Capítulo 6

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Me encontraba en mi habitación, mientras Johann me ayudaba a retocar este maldito traje estorboso y ridículo, movía mis brazos acomodando el resto del traje de época color azul marino, un azul tan profundo que en la oscuridad parecía negro, y en la luz apenas podías ver destellos del bello color, aunque el traje era un estorbo total y estúpidamente esponjoso, era bello, el sastre lo había confeccionado a la perfección.

- Listo señor- dijo Johann acomodando el último detalle del traje, hice una mueca al verme en el espejo que tenía frente a mi, observé mi reflejo volteando mi cuerpo despacio asegurando todo estubiese donde debe.

- Se ve bien- dije sin entusiasmo.

- Se ve espectacular señor- dijo Johann tratando de animarme.

- Como sea, es hora de irnos- voltear hacia Johann quien estaba mas que listo, portaba un traje de época color verde oscuro, de un fino material muy parecido al terciopelo, sedoso y suave, tenía mis iniciales bordadas en hilo de seda color plateado. Se veía elegante, pulcro y de sociedad, tal cual amerita la ocasión.

- Nada mal Johann, nada mal- arqueé las cejas ante la sorpresa de ver a Johann como todo un hombre, si, se veía bastante bien, inclusive adinerado y poderoso. - Con ese aire de grandeza podrás escoger a la mujer que te apetezca- palmeé su hombro caminando hacia la puerta, mientras sus mejillas rubirizaban, Johann corrió para abrir la puerta de mi habitación muy cortés, sonrió al verme aún ruborizado.

Caminamos a la habitación de Irina, aún seguía cerrada.

- ¡Irina, date prisa, sabes como odio la impuntualidad! - grité tras sus puertas, las cuales se abrieron al término de mi frase, dejando salir la silueta de Irina, quien me dejó atónito ante su belleza, no lo demostré por supuesto, por otro lado, divisé a mi lado la cara idónea para describir la palabra "Atónito" o mejor dicho "Idiotizado" si, esa era la palabra perfecta para describir la cara de mi fiel servidor, Johann tenía la boca semi-abierta, su rostro en sí era un poema, pensé que Irina sólo causaba reacciones en mi, en ese instante vi mi error, Irina era muy bella, no lo niego, y arreglada de esta forma mucho más, llevaba puesto un esponjoso vestido color blanco con detalles color azul marino haciendo juego con el mío y cuentas por todos lados, tenía un precioso peinado, un maquillaje sutil pero perceptible, acentuando cada atributo, se veía más bella que de costumbre, aunque debo decir que a mi punto de vista todo era demasiado ostentoso, yo me caracterizaba por ser sencillo, pero esta vez decidí ser parte de la horrible sociedad humana, o al menos, pasar desapercibido como uno de ellos.

- Johann, ya puedes cerrar la boca- el chico parpadeó un par de veces antes de reaccionar y ruborizarse como siempre, aunque Irina lo acompañó segundos después al ver tan evidente halago, indirectamente si, pero un halago de todas formas.

- Gran trabajo el del sastre, le pagaré el doble por hacer esto en tan poco tiempo- rompí el silencio incómodo mientras caminaba hacia las escaleras.

- Se... Señor... ¿No piensa alagarla? Lo merece- dijo en un susurro nervioso Johann.

- No creo que Irina necesite que haga evidente su belleza después de tu reacción al verla, ella se dio cuenta de lo hermosa que se ve al cruzar esa puerta y verte "Idiotizado" con sus facciones finas y pulcras, ¿O a caso hace falta Irina? - hablé en voz alta para que ella pudiese escuchar cada palabra de lo que decia, miré a Irina quien estaba justo atrás de nosotros, ella sonrió complacida con mi comentario, por otra parte Johann se veía nervioso y dándose por descubierto.

- No señor - río Irina.

- Deja de decir tonterías sin sentido Johann y ayuda a Irina a bajar con cautela, no me gustaría que llegase antes que yo al final de estas escaleras- ignoré la reacción del joven y bajé sin mucho entusiasmo las escaleras, algo andaba mal, tenía un mal presentimiento, yo lo sabía, el día había sido bastante extraño para ser sinceros, me sentía de alguna manera incómodo, angustiado y más molesto que de costumbre, aunque actuaba tranquilo para mis jóvenes acompañantes, no pretendía arruinarles la noche con algo que no sabía si debía hacer caso o simplemente omitirlo.

Soy un maldito, lo sé.Where stories live. Discover now