Soy un maldito, lo sé.

By Criss_Burton

191K 15K 4.5K

La historia relatada desde el punto de vista de un vampiro sádico, uno que tortura a la gente en pleno siglo... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
capítulo 5
Capítulo 6
capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
capítulo 37
Capítulo 38
capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
capítulo 43
capítulo 44
capítulo 45..
capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
capítulo 50
capítulo 51...
capítulo 52
capítulo 53
capítulo 54
capítulo 55.
capítulo 56.
capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65.
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70

Capítulo 12

4.2K 281 49
By Criss_Burton

Caminamos en silencio un par de calles dejando los cuerpos atrás.

- Hace tanto que no salíamos a caminar- dijo Johann.

- No ha habido tiempo, entre todas las labores que hay por hacer en cada propiedad nuestra que lo hemos dejado a un lado, tienes que aprender a enlistar tus prioridades- sonrió sin dejar de mirar el cielo. - ¿Cuándo ves las estrellas en que piensas? - Johann observaba todo a la perfección, admiraba detalles a los cuales yo no les prestaba demasiada atención.

- Lo importante no es en que piense, simplemente me gusta observar el cielo, en mi vida humana nunca pude apreciar los detalles de todo lo que está sobre nosotros- apuntó una estrella, la más brillante del cielo. - Me gustaría ir a donde aquella estrella se encuentra, dejarme envolver con su brillo, arroparme en su inmensa luz hasta fundirse en su destello- parecía asombrado.

- Sigues siendo el mismo Johann cursi de hace medio siglo- dije con mi mirada fija en mi camino.

- ¿Hay algo malo en eso Florian? - preguntó curioso o mejor dicho ofendido, me divertía hacerlo escupir la verdad, aunque teníamos casi la misma edad el seguía siendo mi creación y siempre buscaba la manera de hacerlo escupir la verdad.

- ¿Ofendido? - miré sus ojos cafés para después seguir con mi camino.

- Necesito saber que hay de malo en ser cursi- replicó.

- No hay nada de malo... - hice una pausa momentánea para después hacerlo caer en la cruel realidad -Siempre y cuando no ocultes nada- su rostro parecía confundido.

- No comprendo- me miró con el seño fruncido.

- Nunca lo haces Johann... - Suspiré cansado- No se si te gusta jugar a hacerte el tonto pero ¿A quien tratas de engañar? - lo confundí más cosa que me divertía en sobremanera. Arqueé una ceja mientras paraba en seco y volteaba a encararlo- Si mal no recuerdo, hace más de medio siglo que te creé, como te había dicho, tú, a mí, no puedes engañarme-

- Nunca te engañé u oculté alguna cosa- reprochó.

- A mi no, pero te engañas a ti mismo que es peor- hice una mueca.

- ¿Engañarme a mi mismo? - asentí, - no se de que demonios me hablas- siguió su camino dejándome parado de tras con la palabra en la boca, acomodé mi traje y tomé mi frente, este chico de verdad me sacaba de quicio, lo alcancé para encararlo.

- ¿Cuándo piensas confesarle tu amor a Irina? - lo miré directo a los ojos, con esa pregunta quedó paralizado en un par de segundos, sus ojos me veían incrédulos, lo había dejado al descubierto y él lo sabía.

- Yo... no sé... - puse mis ojos en blanco y seguí mi camino.

- Te dije que esta charla la tendríamos después, éste me parece el despues apropiado, ¿No crees?- en su mirada había duda e incertidumbre - en realidad estaba esperando a que en estos malditos quinientos años le hubieses hecho saber tus intenciones a Irina, aunque sea por señales de humo pero veo que te gusta hacerte el dificil, tratarla fríamente y después eres cariñosos y protector, la estas confundiendo y si sigues así simplemente nunca la tendrás- me miraba sorprendido, preguntándose muy dentro de él, ¿Qué iba a saber yo de amor? Y tenía razón, no sabía nada en absoluto, pero al menos tenía la certeza de algo, si Johann no le hacía saber a Irina sus sentimientos hacia ella, yo iría, me acercaría y le pediría que me diese una oportunidad, claro, ¿Porqué no? Irina era una mujer muy atractiva y soltera al igual que yo, aunque debo aceptar que Irina sólo significaba una atracción para mi, sólo eso, que quizá con el paso del tiempo llegase a sembrar amor como con Johann, que en cambio el la amaba, lo notaba en cada mirada que le dedicaba, a Irina Johann no le causaba indiferencia, no, porque Johann era bastante apuesto, el problema era que ambos eran demaciado ellos y no se atreverían a confesarlo, bien, yo si tenía el valor de encarar mi situación, si Johann prefería mantenerse en el anonimato perfecto, yo tomaría su lugar complacido.

