Dulce como un durazno.

By AmaterazuHime

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El durazno no fue tan efectivo cuando el Rey de los Goblins quiso hacerle olvidar todo... Ella recordó que de... More

Capítulo 1. After all. (Después de todo.)
Cap 2. Everything I've done I've done for you(Todo lo hecho, lo he hecho por ti)
Capítulo 3: Al rescate de Toby, otra vez.
Capítulo 4. I'm Underground.
Capítulo 5. Divertimento.
Capítulo 6. A land serene. (Una tierra serena)
Capítulo 7. La cena en el Ballroom.
Capítulo 8: See these eyes so green. (Mira estos ojos tan verdes)
Capítulo 9. En la alcoba.
Capítulo 10. Buenos días, Labyrinth.
Capítulo 11. ¿Tregua?
Capítulo 12. Somebody up there likes me. (Alguien de arriba mira por mí.)
Capítulo 13. Cena para dos.
Capítulo 14. Trueque por una vida.
Capítulo 15. Algo sobre el pasado.
Capítulo 16. You're no match for me, Sarah. (No puedes enfrentarme, Sarah)
Capítulo 17. Esta es mi respuesta, Rey Goblin.
Capítulo 18. La fiesta de Toby y un regalo muy especial.
C. 19.Don't tell me 'truth hurts' (No me digas 'la verdad duele')
Capítulo 20. No one can blame you. (Nadie puede culparte)
Capítulo 21. En la oscuridad.
Capítulo 22. ¿Cómo que se van?
Capítulo 23. ¿Reordenar el tiempo?
Capítulo 24. It's doesn't look that far. (Eso no parece tan lejos).
Capítulo 25. Jareth y el Rey Goblin.
Capítulo 26. What a nice surprise! (¡Qué linda sorpresa!)
Capítulo 27. Un pequeño ardid.
Capítulo 28. Reflexiones y remordimientos.
Capítulo 30. Conviviendo con Lady Brigitte.
Capítulo 31. Time will crawll. (El tiempo se arrastrará)
Capítulo 32. Guerra fría.
Capítulo 33. Loving the alien. (Amando al extranjero.)
Capítulo 34. Sweet is the night. (Dulce es la noche.)
Cap. 35. Though we're strangers'til now.(Si bien éramos extraños hasta ahora)
Capítulo 36. Un regreso diferente al planeado.
Capítulo 37. Cartas y contiendas.
Capítulo 38. La justicia en buenas manos.
Capítulo 39. Day in day out. (Día tras día).
Capítulo 40. Este es el Aboveground.
Capítulo 41. Let's dance. (Bailemos.)
Capítulo 42. The wedding song. (La canción de bodas)
Capítulo 43. Tonight. (Esta noche)
Capítulo. 44. But down, in the Underground, you'll find someone true.

Capítulo 29. Un buen despertar.

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By AmaterazuHime


  Los primeros rayos de sol ingresaron por la ventana. Jareth abrió lentamente sus ojos. Había descansado bien. La magia de inducir el sueño nunca fallaba. Sonrió para sí admirando a la muchacha dormida entre sus brazos.

  Una de las manos de Sarah, se encontraba bajo la cintura del monarca, el otro brazo, doblado sobre su propio pecho, la mano casi cerrada cerca de su rostro en un gesto casi infantil que provocó que los labios del fey se curvaran con gentileza. Sus piernas, levemente curvadas con una de sus rodillas entre las suyas. Los labios apenas entreabiertos, como dejando escapar un suspiro.

  —Mi amor... —susurró— con tan sólo esto cada día de mi existencia, sería tan feliz... Realmente, pido tan poco... —exhaló pensativo. ¿Qué si ella prefería dormir como, hasta este día, en cuartos separados? Él nunca entendió esa tontería de que dos esposos debían tener habitaciones propias. Sonrió para sí. Pues, simplemente se lo prohibiría. Sí. La absorbió más contra su cuerpo satisfecho con la idea. Ella sonrió acurrucándose. Él apoyó sus labios en su mejilla con devoción—. Yo... nunca me curaré de ti, cosa preciosa. Nunca —murmuró.


