Little Bird

Від overmyheart

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Es más difícil esconderse del Señor Oscuro cuando estás enamorada de un mortífago. Los padres de Evelyn... Більше

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 61
Capítulo 62
Epílogo

Capítulo 60

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Від overmyheart

Punto de vista de Evelyn Hawkings

El casi silencio de la Sala de Menesteres era ensordecedor en comparación a los chillidos y explosiones provenientes del pasillo, la habitación entera desbordante con montones de objetos olvidados y la voz de la mujer francesa todavía cantando suavemente a través del aire; casi como si nada hubiera cambiado des del sexto año. Draco estaba empujándose suavemente a si mismo delante de mí mientras la puerta se cerraba detrás de nosotros, su varita colocada cuidadosamente delante de él a pesar del hecho de que su muñeca estaba temblando después de la lucha en el pasillo. Podía escuchar el latido de su corazón bombeando fuertemente a través del aire, pero el mío estaba martilleando contra el interior de mi pecho a la vez y estaba bien saber que no era la única asustada a causa de lo que había sucedido.

Nunca hubiera adivinado, mientras me mentía en la cama de mi habitación más pronto aquella noche, que en seis horas todo en Hogwarts se hubiera convertido en infierno.

Sentía como mi respiración estaba atrapada en mi garganta mientras Draco avanzaba lentamente, su vacía mano izquierda automáticamente extendiéndose hacia detrás de si mismo para que yo la tomara. Agarré su mano libre con la mía mientras empezábamos a entrar en el primer pasillo entre montones de basura, demasiado asustada para chillar el nombre de Harry. ¿Cómo reaccionaría al vernos? Si era de la misma manera en que Seamus lo había hecho, entonces sacar a Harry a salvo del castillo iba a ser mucho más difícil de lo que había pensado.

Nos arrastramos a través de los pasillos de objetos olvidados en silencio, cuidadosamente evitando pisar trajes de baño y paginas rotas de viejos libros de texto abandonados. Intenté poner mucha atención para escuchar otras pisadas, pero el incesante cantar del vinilo roto de algún lugar mucho más profundo de la habitación hacia más difícil escuchar cualquier pequeño sonido.

Así que cuando un suave sonido de una puerta cerrándose resonó silenciosamente a través del aire, no estaba segura de si me lo había imaginado.

Pero Draco había dudado, también; habíamos estado al final de una de las filas, nuestra mirada había pasado a través de un viejo piano cubierto en una gruesa capa de polvo hacia la esquina. Se giró para dirigirme una mirada de confusión, sus labios silenciosamente formando las palabras, '¿Lo has escuchado?'.

Estaba asintiendo cuando los ojos de Draco se arrastraron hacia detrás de mí, y su expresión endureció mientras me giraba para ver quién era.

Blaise Zabini estaba dando zancadas a través del pasillo en nuestra dirección, su varita colocada flojamente a su lado con solo un toque de sonrisa en su cara. Draco se colocó delante de mí mientras Zabini se aproximaba, susurrando furiosamente en voz baja: ─¿Qué coño crees que estás haciendo?

Zabini no se molestó en mantener su voz baja mientras se paraba delante de nosotros, arrastrando las palabras: ─¿Qué parece que estoy haciendo? Os he seguido hasta aquí. Sé que vais detrás de Potter, y quiero unirme.

─No deberías estar aquí ─espeté─ y mantén tu voz baja. No vamos detrás de Harry.

─Bueno, yo sí ─A pesar de que la expresión de Zabini aparecía fría y tranquila, había sudor luciendo contra la piel oscura de su cuello como si justo hubiera estado luchando él también en el pasillo. Rodó los ojos en nuestra dirección, continuando neutramente─ No sois los únicos que quieren estar en el lado bueno del Señor Oscuro, ¿sabéis? Voy a llevarle a Potter yo mismo.

─Eres un idiota ─Draco se enfadó, acercándose a Zabini y poniéndose entre nosotros─ Sal de aquí antes de que te mate.

Zabini rio fuertemente, burlándose fácilmente: ─Buena esa, tío. Solamente apártate de mi camino para que pueda...

─¿Quién anda ahí?

Draco había estado arremetiendo hacia el collar de la camisa de Zabini cuando una cuarta voz sonó a través del aire acusadoramente, haciéndonos congelar con Draco a solo unos centímetros de Zabini y mi mano en su brazo como si hubiera estado preparado para alejarlo. Me giré para ver a Ron Weasley rodeando la esquina del viejo piano, su varita alzándose y su expresión automáticamente cambiando en sospecha al vernos.

Antes de que pudiera hacer un movimiento, Zabini estaba haciendo su camino a través de Draco y alzando su varita. Casi entrando en pánico al darme cuenta de lo mal que aquello debería parecerle a Ron, salté hacia Zabini y protesté: ─Para, baja tu varita...

─¿Qué estáis haciendo aquí? ─espetó Ron, su varita vacilando entre nosotros tres como si no supiera quien iba a arremeter contra él─ ¿Cómo habéis sabido que estábamos aquí?

─Draco y yo no estamos aquí para haceros daño ─supliqué─ Estamos intentando ayudaros, podemos haceros desaparecer de aquí y...

─¿Dónde está Potter? ─Zabini gruñó, cortándome completamente e intentando mirar a través de Ron─ Está aquí, ¿verdad?

─No escuches a Zabini ─Draco espetó acaloradamente, intentando saltar hacia adelante y agarrar el brazo de Zabini hacia un lado─ Pon tu maldita varita abajo. Estamos intentando ayudarlos, por el amor de Dios.

Ron estaba parpadeando con su varita todavía apuntando hacia Zabini, sus ojos moviéndose entre Draco y yo como si estuviera intentando entender quien estaba diciendo la verdad. Estaba abriendo mi boca para decir algo de nuevo, para decir cualquier cosa que pudiera convencer a Ron de que solamente estábamos intentando ayudarlos, cuando Harry y Hermione salieron a través de la esquina.

Zabini estaba tan sorprendido que inmediatamente tiró su varita hacia arriba, una maldición volando a través de ellos en un arco de luz roja antes de que Draco o yo pudiéramos hacer algo. Ron se tiró a si mismo hacia adelante para bloquearlo, tropezándose hacia atrás mientras la maldición rebotaba con el hechizo protector y se derribaba hacia el vacío pasillo. El área concurrida al final del pasillo estaba de repente llena de luces y maldiciones voladores, mi varita alzándose para apartar los hechizos que eran enviados en mi dirección mientras Draco intentaba ponerse a sí mismo delante de mí.

Mis pies fueron forzados a tirarse hacia atrás mientras Hermione enviaba una maldición tan poderosa que apenas había tenido tiempo para bloquearla, Draco agitando su varita hacia arriba para apartar el segundo hechizo para que pudiera regenerar mi posición. Zabini estaba justo a la izquierda de nosotros, su mano derecha girándose a través del aire mientras luchaba contra Harry y Ron. Miré como enviaba un hechizo desarmador contra Harry en apenas unos milisegundos después de bloquear la maldición de Ron, la vieja varita de Draco alejándose de los dedos de Harry y girándose a través del aire hasta perderse de vista.

Sin varita, Harry se encogió detrás de Ron mientras Zabini continuaba lanzando maldición tras maldición en su dirección, la expresión de Zabini cambiada a odio mientras gritaba algo que no podía escuchar. Draco estaba agarrando mi brazo entonces, colocándome lejos de Hermione y de Ron mientras bloqueaba un maravilloso hechizo que rebotó en el viejo piano, las teclas sonando a la vez en un doloroso crescendo de acordes incompatibles. Me colocó detrás de un sofá casi roto, agachándose a mi lado mientras una maldición volaba cerca de su cabeza.

Colocamos nuestras espaldas contra el sofá manchado mientras hechizos volaban sobre nuestras cabezas, una recortando el borde y mandando un espray de relleno amarillo sobre el hombro de Draco. Podía escuchar a Zabini chillando maldiciones des de solo a unos diez pasos de nosotros, pero no podía entender cuáles eran ninguna de ellas; estaba claro que Draco podía, no obstante, cuando sus ojos se abrieron de repente y giró la mirada a través del borde del sofá, chillando sobre el ruido: ─No, idiota...

Pero Hermione estaba chillando y hubo un sonido bajo de detrás del sofá, y supe que era demasiado tarde. Draco se atornilló fuera del sofá, y me paré para ver que llamas estaban literalmente saliendo de la varita de Zabini.

El fuego fluyó contra el suelo de cemento, tragando el destrozado piano en una carrera de naranja a pesar de los intentos de Zabini para apartar su varita hacia un lado y parar la incesante ola de llamas. Ron estaba apartando a Hermione lejos del fuego, desapareciendo con Harry por el pasillo en el que habían venido. Draco se acercó a Zabini y luchó contra la llameante varita de sus manos, lanzándola al suelo y gritando: ─¿En qué mierdas estás pensando?

El pánico estaba caliente en mi garganta mientras empezaba a caminar hacia él, el fuego girando a través del suelo y quemando el montón de objetos más cercano mientras la varita rodaba peligrosamente hacia un lado. Draco ya estaba girándose en mi dirección, agarrando mi brazo y alejándome del camino de fuego mientras empezaba a alejarse de Zabini y su varita flameante. El calor estaba hirviendo contra mis sienes mientras corríamos a través del pasillo, el fuego ardiendo a través de los objetos de mi izquierda como si hubieran sido sumergidos en gasolina.