- Tu no sabes nada acerca del amor, ni siquiera lo has experimentado - dijo orgulloso.

- No, pero no soy cobarde, tú si lo eres, no se necesita ser sabio para saber lo que significa el amor, soy vampiro pero no estúpido y no, no lo he experimentado, tengo cosas más importantes en que pensar que en el amor- me miró mal. -La perderás Johann y cuando eso pase te vas a acordar de este día, te darás cuenta que tuve razón, aunque siempre la tengo, sólo espero que el día que eso pase no te arrepientas- le advertí, le di la espalda y continué caminando por la calle adoquinada.

Llegamos al castillo tranquilamente, después de aquella charla motivacional con Johann decidí darle más tiempo.

- Me alegra saber que ya están de regreso- dijo Irina bajando las escaleras- hace un frío insoportable afuera, al menos ustedes tienen no lo sienten- dijo frotando sus brazos.

- Una ventaja, deberías tener un abrigo para evitar el frío, recuerda que puedes enfermarte- dije al mirar su vestido con algunas piedras incrustadas, su vestido era ligero y tenía bordados color negro decorando la parte baja del mismo junto con la pequeña cola que arrastraba, el vestido color hueso la hacia ver más pálida de lo normal.

Johann se limitó a mirar.

- Que descansen- dijo con frialdad, era obvio que quería mantener la distancia con Irina por el tema que toqué intencionalmente antes de llegar.

- Johann- le llamé antes de subir el primer escalón, dio media vuelta con cierto fastidio y me miró.

- ¿Qué necesitas? - miré sus ojos profundizando nuestra conexión y le hice saber que hablaría a menos que el hiciera algo al respecto.

- Tú sabes que necesito... - negó y como soy un hombre de pocas palabras volví mi vista a Irina- Irina- la miré.

- Dime- parecía confundida con nuestra guerra de miradas...

- Johann quiere decirte algo, algo que lo esta volviendo loco por dentro- agregué para después retirarme. -Los dejo hablar tranquilamente, me retiro a mis aposentos, que tengan una linda noche y Johann... No hagas que me arrepienta de traerte de la muerte mañana ¿Quieres? - sin más subí mis escaleras no sin antes recibir una mirada fulminante de Johann me acerqué pasando a su lado y susurré rápidamente en su oido- Es toda tuya, has lo mejor que sabes hacer- sonreí y seguí hasta quedar en el pasillo que conectaba a las escaleras, me quedé a un lado esperando a que Johann escupiera su verdad.

- ¿Y de que quieres hablar? - preguntó Irina, Johann parecía tenso, nervioso, furioso conmigo y agradecido al mismo tiempo, yo había provocado esta situación para obligarle a dar el siguiente paso.

- Yo... ni si quiera se por donde empezar- dijo rascando su cabellera castaña.

- Puedes empezar diciéndome que demonios les pasa a ti y a Florian- dijo de mala gana, cruzando sus manos sobre el pecho esperando respuestas.

- Ese es el problema, que no puedo empezar por ahí porque temo que ese es el final- la miró con seriedad.

- ¡Hombres! ¿Quién demonios los entiende? No puedo creer que después de mis casi 700 años siga sorprendiendome que los hombres no sepan expresarse- Irina parecía furiosa.

- Creo que me iré a dormir - dijo Johann evadiendo el tema.

- Tu no vas a ningún lado, estoy esperando a que me digas... lo que sea que vallas a decirme- dijo Irina con seguridad y autoridad, ahora Johann no podría negarse.

- Deja las cosas como están, no quiero arruinarlo- sonrió falsamente para poder escapar de todo, dio media vuelta para subir las escaleras y darse por vencido.