  Sarah corría en un hermoso y conocido parque de su infancia. En sus manos, un libro rojo; en su cuerpo, un simple vestido medieval. Había alcanzado la glorieta, donde se daría a cabo el baile. Y su cuerpo, comenzó a danzar tomando las manos de su compañero imaginario. En lo alto, un búho estudiaba sus movimientos con curiosidad. Ella le sonrió. De repente, advirtió que a su alrededor, estaban todos sus compañeros de escuela, sus vecinos, familiares y todos sus conocidos burlándose con crueldad o avergonzándose de ella. Ella no podía evitar que su corazón se hiciera añicos, no podía evitar que su mirada se empañara, así como no podía detener su cuerpo moviéndose en un vals que aparentemente sólo ella escuchaba. Entonces, el ave que había estado en lo alto observando la escena, ignorado por el resto, descendió frente a la muchacha, hasta que al fin, su cuerpo comenzó a crecer convirtiéndose en un hombre, en un fey. Se hizo un silencio absoluto. Esta vez, el Rey Goblin vestía de negro, sin su capa, sin coraza. Sólo la camisa entreabierta mostrando el resplandor de su pendiente.

  —Jareth... —consiguió murmurar la apenada joven que, por única vez, logró detener su baile. El fey se acercó a ella ante los sorprendidos ojos y, tras una leve inclinación de cabeza, extendió sus manos en una invitación. Sarah apoyó una de las suyas sobre la enguantada del monarca, la otra, sobre su hombro. Él rodeó su cintura con su brazo libre y la música comenzó a sonar y él la guió por la glorieta con majestuosidad. Ambos, fey y mortal, eran como una fantasía, ninguno podía sacar su mirada del otro, ignorando a los chismosos que, ora, parecían mudos e inmóviles y lentamente se desvanecieron. Jamás en su vida Sarah se había sentido tan protegida, tan... comprendida como en ese momento. Y se arrellanó en su pecho, aspirando la exquisita fragancia, dulce y maderada—. Jareth... —volvió a susurrar su nombre.

  —Sarah... —escuchó junto a su oído. Sarah se preguntó qué tan real podía ser un sueño. ¿Sentía uno olores y oía voces tan nítidamente? Ella creía que no. Pero, si estaba en lo cierto, entonces... De pronto, abrió sus ojos y se halló aferrada a un pálido torso. Con turbación, miró hacia arriba con lentitud. Sobre el masculino hombro un mechón de rubios cabellos, más allá, una mirada bicolor acariciándola y, otra vez, la arrulladora voz de aquellos labios que le sonrieron con paz—. Buenos días, mi Sarah. —Ella sólo se lo quedó viendo, él sólo volvió a sonreírle—. ¿Dormiste bien?

  —Yo... —escondió su mirada y se ruborizó—. S-sí.

  —Yo también. —Corrió un mechón de sus cabellos—. ¿Estabas soñando? —cuestionó, entre tanto, con calma.

  —S-sí... —Sus mejillas se encendieron más—. ¿Por qué?

  —Me llamaste. —Enfrentó su mirada.

  —¡Entonces, era una pesadilla! —afirmó indignada—. ¡Y una que, lamentablemente, se transformó en realidad al despertar! —Él elevó una ceja con jocosidad y fingida sorpresa.

  —¡Vaya, vaya! ¿Sueños indecorosos, mi chiquitita? —La acercó poniendo su brazo libre al otro lado de ella para que su rostro quedara suspendido sobre el de la chica—. ¡Y yo que pensé que era el único que los tenía!

  —¡Quítate! —se enfadó y poniendo las manos en sus hombros lo empujó. Jareth se echó a reír, en tanto, abandonaba el lecho dirigiéndose hacia su alcoba.

  —Muy bien. Si insistes...

  —¡¿Tú fuiste, verdad?! —Él la observó con asombro.

  —¿Si yo fui qué cosa? —preguntó y ella giró bajo las sábanas abochornada.

  —¡Nada! —El Rey Goblin examinó la situación por un instante. ¿Acaso, sí había estado en sus sueños? Sus ojos tomaron un brillo de contento.

  —¿Entonces... sí soñaste conmigo?

  —¡NUNCA! —espetó agradecida de que él estuviera del otro lado como para no verla, pues, sentía su rostro acalorado. Se mordió los labios. De imprevisto, alguien la forzó a quedar boca arriba—. ¡¿Qué haces?! —clamó avergonzada y enfadada.

  —Dos veces, cosa preciosa. Dos veces me nombraste. Y... por cierto que tu voz no sonó temerosa, sino más bien...

  —¡¿Más bien a qué?! —lo desafió—. ¡Más bien a desagrado! —Él estudió minuciosamente sus ojos desde su sentada posición, en donde tenía atrapada a su Sarah con un brazo a ambos lados.

  —Más bien a bálsamo y condescendencia. Y... por cierto que bendeciré el día en que yo sea tu bálsamo, mi chiquitita. —Su rostro descendió sobre el de ella. Esta vez, el beso fue más exigente, consiguiendo que le correspondiera. Por fin, la falta de aire los distanció unos centímetros—. Ahora... —pronunció tratando de recuperar la respiración— debo irme antes de que Twig venga. No quiero que piensen erradamente. Yo... te tomaré el día de la boda, como prometí. Al menos, que...

  —¡El día de la boda estará bien! —ella se apresuró a contestar—. Tw-Twig debe estar por llegar. —Él sonrió con sorna y se adueñó de su barbilla.

  —Seguro, mi chiquitita. —Y se incorporó para retirarse—. Pasaré por ti en... una hora —le advirtió sin verle y desapareció tras el tapiz. 

  Sarah respiró relajada; todavía su corazón latía a mil por hora. De repente, cuando notó todos los sucesos, sofocada se llevó las manos al rostro. "¡Oh, cielos! ¡Dormí toda la noche con el Rey Goblin! ¡Y... abrazada! ¡Toda la noche!"


  —Buenos días, Su Majestad —lo saludó Brisky al ingresar. Y de repente, quedó como congelado al advertir la ropa tirada al pie del lecho, el mismo notablemente humedecido y rastros de agua por toda la habitación. Tras el segundo de sorpresa, siguió su camino.

  —Buenos días, Brisky. —Sentado en una silla, fingió indiferencia, como si no hubiera nada disímil a otros días.

  —¿Le... preparo el baño, Sir?

  —No, está bien. Ya tomé uno. —Sonrió para sí.

  —¿Qué tiene planeado vestir hoy?

  —Nada en especial. Pasaré el resto de la mañana en mi despacho, así que, no hay problema. Quiero estar cómodo.

  —Sí, Su Alteza. —Se dirigió hacia el armario y comenzó a seleccionar el vestuario. Camisa celeste, pantalón azul, chaleco negro, guantes y botas haciendo juego—. ¿Chaqueta, Su Majestad?

  —No, así está bien.


  —¡Buenos días, Milady! —Twig entró con una sonrisa al verla sentada todavía debajo de las mantas, en su rostro una expresión perdida—. ¿Ya está despierta? —cuestionó con preocupación. La muchacha salió de su ensimismamiento, recién había descubierto a Twig que la miraba con maternal interés.

  —¡Oh, sí! Buenos días, Twig —saludó—. Perdona, estaba... pensando.

  —¿Algo la inquieta, Lady Sarah? —Se aproximó a ella apoyando su mano sobre las de la chica.

  —N-no, Twig. Sólo que... me puse a pensar, nada más. No es nada. —Se obligó a sonreír.

  —Le prepararé el baño.

  —Sí, gracias. —Suspiró pensando que la ayudaría a relajarse. Twig regresó con el toallón y el camisón rojo que halló en el cuarto de baño. Si le llamó la atención, Sarah nunca lo supo.

  —Muy bien. —Dejó las prendas a un lado de la habitación—. Hoy, hay un sol precioso, Milady. ¿Qué le parece un bonito color marfil?

  —Sí. Eso estaría bien. —Salió de la cama y se dirigió hacia el otro cuarto donde se metió en la bañera, recibiendo la sensación con gozo—. ¡Ah...! —Suspiró—. No hay nada como un baño caliente. —Twig le sonrió ya con el shampoo en su mano y comenzó a trabajar en su cabello con la constante expresión en su rostro.

  —Hoy comenzará a venir la modista para su vestido de novia. —Sarah giró el rostro para verla.