El fuego estaba expandiéndose, un ruido fuerte rodeándonos a ambos de nosotros mientras los objetos empezaban a arder a nuestro alrededor. Estábamos casi al final del pasillo cuando un armario con puertas de cristal explotó de repente a causa del calor justo a la derecha de Draco, cristales disparados como fusiles hacia su cara y deslizándose a través de su pómulo superior. Chillé y agarré su brazo, pero el caos estaba creciendo a nuestro alrededor y no había tiempo para parar; Draco agarró mi brazo fuertemente y siguió corriendo con sangre ya manchando su mejilla, chillándome algo que no podía escuchar.

Las llamas estaban creciendo alrededor de los montones de objetos olvidados, quemándose como si fueran papel y expandiéndose rápidamente a nuestro alrededor. Estábamos rodeando la esquina justo antes de la salida cuando un armario flameante a nuestra derecha de repente se rendía a sus pies, cayendo hacia un lado y chocándose a través del pasillo. Draco lanzó su brazo para pararme, y empezó a tirarme por donde habíamos venido, dándome cuanta a través del humo que había sido el Armario Evanescente.

Fue entonces cuando giramos que vimos que Zabini había estado corriendo detrás de nosotros, una pared de llamas ardiendo a través del aire detrás de él. Mi respiración estaba enredada con el humo en mi garganta, y el pánico estaba nublando mi mente; todo en lo que podía pensar era, 'Vamos a morir. Solo tengo menos de un minuto de vida'.

Pero Draco estaba arrastrándome a través de montones de objetos, gritándome para que escalara; mis manos sudadas hacían difícil sostenerme en el baúl más cercano, Draco empujándome des de detrás hasta que fui capaz de alejarme a mí misma del suelo. Él estaba justo a mi lado, el brillo del fuego iluminando su cara en rojo mientras escalaba a mi lado, ayudándome con un brazo con las llamas bailando debajo de nuestros pies. Escalé sobre un armario roto, mirando por encima y viendo que Zabini estaba a mi izquierda un poco más abajo. Mi corazón estaba en mi garganta mientras me daba cuenta de que no tenía ni idea de lo que le había sucedido a Harry y a los demás.

Tosiendo y ahogándome con el gris humo que quemaba mis ojos, escalé tan rápido como pude al lado de Draco hacia la cima, las llamas alzándose a nuestro alrededor. No había tiempo para pensar porque la muerte estaba esperándome justo debajo de mis pies, y porque una vez alcanzáramos la cima, no habría ninguna manera de escapar del fuego.

Justo había agarrado el borde de un banco alojado al lado de un estante cuando Zabini lloró justo a mi lado, y giré mi cabeza para ver que había puesto su mano en un pomo de hierro hirviendo y estaba empezando a deslizarse.

Por medio segundo, la única cosa en la que podía pensar era en cuando casi había caído de su escoba jugando a Quidditch... y casi lo había dejado caer.

Pero ya estaba alzando mi mano izquierda en su dirección, agarrando la manga de su chaqueta de traje antes de que pudiera caer y su mano automáticamente se agarró fuertemente a mi antebrazo. Su peso me tiró hacia abajo, el sudor de mi palma deslizándose a través de la madera lisa del banco mientras él estaba colgado debajo de mí. El agarre de Draco era de repente fuerte alrededor de la parte superior de mi brazo, sus dedos cavándose en mi piel como si supera que estaba a segundos de caer.

Giré mi cabeza y vi, a través del humo, que la mano libre de Draco estaba agarrada alrededor del borde de la latente estantería mientras ayudaba a sostener casi a los tres.

─Eve ─lloró, el calor de la madera quemando a través de su palma mientras empezaba a deslizarse un poco─ Eve, no puedo sostenerme...

Miré hacia abajo a Zabini y vi la luz de las llamas bailando contra su pálido iris, sus ojos abiertos mientras me miraba con su mano derecha todavía en mi antebrazo izquierdo. Con sudor y hollín mezclado en su piel, vi como algo que no podía entender parpadeaba a través de su cara.

Y entonces él dejó ir mi brazo, sus dedos alejándose de la manga de mi camisa. El tiempo se ralentizó mientras Blaise Zabini se dejaba caer a sí mismo, cayendo a través del aire lleno de humo y chocando contra las llamas por debajo de nosotros.

*

Punto de vista de Draco Malfoy

Después, no podría ser capaz de describir lo que sentí cuando Zabini dejó ir el brazo de Eve. No estaba demasiado seguro de sentir mucho de cualquier cosa, porque muerte y llamas aún estaban alzándose a nuestro alrededor y todo en lo que podía pensar era en que necesitaba sacar a Eve de allí.