- ¡¡Johann!! ¿Me estas dejando hablar sola? - preguntó desconcertada Irina.

- Eso es justamente lo que estoy haciendo- dijo Johann subiendo un par de escalones.

- Lo sabía... eres un maldito vampiro cobarde- espetó Irina con fuerza y enojo, Johann paró en seco, suspiró frunciendo el seño, su nariz se arrugó y un temblor en su rostro se hizo visible, estaba furioso, odiaba que le dijeran cobarde, pero odiaba más que Irina lo llamará de esa manera gritándolo a los cuatro vientos, desenfundó sus colmillos y gruñó.

- Repite... lo que acabas... de decir... - dijo Johann exaltado, Irina se llenó de valor y se acercó hasta donde se encontraba Johann y lo miró hacia arriba dado que ella era pequeña en comparación a Johann, miró su rostro y sin dudarlo lo repitió.

- Dije que eres un maldito vampiro cobarde - lo retó, si algo diferenciaba a Irina de las otras mujeres era su temperamento, con nosotros era ruda y nunca temía, aunque nos respetaba cuando discutíamos con ella siempre encaraba cualquier situación, era una mujer valiente y decidida, eso era lo que me atraía de ella.

Johann no dudó un segundo más y la tomó del cuello, la acorraló a la pared, sus manos temblaban, parecía estar conteniendose.

- Nunca vuelvas a repetirlo- advirtió entre dientes a la bruja.

- ¿Y si lo hago que me vas a hacer? - preguntó retando una vez más a Johann, Irina debería callarse y simplemente dejar que Johann se calmara, aunque claro, siendo ella no le importaba de quien se tratara.

- No me retes Irina - Johann soltó su cuello, respiró tratando de calmar su furia, se estaba conteniendo y si Irina volvía a retarlo Johann la mataría sin importarle nada.

- Bien, me iré, no tienes nada más inteligente que decirme, simplemente te la vives evadiendo lo que en realidad eres y estoy harta de ello- dijo Irina, al parecer ella esperaba algo más de Johann pero él era tan idiota que no se lo diría.

- Espera- la detuvo sin tocarla.

- ¡¿Que?! - lo miró curiosa con la esperanza de que algo inteligente saliera de su boca.

- No, nada...- Johann le dio la espalda, negué con la cabeza por la estupidez de mi creación, carajo, este niño no aprendía nada, absolutamente nada, si seguía así la perdería y se arrepentiría y yo como lo que soy me encargaría de recordarselo cada día de su miserable existencia.

- Eres un idiota- dijo Irina recogiendo su vestido para subirlas escaleras y retirarse.

Me rendí y me dirigí a mi habitación, entré en ella antes que Irina me viese espiandolos, momentos después un ruido decidió romper mi bello silencio.

- ¡Florian! - gritó Johann en la puerta, estaba furioso, bien, yo lo pondría en su lugar, de eso me encargaría yo, saqué la parte superior de mi traje quedando sólo en pantalón y camisa, lo hice ignorando sus gritos y golpes en la puerta. -¡¡Abre la maldita puerta!! - dijo desesperado aún golpeando la madera de la misma.

- Está abierto idiota- de tan enojado que se encontraba que no se había dado cuenta que dejé la puerta abierta, era un idiota.

- ¿Porqué? - preguntó caminando hacia mi, furioso.

- ¿Porqué? No lo sé, creo que siempre fuiste un idiota, así naciste supongo - lo miré haciéndome el sorprendido.

- ¿¡Porqué insistes en que le diga!? - lo miré incrédulo.

- No grites que no estoy sordo, te escucho a la perfección - lo miré mal por la lo absurdo de la situación.

- ¡Yo grito lo que quiera, a la hora que quiera, estoy cansado de que te entrometas en esto! - dijo fuera de sí.

- Bien, sigue gritando entonces, que todos te escuchen- dije sarcástico sin importarme nada, quise relajar mi cuerpo cuando sentí sus manos agarrarme de la camisa, hice una mueca de fastidio, me puso de pie tomándome de la misma que comenzaba a rasgarse gracias a su fuerza y mi peso, me levantó en el aire y lo miré directo a los ojos.