  —¿Ya?

  —Pues, sí, Milady. Si usted hace memoria, hace tres días que se informó sobre la boda. Así que, sólo tenemos veintisiete días para todos los arreglos.

  —Veintisiete días... —repitió mordiéndose los labios.

  —No se preocupe, Lady Sarah. Verá que todo estará en orden. Todo saldrá perfecto. Las invitaciones ya han sido enviadas a los distintos reinos y a toda la nobleza.

  —¿Twig... qué si algo sale mal? ¿Qué si paso vergüenza?

  —Milady, usted jamás pasaría vergüenza, usted tiene el espíritu, usted es la Campeona de Labyrinth. No lo olvide; Su Majestad tampoco lo hace, Lady Sarah.


  Ya en el comedor, Jareth ayudó a Sarah a sentarse. Desde que la había ido a buscar y tras darse los buenos días; él con una sonrisa, ella con una mirada evasiva y las mejillas sonrosadas; no se habían dirigido una palabra.

  —Espero que el desayuno sea de tu agrado —él comentó sin perder su alegre expresión.

  —Sí... Gracias.

  —Estaré ocupado toda la mañana, así que, puedes disfrutar de tu tiempo como más te plazca. Si gustas, puedes permanecer conmigo leyendo o... escribiendo.

  —N-no. Gracias.

  —¿Entonces, qué tal si permito que salgan esos tres amigos tuyos para que paseen por el jardín contigo por un momento?

  —Eso sería muy agradable. Gracias. —Lo observó y su mirada se encendió. Él supo que algo vendría tras ese fuego—. ¿Por qué... los sigues teniendo encerrados? ¿Por qué no los perdonas?

  —Sarah, esto ya lo hemos discutido. Estoy siendo más que generoso con ellos. Cualquier otro rey los hubiera ejecutado por traición. Ellos no siguieron las órdenes.

  —¡Pero, ellos son mis amigos! —quiso hacerle ver.

  —Sí, quizás. Pero, TÚ eres MÍA. Y hasta que no lo comprendan, allí estarán.

  —¡Pero...!

  —¿Sarah, quieres pasar la mañana sola? —la amenazó. Ella descendió la mirada—. Ellos son mis prisioneros y no los indultaré porque sí. —Sarah levantó su rostro desafiante.

  —¿No les darás el perdón a quienes fueron fieles a tu futura reina? —Él la estudió con admiración. Si no la besaba allí mismo era por cierto recato ante los criados.

  —Quizás, cuando mi futura reina sea una. Mientras tanto, quedarán allí, al menos que yo diga lo contrario. —Sarah aspiró con fuerza tratando de conseguir el autocontrol. Él la ignoró y espió de reojo a los sirvientes. Todo normal—. ¿Twig te avisó sobre la modista y demás? —Ella suspiró exhalando parte de su enfado.

  —Sobre la modista. ¿Qué es lo demás?

  —Vendrá una maestra para instruirte en el protocolo y todo lo necesario para ese día, mucho de lo cual, te servirá para el resto de tu vida.

  —¿Es tan necesario?

  —Si no lo fuera, no te haría pasar por ello, Sarah. A mí tampoco me gustaba. Incluso, hoy día, hay cosas que me molesta hacer. —Suspiró con franqueza—. De hecho, como habrás notado, sólo cuando estoy con mi familia o contigo trato de no caer en ello. Trato de ser yo mismo.

  —Entiendo. ¿Es... muy difícil? —cuestionó preocupada.

  —Bueno... al principio, te puede parecer que son demasiadas cosas por recordar, pero, no hay mayor dificultad que esa. Otras te pueden parecer ridículas y... —otra vez, espió a sus sirvientes y se acercó a ella— en verdad lo son. El mayor problema es cuando viene gente de afuera del castillo. El resto me conoce lo suficiente como para aceptar que no me complace estar como... una especie de... máquina o algo así.

  —¿Qué...? ¿Qué si no lo hago bien, Jareth? —se mortificó. Pues, al parecer, todos esperaban mucho de ella y ella parecía ser la única que no estaba segura de parecer ni ser, una verdadera reina. No pudo evitar que los ojos se nublaran.

  —¡Por supuesto que lo harás bien! —Él sonrió tomando su mano y palmeándola con la otra—. Cosita, tú serás mi Reina; tú eres mi prometida, mi... a... asombrosa chiquitita de ojos llameantes. —Tomó su barbilla sin soltar su mano—. Lo harás bien, Sarah. Y si algo se te olvida, si algo sale mal, no lo olvides, cosa preciosa, "estaré allí por ti, mientras el mundo se cae". —Su mirada era intensa y sincera. Sarah suspiró aturdida e incapaz de apartar sus ojos. Fue como si algo hubiera chocado en lo más profundo de su ser. Se humedeció los secos labios y Jareth comenzó a inclinarse lentamente sobre ella.

  —¡Su Majestad! —Ambos saltaron en sus asientos. Las puertas del comedor se abrieron dejando ver a un goblin que parecía algo alarmado—. ¡Su Majestad! ¡Siento haber interrumpido su desayuno, Su Alteza, pero...!

  —Yo lo siento más —pronunció por lo bajo junto a un suspiro—. Tranquilo, Spray. ¿Qué sucede?

  —Llegó una mujer, Sir. Y está empeñada en no ingresar al castillo si no lo ve a usted en persona.

  —¿Es una fey? —cuestionó.

  —Sí, Su Majestad. —Él volvió a suspirar.

  —¿Le hicieron algo? —cuestionó suspicaz.

  —¡Por supuesto que no, Sir! Quizás... los pequeños... —él se refirió a los de menor estatura, que eran los que siempre daban problemas—. Pero, yo no los he visto, tal parece, ellos le temen más a ella que ella a ellos.

  —Eso pensé. —Miró a Sarah con una sonrisa—. Temo, mi nena, que tu tutora acaba de llegar. — Ella tragó saliva. Con esa presentación ya sentía aprehensión.

  —¿No... hay otra?

  —Es la única que se atrevió a venir. Y... es de las mejores. No te preocupes, no dejaré que te maltrate. Eso lo hago yo. —Le sonrió besando su nariz—. Iré a recibirla y en seguida regreso. ¿Bien? —Se puso de pie.

  —Sí.

  —¿Lady Brigitte? —el rey cuestionó a la mujer que estaba de espaldas a él viendo amenazante y con disgusto a los goblins que, a su vez, la estudiaban con temor. Su cabello, alguna vez rubio, ahora era casi plata, su piel no aparentaba su edad y tampoco su esbelta silueta; sus ojos marrones casi se asemejaban a los del mismo Drakke en cuanto a sapiencia. Ni bien esta volteó para enfrentar al monarca, los goblins más pequeños, se escurrieron espantados; incluso, algunos se refugiaron tras las piernas de su rey.

  —Sí, Su Majestad. —Se inclinó tomando su falda con ambas manos—. Dispénseme, Sir; no lo oí llegar.

  —No hay problema, my lady.—Extendió su mano y ella puso la suya encima con gran elegancia. Jareth la besó cortésmente y le ofreció su brazo—. Sea usted muy bienvenida. —La escoltó hacia el interior. Nuevamente los goblins se dispersaron lejos de ella.

  —Gracias, Su Majestad.

  —¿Ha tenido un buen viaje hasta aquí?

  —Sí, Majestad. Sólo algunos problemas al llegar. Las calles estaban... infectadas de...

  —Hoy es día de mercado en Goblin City. Y en mi reino, la mayoría son goblins —le recordó con fría amabilidad.

  —Sí, Su Gracia.

  —¿Lady Brigitte, ya ha desayunado?

  —No, Su Majestad.

  —Bien. —Hizo un gesto con su mano a una goblin que se acercó a ellos—. Fussy, guía a Lady Brigitte a su habitación y llévale su desayuno. Supongo que, después de su largo viaje, le hará bien descansar. Cuando se sienta lista, le presentaré a mi prometida.

  —Sí, Su Majestad. —Hizo una reverencia. Él se dirigió hacia su huésped.

  —Fussy es una de las criadas más eficientes de todo el castillo, Lady Brigitte. Ella verá que no le falte nada.

  —Nuevamente gracias, Su Gracia —se despidió con otro saludo y siguió a la goblin.

