Me despierto con un gran dolor de cabeza y abro lentamente los ojos.
-Buenos días. -Susurra Jesus que está sentado en el suelo de mi habitación sonriendo.
-Quiero dormir. -Me quejo tapándome con la sábana.
-¿Cómo estás? -Pregunta acercándose a mí para dar un beso en mi mejilla.
-Me duele mucho la cabeza,los pies, la espalda... No me quiero levantar.
-Pues son las tres de la tarde. -Responde sentándose a mi lado.
-Joder, déjame dormir.
-Tú, qué sueles presumir por ahí, del cielo que es pintado sobre mi cama, que llena de promesas mi almohada evitas mi mirada. Tú, tan bella y arrogante a la vez, la princesa mimada de un cuento de hadas, la cruz de una moneda sin cara, de largo mi peor error. Y ahora me dices que te vas, lo tienes que pensar. Que no soportas ser el centro de mis lagrimas, seré más fuerte si te vas...
Sonrío tiernamente y abro los ojos para ver cómo entrelaza nuestras manos y la aprieto fuerte.
-Jesus. -Lo llamo y me mira. -Gracias. -Susurro.
-¿Por qué?
-Por lo que hiciste ayer por mí, supongo que estuve insoportable.
-Hoy por ti mañana por mí. -Dice y sé que se refiere a lo de la fiesta.
-¿Sabes? He tenido la mayor oportunidad de haberte encontrado Jesus, te quiero muchísimo.
-Yo también te quiero pequeña.
Lo miro mal y vuelvo a cerrar los ojos, me muevo hacia un lado de la cama haciéndole un hueco a mi lado.
-Túmbate a mi lado, por favor. -Le pido y para mi suerte me hace caso y se tumba.
-¿No ibas a comer con tu familia? -Me pregunta y abro los ojos quedando cara a cara con Jesus.
-Creo que la comida va a esperar. -Digo dándole un beso en los labios que se alarga bastante y es seguido por muchos besos más.
El se incorpora mirándome fijamente a los ojos.
-Te quiero. -Le digo y vuelve a besarme con bastantes ganas.
Empieza a acariciar mi espalda hasta que llega hasta abajo y con cuidado empieza a subirla.
Deja de besarme y me mira fijamente a los ojos y yo le revuelvo el pelo con cariño.
-¿Qué pasa? -Pregunto quitándole importancia a lo que acaba de hacer.
-¿Quieres? -Pregunta y le vuelvo a besar.
-Sí. -Respondo segura.
~~~
-Venga ya. -Digo llevándome las manos a la cara sin evitar reírme. -Dime que no es verdad.
-Que si. -Añade Dani desde la otra línea del teléfono. -Hay como unas diez niñas en la puerta de mi casa. ¿Qué hago?
-¿Bajar? -Respondo obvia y se empieza a reír.
-Si claro. Yo solo. Con Jesus en casa de Marina. Entonces vendrán y me preguntaran qué por qué no sale Jesus, y yo entonces responderé, pues mira está en casa de la novia que se la está tirando.
Abro los ojos y ahora me empiezo a reír más fuerte.
-Dani tío. -Le digo. -¿Eres capaz de firmar a más de 7.000 niñas y no de ver a unas 10?
-Ya pero mi hermano no está. -Repite. -Como salga yo solo ahí me matan.
-Venga ya, que no es para tanto cagao.
-¿Qué no? -Dice. -Escucha.
Escucho como abre una ventana y las niñas que estaban cantando grandes empiezan a gritar dejándome sorda.
-¡Vale Dani ya! -Grito para que me escuche. -Me he quedado sorda.
-Ves. -Dice riéndose.
-¿Seguro que son diez y no cien? -Pregunto. -Porque parecerían más.
-A ver, espera. -Hace una pausa. -En total hay 17 niñas y 3 madres.
-Dani tienes que salir, no las puedes dejar así.
Tras unos segundos de súplica acepta por enfrentarse a ellas, por Dios que no es para tanto.
-Escúchame, recuerda que te quiero mucho. -Dice mandando muchos besos seguidos.
-Cariño, vas a la puerta de tu casa, no a una guerra.
-Bueno, luego te llamo.
-Hasta luego guerrero. -Me despido de el sonriendo, es de lo que no hay.
~~~
Bajó al salón de mi casa donde estaba ni madre con una gran botella de agua y varios vasos.
-Mamá, ¿qué haces? -Le pregunto.
-Llevarle algo de beber a las pobres chiquillas, que se tienen que morir de calor.
-Da igual, voy a salir ahora.
Mi madre me mira de arriba a abajo seria.
-¿Así? -Pregunta.
-¿Así como?
-Cariño vas en calzoncillos. Yo te quiero mucho, pero no quiero ver una foto de mi hijo en calzoncillos por las redes sociales.
-Ostias. -Digo y vuelvo a subir a cambiarme.
A mis cinco minutos bajo de nuevo, me paro antes de abrir la puerta de mi casa y suspiro cerrando los ojos.
Mi madre me guiña un ojo y salgo cerrando la puerta detrás de mí para que las fans no puedan ver la casa por dentro, cosas de mis padres.
-Hola chicas, ¿qué tal? -Pregunto amablemente y empiezan todas a gritar.
-¡Niñas que les vais a dejar sordo al pobre! -Grita una madre y se lo agradezco.
-¿Y tu hermano? -Pregunta una chica y me rasco la nuca nervioso.
-¿Mi hermano? Pues... -Hago una pausa y las miro a todas, venga Dani piensa. -Ha ido a ayudar a una compañera con biología, ya sabéis se lo pidió y bueno... Eso.
Alzó la ceja viendo la expresión de cada una, vale no ha colado una mierda.
-Dani, confía en nosotras, no nos puedes mentir.
-Bueno que yo me voy eh... -Digo cambiando de tema e intentando abrir la puerta.
-¡No, no, no! -Gritan a la vez y una me agarra del brazo haciendo que me de la vuelta.
-Que no me iba a ir. -Respondo riéndome. -Venga va, ¿foto? -Pregunto sacando mi IPhone, se lo doy a una de las madres y me coloco junto a las chicas lo más cariñoso posible.
La madre nos hace varias fotos y luego me hago una con cada una de ellas.
-Venga chicas, tenemos que irnos. -Dice una madre. -Bueno Dani muchísimas gracias y... Discúlpanos si te hemos molestado, ya sabes las chicas.
-Ah no te preocupes, si no me importa.
-Y dale recuerdos a tu hermano.
-Vale. ¡Hasta otra chicas, me ha encantado veros!
-¡Adiós!
Entro en casa ante la mirada de mis padres y me encojo de hombros sonriendo.
-Yo sin ellas no soy nada. -Digo y subo a mi habitación.
Abro la foto y la verdad es que me gusta. La edito un poco y la subo a instagram.
"Lo más bonito que tengo sois vosotras y eso no me lo va a quitar nadie 👑"