Capítulo 37

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Punto de vista de Evelyn Hawkings

Fue extraño dormir completamente sola, con Draco a mucho más de solo un pasillo de mí. No dormí bien, eso era seguro; no podía parecer sentirme cómoda en la cama del dormitorio, y se sentía como si me estuviera despertando cada cinco minutos a causa de los ronquidos de Millicent. Cuando el sol finalmente salió y fue aceptable salir de la cama, estaba, de hecho, un poco aliviada.

Me vestí tan rápidamente como pude debajo de la luz creciente del sol, pasando cuidadosamente por una durmiente Pansy para poder llegar a mi maleta. Guardé mi mochila del colegio soñolientamente, intentando no golpear nada; porque sabía que no era una buena idea despertar a Millicent antes de que ella lo hiciera. Después de empujar mis bambas y colocando mi pelo hacia atrás, cuidadosamente me dirigí escaleras abajo hacia la sala común.

Estaba completamente vacía, pero debería haber estado esperando aquello. Las clases no empezaban de aquí a dos horas más tarde. Salí a través de la puerta del portal y empecé a ir escaleras arriba, teniendo ningún sitio a donde ir a parte del Gran Salón.

Había unos pocos estudiantes en el comedor cuando entré a través de las grandes puertas, pero solté un pequeño suspiro de alivio cuando vi que Ginny no estaba entre ellos. Ya estaba rezando para que no tuviera ninguna clase con ella aquel año. Me senté en el final de la casi vacía mesa de Slytherin y alcancé unas pocas tostadas con mantequilla, sabiendo que tenía que al menos comer algo antes de que las clases empezaran.

Draco entró al Gran Salón no mucho después que yo, frotando su cara cansadamente y acercándose para sentarse a mi lado.

─Buenos días ─dijo silenciosamente mientras se deslizaba en el banco, besando mi mejilla. Me di cuenta que no había ido automáticamente a coger comida, y lo observé cuidadosamente. Su voz sonaba chirriante a causa del agotamiento mientras me preguntaba─ ¿Has dormido bien?

─Probablemente mejor que tú, lo parece ─dije, teniendo a la vista sus oscuros círculos y sus párpados hinchados─ ¿Has dormido esta noche?

─Un poco ─Draco dijo, dirigiéndome una pequeña sonrisa ante la mirada que le eché─ ¿Qué? Goyle ronca.

─También Millicent ─Eso hizo que Draco se riera en voz alta, inclinándose contra el borde de la sobre sus codos mesa y girando su cabeza para mirarme a través de unos ojos cansados. No dijo nada inmediatamente, así que alcé una ceja y pregunté─ ¿Qué?

─Nada ─dijo rápidamente, intentando ocultar su sonrisa. Se acercó a coger el zumo de calabaza mientras admitía─ Fue extraño no dormir a tu lado.

─Lo sé ─le dije mientras más gente empezaba a entrar al Gran Salón─ Demasiado cruel no poder tener nuestra propia habitación, ¿verdad?

Había sido una broma, pero Draco sonrió y dijo: ─Bueno, el sofá de la sala común parece bastante cómodo. Tendríamos habitación suficiente.

Tenía una expresión descarada y supe exactamente en lo que estaba pensando. Empujé su hombro e intenté esconder mis mejillas sonrojadas, diciendo: ─Eres muy bruto. Come tu tostada.

─No tengo hambre ─se quejó Draco, pero ya se la había puesto en el plato. La empujó a su alrededor con su tenedor y refunfuñó diciendo algo que no entendí, y estaba abriendo mi boca para decirle que necesitaba comer algo cuando McGonagall apareció a nuestro lado con los horarios de clase.

─Buenos días ─ella nos sonrió, entregándole a Draco su horario antes de girarse hacia mí─ Agradable verte, Evelyn.

─Lo mismo digo ─respondí embarazosamente, aceptando el trozo de pergamino que me entregaba.

Little BirdWhere stories live. Discover now