Capítulo 61

8K 664 1.1K
                                    

Punto de vista de Draco Malfoy

A mi alrededor, todo se había detenido.

El aliento estaba atrapado en mi garganta y había algo doloroso hinchándose dentro de mi pecho que no podía apenas explicar, y mientras miraba hacia los ojos cerrados de Eve y su falta de latidos, de repente me pregunté si aquello era lo que se sentía como si fuera el fin del mundo. El pasillo había desaparecido a nuestro alrededor mientras agarraba fuertemente sus hombros flojos, diciendo en una voz que rápidamente crecía en pánico: ─Por favor, mírame. Mírame.

Había esperado que sus ojos se abrieran, pero no lo hicieron.

─Despiértate ─me atraganté, sacudiéndola más fuertemente mientras mi cuerpo entero empezaba a temblar─ por favor despierta. Eve, amor, solamente despierta...

La mano de alguien se posó en mi hombro, pero ahora el pánico se había apoderado de mí y estaba perdiendo todo el sentido de la razón; mi codo automáticamente retrocedió, chocando contra la cara de la persona a causa de la rabia cegadora mientras yo sacudía a Eve aún más fuerte.

─No me toques... despierta, por favor despierta...

Había un fuerte zumbido en mis orejas y no podía parpadear, porque no podía apartar la mirada de los ojos cerrados de Eve y sus mejillas ensangrentadas. Estaba hiperventilando mientras empezaba a chillarle que se despertara y me mirara, Potter y los demás desvaneciéndose en el fondo mientras el mundo se derrumbaba a mi alrededor. Agarré fuertemente la parte delantera de su túnica en mis puños mientras la sacudía, demasiado asustado para darme cuenta que el pergamino de la última carta que le había enviado estaba rozando contra la parte trasera de mis nudillos.

Con el cuerpo de Eve completamente rígido debajo de mis manos, todo lo que podía escuchar era su voz aquella vez que me había susurrado, justo fuera de las puertas de Hogwarts antes de que nos separáramos aproximadamente un mes atrás.

Esta es la última vez que tendrás que decirme adiós. Te lo prometo.

Me rompí en pedazos en medio del pasillo, cubierto en hollín a causa del fuego en la Sala de Menesteres y sangre de Eve colándose a través de mis manos. Otra mano estaba posándose en mi brazo, pero la aparté sin siquiera girarme, sin ser capaz de apartar la mirada de la pálida piel de Eve y su placida expresión por un segundo. Estaba chillando, sacudiéndola tan fuerte como pude y chillando; no podía escucharme a mí mismo, pero le estaba suplicando una y otra vez.

No me abandones.

No podía estar seguro de cuánto tiempo había pasado antes de que me encontrara golpeando su pecho, golpeándolo con mi puño tan fuertemente apretado que mis nudillos eran blancos como la nieve; como si, perdido en el pánico, hubiera pensado que haría algo. La adrenalina estaba quemando justo debajo de mi piel mientras ciegamente llevaba mi puño hacia abajo donde el espacio de su corazón estaba escondido, el mundo rompiéndose en pedazos a mi alrededor.

Pasó en el mismo instante en que golpeé su pecho por segunda vez; algo que nunca sería capaz de explicar. A causa del impacto de mi mano, el corazón de Eve volvió a latir de nuevo y, de repente, sorbió en un aliento tan fuerte que sus hombros se levantaron del suelo del pasillo. Tosiendo y ahogándose como alguien que había pasado demasiado rato debajo del agua, los ojos de Eve se abrieron con las pupilas dilatadas mientras luchaba para sentarse en pánico.

Estaba empezando a acercarme a ella antes de que pudiera realmente entender que había pasado, sin ser capaz de respirar a causa del bulto en mi garganta mientras Eve preguntaba en una pequeña, voz rota: ─¿Qué... qué ha pasado?

Little BirdHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin