Capítulo 16

3.7K 230 35
                                    


- Lamento mucho mi mala educación pero no pude contenerme, un gusto volver a verte preciosa - dijo aquel hombre extraño.

Irina guardaba silencio, parecía que la llegada de este hombre causaba su falta de habla, el hombre acechó para poder visualizarnos mejor, era un tipo apuesto debo admitir, de cabello lacio rubio que llegaba hasta sus hombros, ojos azules y una vestimenta bastante peculiar.

- ¿Y bien preciosa no me invitarás a pasar? - preguntó el hombre regresando su vista a Irina quien yacía petrificada ante la presencia de el tipo, un par de segundos después Johann se acercó a la puerta para auxiliar a Irina quien aún no pronunciaba palabra alguna.

- Perdón pero... ¿Quién es usted? - preguntó Johann abriendo más la puerta del Castillo para tener una mejor vista desde mi lugar, sólo había visto su rostro y partes de su atuendo más no lo había visto bien al cien por ciento.

- ¿Que quién soy yo? Buena pregunta amigo- dijo el extraño mirando sonriente a Johann. - Aunque no se si deba presentarme aún - respondió intrigando más a todos con su presencia, o al menos a Johann y a mi porque Irina parecía conocerlo.

- Pasa por favor- dijo Irina interrumpiendo y rompiendo el silencio abrumador que se había formado en este lapso de tiempo, aunque aun parecia sorprendida de verlo.

Aquel hombre fornido pasó, traía unas botas negras que hacían ruido a cada paso que daba, inclusive muy por debajo se escuchaba el ligero eco que el tacón de sus botas causaba, llevaba una especie armadura, su traje de cuero negro con bordados plateados, algunos botones plateados adornando el pecho justo a los costados de dicho bordado, tenía unas hombreras de acero con puntas sobre las mismas, también tenía armadura en los antebrazos, detrás traía una capa de cuero negro que al igual que su traje traía bordado con hilos plateados alguna especie de simbología que no entendí, en la cintura llevaba un tahalí o mejor conocido como Porta-Espadas, en el llevaba una bastante larga, que iniciaba de su cintura y concluía hasta escasos 10 centímetros del suelo, aquel extraño hombre miraba a detalle el castillo.

- ¿Irina puedes decirme quien rayos es este hombre? - pregunté frunciendo el seño, algo de este tipo no me daba buena espina, no se si era su traje o el aura maligna que traía consigo.

- No tienes porqué exaltarte Florian, no vengo a hacerte daño aunque puedo hacerlo sin esfuerzo alguno- dijo el tipejo arqueando una ceja con aquella sonrisa que no se borraba de su rostro.

- ¿Como sabes mi nombre? - pregunté curioso.

- No preguntes, símplemente lo sé y con eso debes vivir conforme - dejó de verme para concentrarse en Johann. - Y tú -Señaló a Johann- muchacho ingenuo, deberías andarte con cuidado, ella no te conviene- señaló a Irina.

- Tú no sabes nada sobre mi y mucho menos sabrás que demonios me conviene, eso lo decido yo no tú - espetó Johann claramente furioso.

- Yo lo sé todo muchacho, por desgracia para ustedes, sé todo, quienes son, que propiedades les pertenecen, en que país y cada tortura hecha por manos de ambos- dijo tomando una de las copas de vino que yacían aún en la mesa, analizando el líquido con su olfato y después dar un sorbo. -Deberías cambiar de vino, éste es un asco- hizo una mueca.

- ¿A qué has venido entonces? ¿A chantajearnos? Eso no te servirá, puedo acabar contigo en un parpadeo- alardeé.

- Nunca chantajearía a un par de vampiros inútiles - dijo serio.

- No me provoques- dije irritado.

- No vine a provocarte, sólo estoy diciendo la verdad- dijo con la copa de vino aún en mano.

Soy un maldito, lo sé.Where stories live. Discover now