Capítulo 16

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Punto de vista de Evelyn Hawkings

El entrenamiento del viernes fue parecido al del jueves, en excepción por la vez en la que Malfoy nos hizo trabajar en nuestros pases y en los lanzamientos en vez de solo pelearnos todo el rato. Trabajé igual de duro que la primera vez, queriendo, no, necesitando enseñarles a los demás Slytherins que no era una de esas chicas quietas que había sido colocada en la casa equivocada.

Después de que el resto del equipo se hubiera ido del campo la tarde noche del viernes, Draco me llamó para que me dirigiera hacia él y me preguntó si iba a estar bien el día siguiente.

─Sí ─dije, intentando que mi voz sonara estable, pero sin querer ocultar que estaba nerviosa─ Estaré bien. ¿Por qué?

─No lo sé ─Malfoy respondió, su voz volviéndose defensiva─ Probablemente no has jugado delante de una gran cantidad de gente antes. Te ves como si te fueras a poner nerviosa muy fácilmente.

─Gracias ─dije secamente, aunque sabía que tenía razón─ Creo que estaré bien.

El sol desapareció detrás del estadio en aquel momento, revelando un crepúsculo gris lechoso. Lo miré a través de aquella luz grisona, molesta de que estuviera mirándome como si no estuviera seguro de si iba a mantenerme bien hasta mañana. ¿De verdad creía que era algo parecido a un bebé?

Ignorando la pequeña voz en el fondo de mi mente que suspiraba, "Puede que lo seas", me coloqué la escoba que había cogido prestada debajo de mi brazo mientras Malfoy decía: ─Bueno, solo quería hacerte saber que tienes que estar cambiada antes de comer. Nos encontraremos en el campo cuando termines.

─Vale ─le contesté, tirando del final de mi trenza nerviosamente mientras intentaba pensar en que decir. Hubo un silencio incómodo donde consideré darle las gracias por haberme preguntado si quería jugar, pero en ese momento recordé que había pasado la última vez que le di las gracias y decidí no hacerlo. Solo diría algo que me haría lamentarlo.

─Bien ─Malfoy dijo incómodamente─ Nos vemos mañana, supongo.

─Sí ─le dije, igual de incómoda─ Adiós.

Y luego me giré y me alejé de él, dirigiéndome al vestuario de las chicas, deseando que hubiera tenido las agallas de preguntarle porque me había elegido a mí de entre toda la gente, cuando podía haber preguntado fácilmente a Crabbe, o hasta a Goyle. No era exactamente un secreto que me odiaba, y no podía negar que sentía lo mismo hacia él.

Tú eras su última opción, me recordé a mí misma mientras entraba al vestuario vacío, dejando mi mochila encima del banco más próximo. Y yo solo acepté para demostrarle a Blaise que estaba bien.

Solo deseaba no lamentarme de todo aquello después del partido de mañana.

*

Sobre una hora antes de que el partido empezara, mis nervios sacaron lo mejor de mí y vomité en el baño de mi habitación.

Limpiando mi boca con mi mano y tirando de la cadena, me paré con paso inseguro mientras me tropezaba para poder así limpiarme los dientes. Escupí en el bol de porcelana y metí una mano dentro del agua que corría, inclinándome hacia delante para enjuagar el sabor acido de mi boca.

Nunca antes había estado así de nerviosa por un partido de Quidditch.

¿Qué pasaría si me ponía muy inestable y me desmadraba de tal manera que hiciera un partido muy malo? ¿Qué pasaría si hacia un estúpido error y me caía de la escoba delante de toda aquella gente? ¿Qué pasaría si Slytherin perdía y todos me echaban la culpa?

Little BirdWhere stories live. Discover now