Capítulo 65.

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Salí de prisa Johann e Irina subían detrás mío, yo sólo sentía la desesperación corrompiendo mi ser en su totalidad.

Corría por aquel pasillo que me llevaría hasta donde Morgan, subí las escaleras a zancadas, me tomé del pasamanos con fuerza para dar vuelta sin mucha fricción, lastimosamente para mí, había olvidado que aquél era de madera y gracias a mi fuerza, peso, velocidad e inercia combinadas, había arrancado la madera de la demás estructura, lo cual me hizo derrapar sobre el suelo, caí sobre mi rodilla y muslo izquierdo, pese a ello, con mis uñas, arañé el piso por completo, traté de suspenderme allí mismo, dejando una marca en el que seguramente más tarde estaría odiando, pero ahora poco me importaba hacerlo, intenté frenar aunque, con todo lo que llevaba a mi favor no e dio ningún tipo de privilegio, no hice mucho en realidad gracias a mi desesperación por ayudarla, así que fui a estrellarme a la pared haciendo un sonido hueco y estrepitoso, como pude, logré semi-incorporarme ya que no estaba completamente de pie, sólo di pasos para avanzar de alguna manera con los dedos de mis manos tratando de encontrar equilibrio de nueva cuenta, aunque ahora mismo odiaba tener zapatos en mis pies ya que eran sumamente resbaladizos, con todas mis fuerzas corrí, trastabillando a pocos pasos, ya que me encontraba totalmente desquiciado, cada segundo perdido era una eternidad en aquel pasillo, una eternidad tortuosa.

Hasta que por fin logré llegar, tiré la puerta de un empujón y me dirigí de prisa a donde ella se encontraba (su cama), conectada al marcapasos, los latidos eran lentos, coloqué mis dedos en su cuello para asegurarme de que el marcapasos no estuviese dañado, aunque era lo que realmente deseaba, infortunadamente no fallaba, maldice en mis adentros, todo se encontraba en orden menos Morgan, ella estaba muriendo, los latidos bajaron de cincuenta y cinco latidos por minuto a poco menos que éso, era cuestión de segundos para perderla por completo, más no me daría por vencido.

Johann entró, se acercó a mi, observó un poco a Morgan y otros segundos más duraderos al marcapasos, lo que el veía en aquel aparato no era lo que esperaba, un par de segundos después de hallarse allí, su rostro estupefacto se hizo presente al ver el mío descompuesto pues no sabía como ayudarle, él se había dado cuenta de la confusión en la que yo me hallaba en ese instante.

-¡Haz algo con un demonio!- me exigió antes de correr a su cama y tomarla del rostro- No puedes dejarme, eres la única amiga que tengo Morgan, no te atrevas a dejarme- le rogó mientras sacudía los hombros de Morgan postrados en la cama con determinación.

Me mantuve en silencio, comencé a retroceder titubeando, a cada paso que retrocedía al sentir esta opresión en mi pecho, un fuerte dolor se instaló en lo más profundo de mí, mis adentros comenzaban a oprimirse de a poco y sentía que algo era arrancado de mi ser, era un sentimiento nuevo pues cuando perdí a Irina me sentí destrozado, sí, pero esta vez era miedo, entraba en pánico, no quería perderla, me negaba a mí mismo sentirme de una forma tan mundana como lo estaba ahora mismo, seguí retrocediendo hasta tropezar con el sofá en el que me había sentado la ultima vez a contemplar su semblante antes de caer en mi estupidez y entregarme a los chantajes de Akibel, tomé asiento de manera forzosa ya que caí por inercia sobre él cuando tropecé con el sofá, de pronto el marcapasos pasó de ser un tintineo lento a ser un sonido plano e infinito, mi corazón se estrujó, la había perdido y no sabía que hacer, estaba bloqueado, las ideas no surgían, solo podía concentrarme en aquel largo y doloroso sonido, mientras tanto, Johann se aferraba a un cuerpo sin vida y lloraba amargamente, tomé mi rostro entre mis manos, cuestionando, planeando, ideando y organizando toda la información médica que tenía en mi cabeza, algo de toda la experiencia que me respaldaba podría funcionar, la cuestión era averiguar cuál la reanimaría de forma exitosa sin secuela, saqué mi rostro de entre mis manos, miré el marcapasos, observé también a Morgan palidecer, luego a Johann quien yacía en el suelo en posición fetal aferrado a la mano de Morgan la cuál colgaba de la cama, Irina entraba apenas y al observar dicha escena la observé tapar sus labios con sus manos en señal de sorpresa e incredulidad, luego de llevar una de ellas a su pecho, supongo que por ver a su hombre sufrir, se acercó a Johann para tratar de controlarlo y darle algún consuelo, todo esto pasaba en cámara lenta mientras yo me hallaba perdido, confuso, anonadado y bloqueado, sin embargo segundos después pude reaccionar, volví a ser yo otra vez, me olvidé completamente de mi sentir para darle tiempo a lo importante, regresarla a la vida.

Soy un maldito, lo sé.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora