Capítulo 3

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Había llegado por fin a Malmedy, Bélgica.

Miré a mi alrededor y era tal cual lo imaginé; plagado de pánico al igual que Amseber.

Estaba parado justo en el medio del parque principal de la capital, todo era caos, la gente lloraba, otros pedían limosna como yo lo había hecho días antes, otros tenían equipaje en manos cruzando frente a mi y mirando hacia atrás con desconsuelo, adentrándose a los recuerdos que quedarían tatuados en su memoria, sonreían amargamente al dejar todo por resguardar su seguridad, los comprendí, más no me importó, miré con desdén mi alrededor, una mujer con lepra quería acercarse, era anciana, las arrugas de su rostro se formaban con sabiduría, me miró y observó con detenimiento antes de gritar histérica y apuntarme.

- ¡¡Lucifer ha regresado por nuestras almas, ha venido por nuestra sangre para saciar su sed, sus ojos negros detallan maldad!! ¡Auxilio! ¡Quiere comerme, devorarme con sus tormentosos dientes! - le dediqué mi mejor mirada con desprecio, si tan sólo no estuviera enferma de lepra tendría una muerte más rápida pero no menos dolorosa en mis brazos.

Bien, ahora realmente no tenía ni idea si beber de la sangre de aquella anciana me traería consecuencias, como había dicho antes era un neófito en esta ámbito, un novato que no sabía a ciencia cierta que demonios era y que podía o no hacer, no me arriesgaría a beber y contagiarme, no tenía certeza en nada que no fuera matar, sabía que era un monstruo si, pero eso no me aseguraba salud alguna, tampoco me decia nada sobre vivir eternamente, todo esto era algo que yo no comprendia, algo que a mi cerebro le costaba digerir, era todo el lado negativo de lo que ahora era, tambien abarcaba la duda de si era el único en mi especie o había más rondando por ahí, auque era lógico que los hubiese pues si no hubiese mas... como yo, no estaría aquí y en este instante me consumiría en las llamas del averno, pensé en buscar a algún monstruo como yo, que quizás podría orientarme un poco, decirme lo que soy, guiarme por este camino desconocido, más sin embargo no conocía a nadie, como saber quién es un monstruo si llevamos la misma piel humana encubriendo nuestro verdadero ser, nuestra verdadera imagen que seguramente sería una bastante horripilante y macabra, era un lobo con piel de oveja.

Por el momento me mantendría al margen, pues tampoco tenía idea de donde podría encontrar a alguien como yo, supuse que con sangre, quizá creando una trampa como las que hacíamos para atrapar a los conejos del bosque, pero dudé en que funcionara, éramos monstruos no idiotas.

Fué en aquel isntante donde pude percatarme de tan tonto detalle que había ignorado por completo: mi soledad, si estaba solo, como siempre, había sido tan independiente en este último año desde que mi familia desapareció que disfrutaba de mi soledad.

Aparté mis pensamientos y proseguí, caminé por algunas calles, observando y memorisando cada detalle, para no verme perdido y conocer un poco la ciudad, caminé con mi traje de época, aunque la ropa para la época actual era bastante ridícula.

Me detuve en seco al llegar a una panadería, el olor a pan era exquisito, inhalé un poco de aquel delicioso aroma que me hizo anciar un trozo, aseché por el cristal gigantesco que me separaba de la chica que atendía, miré mi reflejo asombradobun poco, me analicé, mi aspecto físico no había cambiado del todo, los cambios que pude notar eran unos cuantos como; mi cuerpo, antes de convertirme en esto era muy delgado, se me notaban las costillas a causa del hambre, ahora eso simplemente había desaparecido, no sabía si era el consumo de sangre o que realmente había sucedido conmigo, otro detalle notable eran mis ojos, se veían más oscuros, no habían cambiado su tinte natural, pero parecían abismos, se veían más profundos y vacíos, miré mi rostro y seguía afilado, más elegante y bello pero era el mismo, mis dedos habían alargado de una manera tenue y poco notable, era todo lo que podia visualizar de mi hasta el momento y por lo poco que me regalaba el reflejo del cristal.

Soy un maldito, lo sé.Onde histórias criam vida. Descubra agora