Así que alejé la imagen de Zabini cayendo a través del humo y las llamas y empujé a Eve hacia arriba, sus ojos pálidos y abiertos en shock hasta a través del aire grisáceo. Había zumbido en mis orejas mientras la alzaba sobre la quemada estantería, mi palma aún chamuscada de intentar sostenernos a todos lejos del fuego. La ayudé a continuar escalando, el sonido del fuego creado por la Magia Oscura aún atroz a nuestro alrededor.

Estábamos casi en la cima cuando vi algo lanzándose a través del humo flotante encima de nuestras cabezas, el calor quemando mis ojos y haciendo difícil ver mucho. Pero mientras entrecerraba los ojos y ayudaba a Eve a levantarse en el baúl final, me di cuenta que Ron y Hermione estaban agarrando una escoba y se apresuraban en nuestra dirección.

Ni siquiera pensé; agarré el brazo de Eve y la alcé hacia arriba, gritando en una pequeña y bruta voz a causa del caluroso humo: ─Por favor, cogedla, cogedla...

Casi caí hacia adelante cuando Ron bajó para subir a Eve en la escoba, intentando sostenerla tanto como podía para que no se deslizara a través de sus manos y cayera a las llamas. Mi pecho estaba preparado para estallar a causa del calor y del humo cuando Hermione ayudó a subir a Eve detrás de ella, mirando como Eve agarraba sus brazos fuertemente alrededor de la cintura de Hermione. Los vi alejarse a través del humo negro, lágrimas en mis ojos a causa de las llamas... o, tal vez, porque el mundo de repente ya no estaba terminando.

Había estado solo en la cima del montón de objetos abandonados y quemados por menos de un minuto cuando Harry apareció a través del humo en una escoba abollada, volado en mi dirección a velocidad de vértigo. Alcé un brazo a través del aire en su dirección, solo medio creyendo que él realmente iba a ayudarme; después de todo, tenía razones para abandonarme allí.

Pero me alzó del baúl quemado, las llamas lamiendo las suelas de mis zapatos mientras me lanzaba a mí miso detrás de la escoba. Se hundió hacia abajo por un momento ante la combinación de nuestros pesos, pero la alzó rápidamente antes de que el fuego nos alcanzara, ya girándose hacia la salida.

La puerta estaba elevada por encima del fuego y los objetos quemados, y mientras parpadeaba a través del grueso humo con los ojos abiertos, me di cuenta de que podía ver la escoba de Ron solo a unos vente pasos delante de nosotros. Harry se agachó y rodó fuera del camino de una larga ola de llamas a nuestra derecha, mis brazos agarrando sus hombros fuertemente mientras mi cuerpo amenazaba con caer.

La escoba de Ron estaba balanceándose peligrosamente delante de nosotros a causa del peso de tres personas, casi alcanzando la puerta abierta. El humo había aumentado y era tan duro que ya no podía respirar, la habitación girando a mi alrededor mientras Harry se acercaba a la puerta de la Sala de Menesteres.

Harry y yo estábamos solo a unos diez pasos de la salida cuando el final de la escoba de Ron accidentalmente se cortaba justo delante de nosotros el lado derecho de la puerta, la escoba entera sacudiéndose hacia la izquierda mientras volvía a entrar al pasillo.

Vi como Eve era lanzada hacia un lado des de la parte trasera de la escoba, su cuerpo girando hacia la izquierda a través del aire mientras su frente golpeaba el borde de piedra de la puerta fuertemente.

El tiempo paró a mi alrededor mientras su cuerpo se arrugaba en el suelo solo a unos pies de la puerta, y yo estaba luchando para salir de la escoba a pesar de que Harry estaba justo volando a través de la puerta hacia el pasillo. Mis rodillas rasparon el suelo de piedra mientras me lanzaba a mí mismo fuera de la escoba, apenas siquiera sintiendo el frío repentino del aire del pasillo contra mi piel chamuscada. No podía respirar mientras caía al lado de Eve y la giraba sobre su espalda, sus ojos cerrados con sangre manchando sus mejillas.

El caos a nuestro alrededor no era nada en mis orejas, Harry y Ron luchando para cerrar la puerta de la Sala de Menesteres detrás de nosotros antes de que las llamas pudieran escapar. No podía escucharme a mí mismo mientras le decía algo a Eve, mis manos trepando hasta su pecho para sentir los latidos de su corazón para saber que estaba bien. Podía sentirlo, el suave y continuo latido agitándose justo detrás de su caja torácica; con sangre saliendo de mis orejas, dije ahogándome: ─Eve, mírame.

Y entonces, debajo de mis dedos, su corazón cesó.

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