Capítulo 20

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Claire había caído en mis brazos, de algún modo la había salvado de haber herido su pecho con los restos de la botella, ella miraba con sorpresa hacia la alfombra mientras yo la sostenía del abdomen con el seño fruncido por mi reacción tan anticipada e instintiva.

- ¿Te encuentras bien?  - pregunté a la chica volteando su cuerpo para encararla, después de estar pálida por la impresión ahora estaba sonrojada por el contacto, Claire parpadeó un par de veces antes de responderme.

- Si... eso creo- la ayudé a reincorporarse, miró la alfombra una última vez para después ver a Johann, tal vez se preguntó el porqué no había sido Johann quien la salvara de ese destino, no lo sé los humanos son tan dependientes que me dan un poco de asco.

- Que conmovedor, tu salvador- dijo Nuit dando un par de aplausos, para después ponerse de pie y continuar con sus aplausos innecesarios, todas las miradas se dirigieron a ella, quien irradian furia por cada poro de su piel.

- Habla a alguien más del servicio y has que limpien este desastre- ordené a Claire señalando los restos de vidrio, ella asistió y sin más, me retiré de aquel lugar mientras Johann se acercaba preocupado por la chica.

- Estás pálida, toma asiento ya te traigo algo- escuché que Johann le dijo a Claire antes de salir.

Tomé mi libro y me dirigí a una de las mesas que se encontraban frente al lago, caminé despacio por cada pasillo de aquella mansión, hubicada en Bordeaux, al sur del bello territorio Francés, a escasos kilómetros del Océano Atlántico, caminé despacio por el jardin hasta llegar a la mesa, tiré  de la silla y tomé asiento, como siempre y para mi desgracia Nuit venía tras de mi, me puse cómodo y comencé a leer un poco mientras aquella vampiresa se acercaba, escasos segundos después la tenía frente a mi, como era su costumbre tomó asiento sobre la mesa para llamar mi atención.

- ¿A caso no te cansas? - pregunté frustrado, llevaba años diciéndolo, no me gusta, no me atrae, me dan asco las mujeres tan ofrecidas y ella por lo visto no había entendido ni una sola palabra que le había dicho, demonios.

- De ti nunca me cansaré - dijo sonriente.

- No me gustas, ya lo he dicho hasta el cansancio, ¿Porqué no lo has entendido Nuit? - dejé mi libro sobre la mesa intentando recobrar la paciencia.

- Pero tú a mi si y no lo entiendo porque no quiero- dijo tranquilamente mientras jugaba con su cabello.

- Bien, pierde tu tiempo, si eso es lo que deseas por mi está bien, al final no es mi tiempo, solo no me fastidies porque aún no me conoces bien- volví a tomar el libro y a retomar mi lectura, Nuit había guardado silencio, aunque me temo que no sería por mucho tiempo.

- ¿Qué tienes tú con la estúpida humana? - apartó mi libro poniendo sus manos sobre el papel tirandolo al suelo, Nuit estaba enojada, pero yo, yo estaba en un nivel diferente, enojo era poco comparado con lo que hacia mi sangre hervir.

- ¿Celosa? - antes de darle su respectivo merecido la fastidiaría un poco.

- Te hice una pregunta- los ojos de Nuit cambiaron de tonalidad, pasando de aquel gris a uno totalmente blanco.

- No tengo porqué responderte, tu eres una simple empleada, solo eso- dije con bastante serenidad - Aunque Claire es muy bella- Fingí una sonrisa sólo para fastidiar a Nuit.

- ¿Bella? Por favor no me hagas reír - soltó varias carcajadas mientras yo la observaba serio.

- ¿Te parece lo contrario? -

- Esa insulsa humana no es bella, sino todo lo contrario- hizo una mueca de asco.

- ¿Porqué la menosprecias? - pregunté esperando una respuesta.

Soy un maldito, lo sé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora