Punto de vista de Draco Malfoy
Esperé que la mansión estuviera llena de mortífagos cuando Eve y yo aparecimos justo dentro de la puerta principal, pero la casa estaba casi completamente en silencio. El pasillo estaba lleno con nuestras pánicas respiraciones, y me tomó un largo rato para darme cuenta que aún estaba sosteniendo a Eve como si su vida dependiera de ello.
Dejando ir sus hombros con una temblorosa respiración, doblé mi cabeza hacia abajo para mirarla de nuevo, porque aún estaba horrorizado de que se hubiera hecho daño. La única sangre que podía ver provenía del corte de su frente, pero aun así le pregunte precipitadamente: ─¿Estás herida?
Sacudió su cabeza, y su voz era jadeante mientras me decía: ─No, estoy bien. ¿te ha golpeado Potter?
─No ─respondí rápidamente. Mis manos temblaban mientras alzaba mi mano para sostener la cara de Eve suavemente, intentando mirar de más cerca el corte sin accidentalmente rozarlo con mis dedos.
─¿Draco?
Salté y me giré ante el sonido de la voz frenética de mi madre, porque cualquier pequeño sonido ahora era suficiente para hacerme saltar. Se apresuró a acercarse a nosotros con sus ojos aguados, y no hubo nada que pudiera hacer mientras ella lanzaba sus brazos a mi alrededor, colocándome cerca contra ella.
Colocando mis manos a su alrededor a regañadientes, deje que mi madre me sostuviera apretadamente mientras suspiraba: ─Estoy tan aliviada de que estéis bien, cariño, tan aliviada...
Intenté desenredarme a mí mismo tan rápido como pude, alejándome y preguntando en una voz apresurada: ─¿Dónde está Lucius? No lo vi en el castillo.
─Está bien ─me dijo, forzando una sonrisa a través de sus ojos llorosos─ Me acaban de decir que está en Borgin y Burkes con el resto de mortífagos. Esperaran hasta que todos estén de vuelta antes de irse.
Asentí y el estrecho nudo en mi pecho se aflojó levemente; a pesar de que odiaba a Lucius por todo lo que había hecho, seguía siendo mi padre. Narcissa nos ojeó a Eve y a mí, sus ojos aún aguados como si apenas pudiera sostener las lágrimas.
─He escuchado lo que pasó ─dijo suavemente, y mi estómago dio vueltas cuando recordé el cuerpo de Dumbledore tropezándose hasta alejarse del borde de la torre. Coloco su cálida mano en mi hombro, apretándolo fuertemente y parpadeando para alejar las lágrimas. La voz de Narcissa cayó hasta ser un apenas audible susurro, como si estuviera preocupada de que el Señor Oscuro la oyera por casualidad─ Yo... solamente... estoy agradecida de que no fuera ninguno de los dos quien matara al director.
Y en aquel pequeño y estrecho pasillo, vi a mi madre luchar para sostenerse a sí misma. Sentí la culpa empezar a hacer su camino hacia mi pecho, porque había gastado aquel último año odiándola absolutamente junto a Lucius por todo lo que me estaban haciendo pasar junto a Eve. Pero verla de aquella manera, mirando entra ambos de los dos con ojos aguados y presionando sus labios juntos para mantenerse alejada de llorar, era claro que Narcissa no había querido que pasara aquello más que nosotros lo hacíamos.
Estaba abriendo la boca para decirle algo, o puede que estuviera preparado para rodear mis brazos por encima de ella, cuando hubo varios crujidos justo de detrás de la puerta. Sonaba como si Lucius hubiera abandonado Borgin y Burkes junto con algunos otros mortífagos, y no quería estar por allí cuando entraran.
Eve tampoco quería estar cara a cara con Lucius después de lo que había pasado, porque agarró mi brazo suavemente y me preguntó en una cuidadosa voz: ─Uhm, ¿Está bien si vamos arriba?
Cuando la miré rápidamente, me di cuenta que el corte de su frente estaba sangrando de nuevo y estaba intentando sostenerlo con una mano, la sangre saliendo a través de sus dedos. De repente, enfadado conmigo mismo por no pensar en ello antes, cogí el brazo de Eve y empecé a alejarme de la puerta, diciéndole a mi madre precipitadamente: ─Nos vamos a arriba.
─Pero... ─empezó, frustrada ante el hecho de que ya estuviéramos desapareciendo. Alzó su mano para agarrarme a medias, perdiendo el agarre completamente mientras pasaba por su lado─ Tu padre querrá...
─Eve está sangrando, mamá ─la interrumpí sin girarme, Eve y yo casi en el salón─ No podemos ahora.
No intentó pararnos de nuevo, y pude prácticamente sentirla mirándonos mientras nos apresuramos a salir del pasillo. Sostuve la mano de Eve apretadamente mientras empezábamos a caminar hacia las escaleras, escuchando la puerta de entrada ya abriéndose y las risas apagadas de los mortífagos que llegaban. Estaba segura de que Eve no quería estar en ningún lugar cerca de los demás mortífagos tanto como yo lo hacía, especialmente porque estarían celebrando la muerte de Dumbledore; mientras que nosotros sentíamos como si debiéramos estar de luto.
─Debería de haber algunos medicamentos en el baño ─le dije mientras alcanzábamos la última escalera, sintiéndome mucho más calmado ahora que estábamos solos─ ¿Cómo te sientes?
─Ya te lo he dicho, estoy bien ─Eve dijo, y supe que estaba rodando sus ojos detrás de mí. Decidí no responder mientras la dirigía hacia al baño y encendía la luz, finalmente dejando ir su mano para poder buscar a través del armario justo encima de la pica.
Tuve que ayudar a Eve para llegar a la encimera más alta, elevándola hacia arriba suavemente para que pudiera sentarse al lado de la pica. Se sentó silenciosamente mientras pasaba una pequeña toalla por debajo del grifo, sosteniendo el corte y mirándome mientras exprimía el exceso de agua. Me di cuenta que finalmente estaba al mismo nivel de contacto visual conmigo mientras me giraba para verla levemente, suavemente secando el corte de su lado izquierdo de la frente.
Había estado haciéndolo por medio segundo cuando Eve de repente resopló silenciosamente, y miré con una pequeña sonrisa ya jugando en mis labios.
─¿Qué? ¿Hace cosquillas?
─No ─sonrió─ Solamente podrías haber usado el hechizo curador, ya sabes. Existe esta cosa llamada varita, creo que tienes una.
Una risa hizo su camino arriba a través de mi pecho, escapando hacia el aire por primera vez en semanas. Eve también estaba sonriendo, a pesar de que había sido su propia broma, pero era casi como si reír sobre algo estúpido hiciera todo aquello levemente menos inaguantable. Sacudí mi cabeza, todavía sonriendo mientras continuaba limpiando la sangre.
─Sí, puede. Pero esto es más divertido, ¿verdad?
─No, la verdad ─bromeó. Pero se mantuvo recta mientras pasaba la toalla por su frente tan suavemente como pude, y ambos estuvimos en silencio durante un largo rato.
Alcancé los vendajes y miré la expresión de Eve a través de la esquina de mi ojo mientras curaba su herida. Sus labios habían perdido la sonrisa que tenía minutos atrás, y sus ojos estaban hacia abajo, mirando al suelo. Tuve muchas ganas de decirle algo, cualquier cosa, porque sabía que probablemente estaba pensando en lo que había pasado en el castillo, pero estaba demasiado asustado de romper el silencio.
Eve acabó siendo la primera persona en decir algo después de otro largo rato, y su voz estaba tan rota y era tan silenciosa que tuve que esforzarme para poderla escuchar.
─Ginny y Neville estaban allí. Cuando estaban intentando entrar a la torre.
Ocupando a mí mismo con los vendajes, evité su mirada mientras recordaba ver a Neville estirado en el pasillo destrozado cuando habíamos abandonado la torre. Mi tono de voz fue igual que el suyo mientras decía silenciosamente: ─No creo que hayan salido heridos, Eve.
─Sé que no ─dijo, haciendo una mueca de dolor mientras colocaba uno de los vendajes a través de su corte─ Estaban con otros dos hombres cuando te fuiste arriba. Tenía... tenía que luchar contra ellos. Para mantenerlos alejados de atravesarme.
Y supe exactamente porque estaba triste. Los ojos de Eve estaban aguados mientras se atragantaba suavemente: ─Tenías que haber visto la manera en la que me miraron.
Bajé el segundo vendaje, finalmente pausando y mirándola directamente a los ojos. Mi cara estaba a centímetros de la suya mientras colocaba descuidadamente ambas manos contra el mostrador justo en ambos lados de ella, mi mandíbula se apretó.
─Eve ─le dije firmemente─ hiciste lo que tenías que hacer. ¿Vale? Mírame. No te preocupes por algo como aquello.
Su labio estaba temblando mientras intentaba mantenerse alejada de llorar, y supe que no quería romperse delante de mí. Eve evitó mi mirada mientras susurraba: ─Pero... no me viste. No viste lo que hice. Soy una persona horrible, Draco, realmente soy...
─Escúchame. No eres una persona horrible ─le dije fieramente, sosteniendo ambos lados de su cara para que no pudiera alejar su mirada de mí─ Estabas ayudándome, ¿recuerdas? Teníamos que hacerlo. Yo tampoco estoy orgulloso de lo que he hecho esta noche, pero no teníamos otra opción. Por favor no estés tan triste.
─Viste la manera en la que Harry nos miró ─me dijo Eve, y el enfado subió a través de mi pecho cuando recordé que él casi la derriba cuando estábamos abandonando el castillo a través de los patios─ Probablemente piensa que yo...
─No me importa una mierda lo que Potter piense─ la interrumpí, y de verdad lo sentía─ Nunca entenderá por lo que hemos pasado, o porque hemos hecho lo que hemos hecho esta noche. Nadie de ellos nunca lo hará.
Eve abrió su boca para decir algo más, pero la cerró abruptamente después de un momento. Tragó duramente y apartó su mirada hacia el suelo de nuevo, su voz rompiéndose levemente cuando finalmente dijo: ─Solamente... No soporto el pensamiento de ellos creyendo que de verdad quería hacerlo. ¿Sabes? No deberían pensar que quería hacer esto.
Mi corazón estaba rompiéndose en mi interior ante el sonido de su voz, porque podía escuchar cuanto de absolutamente devastada estaba de que Potter y el resto de ellos estuvieran juzgándola por lo que había pasado esta noche. La miré directamente a los ojos y le dije fácilmente: ─Un día lo entenderán. Un día serás capaz de decirles todo, y ellos verán porque hiciste lo que has hecho esta noche. Pero por ahora, no tienes que preocuparte sobre lo que ellos piensen. ¿Vale?
Mordió su labio duramente, sin ser capaz de escapar mi feroz mirada. Después de un momento, asintió un poco, secando las lágrimas acumuladas debajo de sus ojos y diciendo suavemente: ─Está bien. Tienes razón.
Besé su mejilla y la apreté estrechamente contra mi pecho, mi mano enredándose en su pelo mientras la sostenía contra mí. Estaba matándome verla tan triste, especialmente des de que fue mi culpa que estuviera forzada a hacer algo esta noche. Así que cuando la alejé, me forcé una sonrisa mientras alcanzaba el segundo vendaje de nuevo.
─Además, Potter es un idiota. ¿Recuerdas?
Eve se atragantó en una risa, probablemente recordando cuanto de enfadada había estado con Potter después de lo que había pasado en los baños a causa de la maldición del collar. Sacudió su cabeza y golpeó mi hombro levemente, una pequeña sonrisa todavía jugando en sus labios.
─No me hagas reír. Esto es serio.
─No es necesario ─le dije, dirigiéndole una sonrisa estúpida que le hizo sonreír de nuevo─ Para de moverte, ¿sí? Estoy intentando ayudarte.
─Vale, vale ─Eve dijo con una pequeña sonrisa, rodando sus ojos e inclinando su cabeza para poder ver su corte. Caímos en un fácil silencio mientras ponía el último vendaje, evitando la mirada del otro para no empezar a reír de nuevo.
Lancé el envoltorio una vez que acabé, y Eve se deslizó del mostrador sin necesitar mi ayuda. Recordando lo que me había dicho hacia un rato, la miré y le dije: ─Además, creo que es increíble que sostuvieras a cuatro personas para que no subieran escaleras arriba. No creo que yo pudiera hacerlo.
Eve estaba alzando una ceja, pero sus mejillas aún estaban un poco sonrojadas mientras me decía: ─De ninguna manera, no hubiera sido capaz de hacerlo por mucho más rato.
─Pero igualmente ─insistí, a pesar que Eve estaba dirigiéndose a la puerta y claramente ya no me estaba escuchando. La seguí rápidamente, pillándola en el pasillo fácilmente con mis largas zancadas. Nos dirigimos a mi habitación, porque el sonido de los mortífagos escaleras abajo aún se podía escuchar; y ninguno de los dos quería estar alrededor de alguno de ellos ahora.
─¿Estás cansada? ─pregunté cuidadosamente una vez que la puerta se cerró detrás de nosotros, pero Eve sacudió su cabeza y estuve levemente aliviado. Dormir era la última cosa que necesitaba después de todo lo que había sucedido por la noche.
Así que nos sentamos en el suelo, nuestras espaldas presionadas contra el borde de mi cama con nuestros hombros tocando en la oscuridad. Estuvimos callados por un largo rato, escuchando solo el murmuro de risas que procedían de abajo, flotando a través de los entarimados.
Cuando Eve habló, su voz fue un susurro, como si estuviera preocupada de que otro mortífago pudiera escucharnos des de su lugar.
─¿Qué va a pasar ahora?
Parpadeé, porque honestamente no había siquiera pensado en sobre lo que iba a venir después de que acabáramos la misión. Le dije inseguramente: ─No tengo ni idea. Tú-Sabes-Quién probablemente intentará infiltrarse en el Ministerio... Flint me dijo que hace unos pocos días Fudge anunció que dimitía.
Eve no dijo nada durante un momento, y no pude leer su expresión a través de la oscuridad. Finalmente, preguntó silenciosamente: ─¿Crees que podremos volver de nuevo a Hogwarts?
Entonces agarré su mano, entrelazando mis dedos entre los suyos y sosteniéndolos en mi regazo.
─Yo... No lo sé. Lo siento.
─No lo lamentes ─ella dijo. Su voz fue cuidadosa mientras lentamente preguntaba─ Uhm, ¿Estaría bien si paso aquí el verano? Ya sabes, ¿contigo?
─¿Qué? ¡Claramente! ─repliqué inmediatamente, sorprendido de que lo preguntara─ Sí, quiero decir, quiero estar contigo. Aunque mis padres no les guste, puedes quedarte conmigo.
─Vale ─Eve dijo silenciosamente─ Gracias. Pero solamente si estás seguro, si es mucho problema puedo...
─Eve ─la interrumpí─ Nunca eres demasiado problema. Quiero que estés conmigo.
No estaba seguro si Eve se había dado cuenta o no, pero estaba hablando mucho más que aquel verano. Me agradeció de nuevo silenciosamente y pasé mi brazo alrededor de sus hombros, colocándola más cerca para que pudiera descansar en mi hombro. Ninguno de los dos dijo nada mientras la noche crecía mucho más oscura a nuestro alrededor, sentándonos imposiblemente cerca en el suelo de mi habitación.
Nunca lo diría en voz alta, pero quería estar con Eve por mucho, mucho más que solo un verano.