Capítulo 31

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Punto de vista de Draco Malfoy

─Maldita sea, Eve, no te vayas... joder.

Se escabulló de mi alcance cuando intenté agarrar su brazo, deslizándose a través de la puerta y desapareciendo de mi habitación sin decir alguna palabra más. Maldiciendo en voz alta, cogí la chaqueta más cercana de la puerta del armario y salí de la habitación después de Eve.

¿Por qué no podía solamente escucharme por una vez? Estaba intentando ayudarla, por el amor de dios...

Estaba solo en la cima de las escaleras cuando giré la esquina del pasillo, tirando de la chaqueta tan rápidamente como pude para que mi manga rota de la camisa estuviera cubierta.

─Eve ─susurré furiosamente, sabiendo que mis padres podrían escucharnos ahora si alzábamos nuestras voces─ por favor no hagas esto.

Pero Eve me ignoró, continuando bajando las escaleras y dejándome a mí con solo la opción de ir deprisa detrás de ella. Mis pies se chocaron contra la alfombra que corría a lo largo de cada escalón, provocando que casi me tropezara cayendo escaleras abajo. Estaba completamente enfurecido, frenético ante el hecho de que no me estaba escuchando; y absolutamente devastado ante el pensamiento de que no iba a escaparse de esto.

Finalmente la alcancé cuando estaba caminando al final del pasillo, pero en el momento que alcancé su brazo, la sala se abrió en el salón y mis padres nos miraron mientras caminábamos hacia dentro. Exhalando furiosamente, pero intentando esconderlo, coloqué mi brazo de nuevo a un lado de mi cuerpo y me resistí al impulso de coger a Eve y llevarla de nuevo fuera de la habitación. Estaba parado detrás de ella con mis manos apretadas en puños a mis lados, mirándola para ver que estaba mirando al frente mientras nos parábamos delante de mis padres. Estaba mirando a mi padre fijamente a los ojos.

Tan enfadado como me estaba provocando, era claro que esta no era la misma Eve que había conocido casi un año antes en Hogsmeade.

Lucius nos miró a ambos, como si fríamente estuviera calculando lo que estábamos pensando. Miré a mi madre rápidamente para ver que estaba mirándome tristemente, y era como si ella supiera exactamente qué había estado intentando hacer escaleras arriba; intenté no sentirme inquieto bajo su cuidadosa mirada.

─¿Asumo que Draco te ha contado sobre las circunstancias? ─mi padre le preguntó en un tono cortante, haciendo que el enfado estallara caliente en mi estómago.

─Sí ─dijo Eve, su voz saliendo fuerte y clara─ Lo ha hecho.

─Bien ─Lucius reflexionó, volviendo su mirada a mí y haciéndome mirarlo acaloradamente de vuelta cuando la esquina de su boca se elevó─ Entonces, ¿entiendes que tu cooperación es vital, señorita Hawkings?

Exprimí mis puños tan apretadamente que mis uñas cavaron en mis palmas, presionando mis dientes juntos para mantenerme alejada de estallar contra él. ¿Cómo se atrevía a hablarle a ella así, como si no significara nada para nadie, como si pudiera importarle menos sobre lo que le pasó...?

─Sí ─Eve dijo de nuevo, su cabeza en alto─ De todas formas, se ha acabado ahora. He acabado de correr.

─Pero obviamente entonces, entiendes que no es solo tu vida la que está en juego aquí ─Lucius dijo, provocando que quisiera saltar entre la brecha que había entre nosotros y estrangularlo. Antes de que pudiera cortarlo, le dijo a Eve fácilmente─ Estoy seguro de que Draco te ha contado que nuestra familia estaría en peligro si no haces lo que el Señor Oscuro desea.

La cabeza de Eve se giró a la izquierda para mirarme, pero todo lo que podía hacer era mirar furiosamente a mi padre y tratar de no explotar. Les había dicho que no digieran nada sobre aquello a Eve, pero era claro que Lucius lo había hecho a propósito. Apreté mis dientes juntos para mantenerme alejada de chillarle mientras miraba hacia mi dirección con una fría expresión, casi como si estuviera sonriéndome. Ahora Eve nunca se iría.

Little BirdWhere stories live. Discover now