- Te hice una maldita pregunta- reprochó.
- Hazme el favor de soltarme antes de que pierda el juicio y te parta en dos- dije tranquilo.

- No, dije que me contestes- tomé el puente de mi nariz tratando de no explotar.

- Johann, deja todo el asunto así, estas haciendo un drama que no es necesario - mustie.

- ¡Contesta lo que te pregunté! - Me exigió.

- Bien- hice una pausa, coloqué rápidamente mi pie sobre su pecho y lo empujé con poca fuerza para no romper el muro de mi habitación, di una vuelta en el aire para caer de pie y sacudir mi ropa, lo miré en el suelo, se había estrellado contra el muro para después caer en el frío suelo. - Si lo que quieres es pelear, hagámoslo ahora mismo- dije sonriente, el estaba demaciado molesto, se puso de pie y se lanzó contra mi, detuve sus puños en seco, Johann lanzaba golpe tras golpe sin éxito, todos los golpes los esquivaba o los paraba con mis palmas. - Ya me casaste, no quiero jugar, ¿Podemos empezar ahora mismo? - lo tomé del cuello, lo empuje con mi rodilla haciendo que saliera de nuevo volando, se había roto un hueso, de eso estaba seguro, sacudió su brazo escuchando un crujido del mismo colocando su hueso en la posición original para después sanar.

Hice mis manos en puño y comencé a golpear con fuerza su rostro, estaba casi desfigurado dado a que se regeneraba con rapidez, tomé su abdomen y lo atravesé con mi mano, haciéndolo sangrar, saqué mi mano ensangrentada de su abdomen, el grito de Irina se hizo presente en la habitación deteniendo la pelea, Johann tenía sangre por todos lados, en su ropa, rostro, cabello y ahora en su abdomen, yo me encontraba intacto, lo único que tenía sangre era la mano que había sacado del abdomen de Johann, pero la sangre no era mía.

- ¡Basta! ¡Estoy rata de ustedes dos!- Gritó Irina exaltada- Parecen un par de niños- nos separó.

- Johann empezó todo esto- espeté sonriente, acomodé mi cabello de nuevo mirando a ambos. Irina me fulminó con su mirada, si, había contestado como el niño que ella dijo que parecía.

- Tu tienes la culpa de todo eso- me apuntó Johann agitado.

- ¿Te has cansado o quieres más? - pregunté riendo.

- ¡Te voy a patear el trasero imbécil! - Johann volvía a acercarse a mi con la misma intención que antes, Irina lo detuvo parandose entre ambos.

- Cuando quieras puedes volver a intentarlo cobarde- reí a carcajadas haciendo énfasis en la palabra intentarlo.

- Calmate, no se que demonios te pasa, estas raro desde que Florian nos dejó a solas- Irina lo fulminó con la mirada.

- A caso ¿no te dijo su razón? - ambos me miraron, Irina confundida y Johann con ganas de asesinarme si decía algo. -Ya veo que no dijo nada-

-¿De que hablas? - Me miró curiosa.

- Se lo dices tú o se lo digo yo - miré a Johann.

- Vamos, el golpe lo afectó - tomó a Irina para intentar sacarla de mi habitación.

- Bien lo haré yo- Hice una pausa y ambos me miraron de nuevo- Johann está así porque es tan imbécil que no sabe como decirte que esta perdidamente enamorado de ti Irina -

*foto de Johann al principio saludos y espero la disfruten *

Continue Reading

You'll Also Like

12.6K 981 11
Sophia regresa a Forks en compañía de su hermana menor, Bella, para establecerse en el hogar de su padre, Charlie, quien desempeña el cargo de jefe d...
7.7K 1.3K 33
La guerra contra el Primero atraviesa su momento más cruento. El Caebiru ha creado al más poderoso guerrero para derrotarle de una vez por todas. She...
2.3K 982 43
Este libro presenta su sección de Promociones en donde puedo ayudarte a dar a conocer tu historia, si escritor, en el caso de ser lector pásate a le...
5K 467 28
¿Qué tan malo sería mudarme a Las Vegas con mi madre? Ahi tendría una buena vida pero sin saber el infierno qué pasaré muy pronto... Es el año 2008...