  Jareth se quedó viéndola ascender, hasta que la perdió de vista cuando tomaron uno de los pasillos. De nuevo, sintió pequeñas manos sujetándose de sus botas y piernas. Observó hacia abajo, donde se encontró con sus preocupados goblins.

  —¿Qué sucede, mis pequeños estorbos?

  —Ella se ve...

  —Horrible —opinó uno y los otros cabecearon en acuerdo con efusión.

  —Muy estricta.

  —No nos gusta. —Este sacudió su cabeza de un lado a otro. El monarca suspiró, en tanto, sus súbditos concordaban entre sí.

  —Sí, sé lo que temen. Nada de diversión. Pero, sólo será por un tiempo. Yo... ayudaré a Sarah en cuanto pueda, así podremos despedirla cuanto antes. ¿Les parece?

  —¿Mañana? —Jareth no pudo evitar reír ante la inocencia de sus pequeños demonios.

  —Mañana es demasiado pronto. Sarah necesita un poco más de tiempo. De resultar "demasiado"... insoportable, ya se me ocurrirá algo. Por el momento, no la provoquen ni le hagan bromas. Cuando se vaya, podemos tener montón de entretenimiento. Ahora, debo volver con mi Sarah —les avisó dirigiéndose hacia el comedor.

  —¡Deja de manosearla! —se burlaron hilarantes y él giró para verles risueño.

  —Cuando ustedes dejen de ocasionar problemas. —Les sonrió compinche.

  —¡Ella también lo toca!

  —¡No, ella se hace la que no quiere y, luego, lo deja tocar! —Soltaron sus carcajadas. El Rey Goblin se detuvo justo ante las puertas cerradas y observó a sus súbditos con vileza.

  —¿Ustedes creen?

  —¡No vemos que lo golpee por ello, Su Majestá, si no, usté ya estaría en el Bog of Eternal Stench!

  —Tienen razón. Los perdonaré por eso. —Sonrió de oreja a oreja e ingresó al comedor.


  Sarah advirtió la alegre expresión del soberano que se dirigió hacia ella. ¿Qué lo había puesto de tan buen talante? ¿La tutora? ¿Sería ella bonita? ¿Le habría hecho algún halago que desarrolló más su ya crecido ego?

  —¿Qué tal... es?

  —Bueno, no creo que nos simpatice a ninguno, pero, no queda remedio. —Se acercó a la silla y, antes de sentarse, la obligó a elevar el rostro y besó sus labios sin cambiar su humor—. Mh... Mi bella Sarah. —La muchacha se sonrojó cuando advirtió a los criados luchar con sus sonrisas. Él se ubicó en su silla—. Terminemos de desayunar tranquilos. Me encargué de que el monstruo se quede en su cuarto hasta que se recupere del viaje.

  —¡¿Monstruo?! —inquirió preocupada.

  —No te preocupes. Esfuérzate en aprender todo lo más pronto posible y la enviaré de regreso con gusto.

  —Jareth, eso no me tranquiliza. —Él sólo sonrió y palmeó su mano.

  —No es para tanto, mi nena. Estarás bien.


Una perfecta institutriz, la sra. Meryl Streep como la rigurosa Lady Brigitte. 


......................................................................

¡Hola, mis pollitas! :) ¿Cómo van? Espero que bien, que los estudios no les estén dando problemas y esfuércense al máximo, sé que ustedes pueden. Yo ando trabajando a full en la portada del nuevo libro que quiero publicar en Amazon, no es fácil trabajar con imágenes pues, tengo que estar viendo cuál sirve y la que no, además de informarme muy bien sobre los derechos de autor cada una. Tengo ganas de usar un actor para la portada, pero, no es legal porque no se trata de un fanfic, sino de una obra propia. Espero poder conseguir el producto final como ya más o menos lo tengo en mente. :) 

Quiero dar las gracias a todas por su constante apoyo: DeyaRedfield;  Agus_Bell;  AprilEscence;  -Dust_Girl-;  Esme1923;  mayapxndxlmlfrag13;  LaDelPeloAzabache y cami86s (y por favor, si olvidé mencionar a alguien, tan sólo avisen) Nos vemos en el fin de semana! ¡Les quiero!

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