Capítulo 27

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Nuestras miradas se cruzaron, sus ojos confusos, los míos molestos, su cuerpo sobre mis piernas y ella entre mis brazos, esto era lo más cerca que había tenido a una mujer sin arrebatarle la vida a mordidas, por lo regular mis víctimas duraban apenas unas horas, a lo mucho dos, pero ella llevaba casi un día, era extraño. Morgan parpadeó varias veces sin apartar su mirada fija de mis ojos, miré aquellas retinas vidriosas con mucha atención, en ellas observé mi reflejo, mis ojos parecían distintos, no me caracterizaba por mirar mi reflejo en un espejo, no, en realidad lo hacía muy poco, quizá dos veces por mes a lo mucho, ahora que tenía un reflejo distante de lo que un día fuí, me veía cansado, un cansancio interno que sólo yo podía visualizar de aquella manera, en las pupilas de Morgan salían a relucir sus signos vitales que enviaba su corazón haciendo que sus pupilas contraigan a ritmo con cada latido, un palpitar que las hacia dilatar rápidamente para después volver a su tamaño original, era fascinante, eso en mi no habitaba, fruncí el seño al darme cuenta de que ese detalle podía hacer perfecto a un humano, con tantas cosas inexplicables e inesperadas que en mi causaban efectos sorprendentes, como médico estaba acostumbrado a tratar con aquellos detalles, pero como vampiro, observarlo de esta forma, escuchar su palpitar, poder ver su tormentosa vida en aquellos ojos, ver su pasado turbio, su maldad que aunque quisiera ocultar para mi era más que evidente, ella no me engañaría, no podía, todo esto que en mi vida como vampiro jamás vi, esto me sucedía porque nunca había tenido contacto con un humano por más de unas horas, haciendo la excepción con Irina y Claire, pero ellas eran otra cosa, con Irina fue amor puro más nunca un contacto más allá que algún rose, nada importante, y Claire, Claire era mi sangre, por ello la protegía pero eso no significaba nada, estuvo a mis servicios y nada más, aunque era parte de mi familia perdida, cosa de la cual me enteré hasta antes de que ella pereciera y no cambiaba nada en absoluto.

Morgan respiró profundo, contuvo el aire por unos segundos mientras yo me perdía en sus ojos, Morgan hizo una mueca para después poner sus ojos vidriosos, algo le sucedía, tenía unas ganas inmensas de besar sus labios pero eso me detuvo de manera abrupta, salí de mis pensamientos para prestarle atención a lo que sea que le estuviese sucediendo.

Se puso de pie ayudándose de mi hombro para ello, me empujó y sin sostener más su peso calló al suelo y comenzó a vomitar, vomitaba líquidos solamente ya que hacia horas que su cuerpo había digerido la comida que había consumido y eso si lo había hecho porque no tenía tal certeza, en fin, me dediqué a mirarla en el suelo mientras ella continuaba con el tortuoso malestar, sabía que era un infeliz por no preguntarle que demonios le ocurría pero me importaba nada, sólo, disfrutaría de cada acto humano fascinandome por tales reacciones.

- ¡¡Vez lo que provocas!! - gritó antes de volver a vomitar.

- Cálmate humana estúpida no colmes mi paciencia- dije en tono de advertencia.

- Tú - vomitó- tienes toda la culpa- vómito.

- No me importa- me puse de pie dirigiéndome hacia los cajones de nuevo.

-¡¡Eres un maldito!! - gritó furiosa mientras se ponía de pie y limpiaba su boca con el dorso de su mano, acomodó su cabello y me miró amenazante.

- ¿Qué dijiste? - la palabra maldito tenía un efecto secundario en mi, ese efecto era resaltar mi lado sádico, y estaba autocontrolandome para no cometer otro asesinato, no por que Morgan causara algo en mi, no, la cuestión era que no podría desaparecer su cadáver, al menos en Malmedy tenía un calabozo impenetrable, en cambio aquí era casi imposible que no se percataron del olor nauseabundo que un cadáver dejaba con el paso de los días.

- ¡¡Dije que eres un maldito!! - repitió la insulsa humana.

- Valla, eres inteligente- respire hondo para no desmembrarla en ese instante.

Soy un maldito, lo sé.Where stories live. Discover now