo, una quijada reposo en el resto de mi espalda y sólo lo disfruté, yo aún tenía mis manos sobre aquel tocador, desvíe la mirada hacia mi pecho, justo ahí donde se encontraban esas manos, unas manos palidas y femeninas, dejé una mano sobre el tocador y la.mano derecha la llevé hacia mi pecho, coloqué mis manos dobre aquellas que consolaban mis dolores del.alma, esos dolores que se encontraban ahí y que apesar de todo nunca se esfumaban, acaricié de a poco cada arruga de los nudillos que iba tocando a mi paso, entrelacé mis dedos con los de Morgan, erguí mi cuerpo, mi postura estaba intacta, Morgan alejaba sus mejillas de mi espalda, respiré profundo y me armé de valor, giré mi cuerpo para quedar totalmente de frente, para mirar sus ojos, sin soltar su mano.

-Déjate llevar Einst- susurró- No me temas, no seas duro contigo- lo mas sorprendente de todo esto es que por primera vez le hice caso, yo no obedecía a nadie, ni si quiera a mi propia conciencia que solia recordarme la.mierda que siempre he sido y seguiré siendo por el resto de la eternidad, en caso de quedar vivo.

-No me invoques que no quiero arruinar tu momento depresivo y suicida, mucho menos cuando estás a punto de decirle que la amas-

Ignoré eso y por primera vez me alegré de hacerlo.

Miré primero su mano y la mía, ella hizo lo mismo, regresó su mirada a mis ojos y sonrió dulcemente, esperaba ansiosa mi mirada, pero simplenente mi instinto me abandonó y me dejó a mi suerte, me quedé observando nuestras manos, Morgan se acercó a mi oído y susurró un par de cosas.

- déjame hacer algo por ti, ya no puedes cargar con tanto- fruncí el seño, pero dejé que continuara, con su mano izquierda acarició mi cabello, me trató como un niño pequeño, solo deslizar su mano sobre mi cabello negro me hizo cerrar los ojos de manera relajada y espontánea,  relajé mi rostro, tiró de mi mano y me llevó a la cama, me obligó a sentarme a su lado, regresó su mano a mi cabello, después dejó que esa mano, resbalace sobre mi camisa, pasó su mano por mi pecho, metió su mano buscando en mi pecho del lado izquierdo, hizo presión y con una fuerza brutal dejó caer en mi ub choque eléctrico, o almenos asi se dejaba sentir, abrí mis ojos y la observé sorprendido, sus ojos eran blancos y su cabello flotaba como si estuviese bajo el agua, sonrió de manera complice y malvada y presionó con mas fuerza, la electricidad recorría mi cuerpo, entuciasta y alegre, sentí como arrancaba algo de mi, algo que me carcomía por dentro, de pronto Morgan sacó su mano de mi camisa, un brillo extraño salía de aquel lugar, Morgan cerró sus ojos mientras yo observaba atento, precavido, inquieto y bastante curioso.

Morgan abrió de a poco sus labios.

-Llevas cargas muy pesadas, tenías que liberarte o explotarías en ira, espero que te sientas mejor- dijo aun en su transe.

El brillo desapareció y Morgan regresó a la normalidad.

Tomó mi mano de nuevo y me miró directo a los ojos, una mirada fulminante y decidida.

-Tus ojos son como el universo, azabaches, misteriosos, grandes y sublimes, tan profundos que podrías ver las estrellas reflejadas dentro, podrías morir por un par de ojos así- se sinceró.

- Te estás volviendo cursi- lo que había dicho era lo mas sincero que alguien en algún momento me habría dicho, lo agradecí pero era lógico que no se lo haría saber.

«Arruinas los momentos románticos de la mugrosa italiana prepara pizzas, eres un asco querido»

- Cursi pero ahora sabes que tus ojos tienen algo tan imponente como la muerte misma dentro, seducción pura- sonrió.

- ¿Te sientes mejor?- ella asintió. -Llevas bastantes días durmiendo, le diré a Johann que traiga algo para que recuperes tus fuerzas- me puse de pie, y ella volvió a tomar mi mano, lo cual me extrañó demasiado, ella era igual de inexpresiva que yo.

- Gracias por todo- yo negué.

- No hay nada que agradecer, al final diste un mensaje importante, has cumplido tu misión Morgan- dije con frivolidad.

-¿Jackson?- reí un poco, era obvio que preguntaría por él.

- Abajo, soportando a Johann, ¿Quieres que lo mande a llamar?- la miré firme.

- No, está bien- dijo con seriedad, soltando mi mano.

- Recuestate, ya te traerán la comida- ella asintió y volvió a la cama sin nada más que decir. Yo simplemente la dejé sola.

Cerré la puerta tras de mi al salir de su habitación, caminé despacio sobre el pasillo, metí mis manos a los bolsillos de mi pantalón aun disfrutando la paz que Morgan me había otorgado con esa especie de magia que hizo sobre mi, solo gocé ese momento de paz absoluta.

-Johann.... - llamé de prisa- Johann.

Johann apareció con rapidez

- Trae el desayuno para Morgan, acaba de despertar- los ojos de johhan se iluminaron y quería verla, pues su ansiedad lo delataba.

-Voy a ver si se encuentra bien primero- lo tomé del hombro.

-Ve primero por sus alimentos y los llevas a la habitación, ahí te espero, ya tendrás tiempo para verla y charlar, ahora si te molesto, ve por el maldito desayuno- dije molesto.

Johann corrió y regresó, Morgan se sentía mejor, pues estábamos solos y comía bastante, como vagabundo.

«Deberías aceptar que te gusta la italiana Florian»

«cállate perra, deja de fastidiar»

«Algún día me darás la razón cariño, ahí escupiré tu rostro»

«Pues verémos» yo retando a mi conciencia, esa que se encargaba de despedasarme cada que podía.

©©©©©©©©©©

Ya sé chicas... me van a matar, las tengo esperando meses pero mi trabajo, problemas en todas partes, y bueno demás, ahora me surgió algo sé que es poco pero no queria dejarlas con las ganas.

Ya estamos de vuelta oues el trabajo me consumía, encontre un nuevo motivo por el cual terminar esta historia, ¿cuántos caps le faltan? Ni puta idea pero me apuraré y les diré en cuanto falten 5.

Éste cap va dedicado especialmente a todos los afectados del terremoto en mexico, a mi me tocó y fue horrible, pero a mi me fue mejor que a ellos, por ellos y cada fallecido aquí estamos... los amo gracias por su paciencia infinita siganme presionando no me suelten no quiero votos extra no quiero comentarios extra, solo quiero que lo lean y disfruten... besos y bendiciones... regresó la conciencia de florian... que opinan de todo.. cuentenme.

Atte. Criss burton

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